Mensaje de la jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina; y de representantes del Consejo Nacional de Huelga del Movimiento Estudiantil de 1968, durante la Conmemoración de los 57 años de la masacre de Tlatelolco

Publicado el 02 Octubre 2025

JEFA DE GOBIERNO DE LA CIUDAD DE MÉXICO, CLARA BRUGADA MOLINA (CBM): Buen día a todas y todos.

Saludo a este presídium y a todos los que hoy nos encontramos en la Plaza de las Tres Culturas.

En especial, saludamos a los representantes de la lucha del 68, de este gran movimiento estudiantil y a Félix Hernández Gamundi, a Marcia Gutiérrez Cárdenas, que fueron protagonistas importantes, y siguen siendo los que hoy marcan la lucha y la agenda pendiente, en este caso.

Muchísimas gracias por su lucha y su presencia.

Saludo también, al magistrado presidente del Poder Judicial, doctor Rafael Guerra. Muchas gracias (inaudible) en el Poder Judicial, con este tema.

Y también saludo a Argel, compañero nuestro que representa a uno de los también grandes luchadores del 68, Pablo Gómez. Mandémosle también un fuerte aplauso y a todos los que hoy están aquí presentes. A los vecinos, a la ciudadanía. A todos los integrantes del Comité 68 Pro Libertades Democráticas y también del Consejo Nacional de Huelga.

Nos encontramos hoy en la Plaza de las Tres Culturas, un espacio de memoria de resistencia y de dignidad y en este mismo sitio, donde hace 57 años la esperanza de miles de jóvenes fue cruelmente apagada a sangre y fuego.

Nos reunimos para reafirmar un compromiso que nos acompaña generación tras generación: 2 de Octubre no se olvida.

Estar aquí, es ante todo un ejercicio de memoria activa. Un acto de resistencia frente al olvido; un recordatorio de que las libertades democráticas fueron conquistadas con la vida y la sangre de estudiantes, maestras, maestros, periodistas, trabajadores y trabajadoras, que se atrevieron a cuestionar a un régimen autoritario, despótico y cerrado al diálogo.

La masacre de Tlatelolco, no puede entenderse como un hecho aislado. Fue el desenlace brutal de un movimiento estudiantil, que en apenas unos meses, había logrado despertar la simpatía de amplios sectores sociales.Y había encendido también, una llama democrática que el viejo régimen no estaba dispuesto a tolerar.

Hago el día de hoy, un reconocimiento al Comité del 68, por toda su lucha, su esfuerzo, su búsqueda de la verdad; su lucha por la justicia. Demos un fuerte aplauso al Comité del 68, y a todos los protagonistas que siguen aquí con nosotros, pero sobre todo, a los que ese día resultaron muertos debido a estas acciones.

Hoy quiero saludar al Comité, y decirles que reconocemos el acompañamiento que han hecho en todas las luchas y las causas. Reconocemos esta gran tarea, de seguir buscando hacer justicia.

Y quiero decirles públicamente, que el Gobierno de la ciudad retoma esta causa y convoco a que desde el gobierno podamos acompañar esta lucha, que todavía falta hacer justicia; hacer y dar garantía, de que esto no se olvida y de que todavía hay mucho por hacer.

Hoy podemos conmemorar el 2 de Octubre, también sabiendo que el Estado mexicano, encabezado por una hija del 68, nuestra presidenta Claudia Sheinbum, reconoce públicamente hace un año, en la primera decisión que toma a la llegada de la Presidencia de la República, reconoce públicamente que la matanza del 2 de Octubre constituyó un crimen de lesa humanidad.

Esto hace diferente la conmemoración del 2 de Octubre, pero ahí no acaba todo. Seguimos luchando, acompañando y asumiendo las responsabilidades que nos toquen, para continuar con esta lucha.

Quiero también decirles, que esa decisión tan importante de la Presidenta, sí, es un acto de justicia histórica, y viene de la lucha de ustedes. Y viene también de la lucha posterior al 68, por buscar la verdad, y nos enorgullece que hayamos dado este gran paso. Un aplauso a nuestra presidenta Claudia Sheinbaum.

Y aquí, en esta Ciudad de México, en el corazón de Tlatelolco, en este país no podemos olvidar, que este crimen fue cometido contra jóvenes que ejercían libertades democráticas básicas.

Ellos exigían el derecho a la petición, a la expresión, al derecho a la reunión y el derecho a la manifestación. Esas exigencias básicas, esas luchas por libertades democráticas, fueron la causa, una de las causas principales, de este movimiento.

Así que no tenemos que olvidar, quienes asumimos hoy los gobiernos. Y también tenemos que recordar, que el Movimiento Estudiantil del 68, fue también un parteaguas; un despertar social que abrió las puertas posteriormente, a nuevas luchas democráticas.

Sin el 68, no se entendería la transición política que décadas después, permitió que millones de mexicanas y mexicanos, pudiéramos conquistar el derecho al voto libre, a la organización política independiente, a las libertades sindicales o a la participación social.

Esa herida social, que provocó la Masacre del 68, nos definió en esta ciudad. Definió también el devenir de la ciudad. Haciendo de esta ciudad, una ciudad de lucha por la democracia, en construcción de derechos y libertades, y en la esperanza de una transformación profunda.

Este gran movimiento estudiantil está vivo. Está vivo en cada marcha que hay en esta ciudad; en cada colectivo que defiende los derechos humanos; en cada joven que exige igualdad; en cada mujer que alza la voz contra la violencia; en cada ciudadano que no se conforma con el silencio.

Es el movimiento de lucha del 68, con todas sus experiencias, con todas sus enseñanzas, antecesor de muchos movimientos sociales. De movimientos estudiantiles posteriores, de movimientos sociales urbanos. De las luchas por la democracia o por la justicia obrera, o por la libertad de las mujeres o por la organización libre y democrática.

Hoy, desde la Ciudad de México, honramos ese legado de lucha que nos dejó el Movimiento Estudiantil del 68. Honramos la conciencia política que se generó después del 68, y que ha hecho que se construyan también, políticas públicas que pongan en el centro a las personas y a sus derechos.

Tenemos el gran compromiso de combatir desigualdades; de promover justicia social y de garantizar las libertades. El mejor homenaje que podemos hacer a los caídos en el 68, es continuar con la lucha y la agenda del Comité, y también obliga a que sigamos transformando las instituciones y al gobierno, para que respondan al pueblo, y nunca contra el pueblo.

Es garantizar que la ciudad siga construyéndose como un refugio de libertades y un motor de derechos. La Ciudad de México, hoy se ha construido como una ciudad, como un espacio de pluralidad, de diversidad, de libertad. Aquí, todas y todos pueden manifestarse, expresarse, sentir y organizarse.

Y en el marco de esta gran memoria histórica, como dice Marcia, en medio de esa lucha del 68 y los acontecimientos internacionales, hoy tampoco podemos conmemorar el 68, aislados de lo que pasa en el mundo.

Los que estamos aquí, creemos que otro mundo es posible.

Así que, hoy es un día importante, para decir que nos pronunciamos por la paz y los derechos humanos en la Franja de Gaza y nos sumamos al clamor mundial que exige el cese del genocidio que allí tiene lugar.

También nos pronunciamos por el derecho de Palestina, a ser un país libre y soberano. Y ante el dolor, el horror bélico y los atropellos, nuestra ciudad siempre pacifista, siempre estará al lado de las personas, de las niñas y los niños, de los ancianos y de las madres, de las víctimas, de las y los trabajadore, de las y los oprimidos, que tienen derecho a construir su propio destino, como nos enseñaron las y los jóvenes del 68.

Hoy especialmente, demandamos el respeto a los derechos humanos de los integrantes de la Global Sumud Flotilla, víctimas de una violación al derecho internacional.

Y les enviamos un abrazo a los mexicanos y mexicanas participantes, muchos de ellos, hijos de nuestra ciudad: Carlos Pérez Osorio, Ernesto Ledezma, Sol González Eguía, Arlín Gabriela Medrano, Laura Alejandra Vélez, Myriam Moreno Sánchez y Diego Vázquez Galindo, todo eso, por llevar ayuda humanitaria a las víctimas de la guerra en Gaza.

Es parte de ese espíritu de comunidad solidaria que tiene la Ciudad de México; de su voluntad pacifista y el compromiso con quienes están en desventaja ante la injusticia o ante la violencia. Sabemos que nuestro gobierno, el Gobierno de México, que el pueblo de México, no vamos a dejarlos solos.

Compañeras y compañeros. El 2 de Octubre nos convoca, no sólo a ratificar este presente y futuro, de la ciudad orgullosamente (inaudible). Nuestra ciudad le dice no al discurso de las violencias.

Le dice no al racismo, al machismo, a la xenofobia y a la discriminación. Le dice no a la destrucción ambiental. También, a las amenazas de los que se pretenden superiores contra los más débiles. Esta ciudad le dice no a los discursos de odio, las mentiras y el miedo, que buscan eternizar el régimen de privilegios (inaudible) en México y tantos pueblos del planeta, están decididos a dejarlos atrás.

Que la memoria de las y los estudiantes caídos en el 68, caídos en este lugar, guíe el camino de estas luchas que tenemos pendientes.

Que nos recuerde que la democracia se defiende todos los días, construyendo, imaginando, un mundo de justicia y libertad.

Hoy, al conmemorar el 2 de Octubre, decimos con claridad: somos herederos de una lucha, de la lucha del 68 que abrió los ojos de todo un país.

Y desde aquí, desde la plaza de las Tres Culturas, declaramos con voz firme y memoria encendida: ¡2 de Octubre no se olvida, es de lucha combativa!

¡Que viva el heroico movimiento estudiantil de México!

¡Que viva la digna lucha del Comité del 68!

¡Que viva la memoria de nuestros pueblos y de nuestra capital!

¡Que viva la lucha por la Transformación!

¡2 de Octubre no se olvida!

REPRESENTANTE POR LA ESCUELA NACIONAL DE ODONTOLOGÍA ANTE EL CONSEJO NACIONAL DE HUELGA, DURANTE EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE 1968, MARCIA GUTIÉRREZ CÁRDENAS (MGC): Buenos días a todos y todas. En primer lugar, expresar mi agradecimiento a la jefa de la Ciudad de México, licenciada Clara Brugada, por permitirnos participar en esta importante ceremonia.

Aprovecho este momento, para agradecer con sincera emoción, a aquel joven compañero del Politécnico, que con valentía y solidaridad nos ayudó a escapar y nos ofreció refugio en su hogar el 2 de octubre.

Hoy, a 57 años del genocidio, nos reunimos en esta histórica plaza de Tlatelolco, para rendir homenaje a quienes participaron y lucharon en aquel movimiento de Tlatelolco.

Aquel movimiento de masas, democrático, libertario y popular, en contra del autoritarismo violento, injusto, hegemónico; el que con su único instrumento, la represión, soslayó la negociación, incapaz de dialogar.

Recordamos con profundo respeto, a quienes fueron asesinados; a quienes fueron encarcelados, perseguidos y golpeados. A quienes han fallecido con el paso de este tiempo y también a todos los hombres y mujeres anónimos, que aún viven llevando en su corazón la huella imborrable del 68.

Aquella mañana amaneció con un frío suave que calaba los huesos. Al mismo tiempo, había una luz muy limpia, que parecía despertar cada rincón de la Ciudad de México. Era un cielo más claro.

Era el inicio de octubre, cuando las flores todavía resisten a marcharse y la lluvia cae como un murmullo resistente. Se había acordado que tendríamos la reunión en el Politécnico. Para entonces, todos los miembros del Consejo ya estábamos perseguidos, desde la irrupción del ejército en la universidad.

Aprendimos que lo más seguro era dispersarnos, buscando refugio en distintas casas que nos ofrecían protección.

Sí, a 57 años, más o menos a las 9:00 o 10:00 de la mañana, estábamos en el auditorio de la ESIME, en Zacatenco, mientras la Comisión del Consejo Nacional de Huelga había ido a ver en qué condiciones se podía establecer el diálogo con los representantes del gobierno, la asamblea del Consejo definió la orden de oradores y designó como maestra de ceremonias, a la compañera Mirtocleya González, en la Escuela Wilfrido Massieu.

En primer lugar, iba a ser un orador de la UNAM, el compañero Jorge González. Después, Florencio López Osuna, y posteriormente, Eduardo del Valle, para dar los saludos (inaudible) y artistas solidarios con el movimiento.

La conducción de (inaudible) quedó a cargo de Mirto, representante de (inaudile), elegida tras un empate que tuvimos. Asimismo, se resolvió que no existían condiciones para realizar la marcha, por lo que únicamente se llevaría a cabo el mitin, comenzando con los saludos (inaudible).

Acordamos que era pertinente que sólo fuera una parte del Consejo y la otra se quedara. Pero todos estábamos interesados en saber cuál era la solución que daba la Comisión y, desgraciadamente, perdimos la mayoría.

Además, en el tercer piso solamente deberían de estar los compañeros que iban a dar el discurso, pero también subieron los compañeros que hacían administración del sonido, la organización y también los compañeros que llegaron, que habían estado en la negociación, que eran Luis de Alba, de Filosofía y Letras, Gilberto Guevara de Ciencias y Anselmo Muñoz del Politécnico.

El CNH, en la sesión de Zacatenco, votó por suspender la manifestación prevista de la Plaza de las Tres Culturas al Casco de Santo Tomás, para evitar la violencia, pero se mantuvo la decisión de efectuar el mitin.

La Comisión se reunió con la comisión del Gobierno. Intentaron sin éxito, llegar a un acuerdo para sentar las bases del diálogo público que existía del movimiento estudiantil, para obtener una respuesta a nuestros seis puntos del pliego petitorio, que recordemos: los seis eran contra la represión.

Ellos se asumían con mayúscula, como representantes del presidente, (Andrés) Caso y (Jorge) De la Vega. Cuando estuvieron los compañeros, se portaron uno aparentemente amable y otro muy duro. El que era muy duro, fue muy agresivo, que era de la Vega, y les dijo prácticamente que eran unos irresponsables y que ellos no podían tratar con ellos; que además eran bastante revoltosos, etcétera. Un poco, demasiado más agresivo.

Y (inaudible) de la Vega, quiso ser el papel del bueno diciendo, bueno, tratando de manejar la situación, venimos en plan de amigos, a lo que Gilberto contestó: Disculpe, no hemos venido a ser amigos; venimos a buscar la solución al conflicto que está afectando a todo el país.

La propuesta fue clara, sería deseable que se abriera una negociación, pero tomando las decisiones; vamos a establecer un diálogo de hechos; den ustedes un paso ostensiblemente hacia atrás y nosotros daremos uno. Luego nos volveremos a reunir. Las pláticas quedaron suspendidas y se reunirían al día siguiente en la Casa del Lago.

Tiempo después, en una entrevista a Barro Sierra, él decía que había propuesto que incluso se suspendiera el mitin, porque él veía muchísima violencia ya.

Pero dijeron los compañeros que era demasiado tarde para suspender el mitin. No voy a leer los seis puntos del pliego petitorio, que todos conocen bastante, que era: libertad de presos políticos, destitución de los policías, desaparición de los granaderos, indemnización a los familiares, derogación del Artículo 145 y 145 bis, deslinde de responsabilidades.

Recordamos algunos rasgos significativos. El movimiento fue en gran medida una provocación desde el inicio. Porque arrestaron desde el 26 del julio, a una serie de compañeros, empezando no solamente a los que estaban en las marchas, sino también a la gente del Partido Comunista; fueron a sus oficinas.

Después, eso se ve abiertamente como una situación que ya venían preparando, como una medida preventiva para soportar que no hubiera problemas en las Olimpiadas, aparentemente.

Me saltaré a comentar ahora algunos puntos significativos del movimiento.

Por ejemplo. La primera marcha que tuvimos, que da una legalización a nuestro movimiento, es la marcha del primero de agosto, con el ingeniero Barros Sierra. Una persona que realmente es de las autoridades que han logrado tener un respeto y una autoridad; que se formó solidario, que salimos todos juntos a marchar con él, y que legalizaba de esa manera el movimiento.

A diferencia de la situación tan difícil que estaba pasando el Politécnico, el Politécnico inicia el movimiento y es a los primeros que golpean en la Voca 5, aquí en la Ciudadela.

Pero no solamente ahí. Aquí en la vocacional 7 y también en diferentes momentos, en el Casco, en Zacatenco, etcétera. Pero llevaban sistemáticamente una medida muy represiva contra los politécnicos. Porque el origen del Politécnico era un origen diferente al de la universidad.

El politécnico nace en la época de Cárdenas y es una alternativa educativa a la que tratan de golpear. Realmente era diferente la composición de alumnos: había más compañeros de la provincia, había más compañeros muy jóvenes, porque estaban las vocacionales, las prevocacionales, etcétera.

A diferencia de la UNAM, que éramos un poquito más clase media, pero sin embargo, seguíamos viendo que había un porcentaje significativo de gente que trabajaba; que trabajaba y estudiaba, en aquel tiempo.

Una de las grandes cosas, fueron nuestras marchas. Cada una de nuestras marchas tenía un objetivo, y era una respuesta a un momento político. No era un “marchómetro”, que cualquier cosa íbamos a hacer una marcha. Teníamos un objetivo y una situación clara: vamos a responder a esta situación hasta llegar, en un momento, a la gran Marcha del Silencio.

La Marcha del Silencio, que era un enfrentamiento más claro, en donde demostrábamos lo significativo que era nuestra organización.

Se había formado el Consejo Nacional de Huelga, que traía una historia de un movimiento anterior: la escuela de los hermanos Escobar, que se había formado un Consejo Nacional de Huelga. Pero éste retoma esa experiencia y se logra una organización sumamente democrática, que va a permitir que todas las corrientes ideológicas puedan participar, porque no entraban como tal, entraban como representantes de su escuela.

Lo que tenía, era que tenía que ser representante de su escuela, no pertenecer a “X” o “Y” situación. Eso le da un carácter democrático al Consejo.

Y el Consejo, exactamente, en la Marcha del Silencio, después de que lo ha denostado en toda la prensa y en toda la propaganda oficial, Díaz Ordaz, en ese momento, demostramos que había control, que había apoyo y que éramos gentes que nos sabíamos organizar.

Fue maravillosa la Marcha del Silencio, muy emotiva, como muchas de las partes de las diferentes manifestaciones.

También hablaré, quizás un poquitito, de lo que eran las brigadas, porque de ahí sale la parte en donde posteriormente muchos de nosotros, hemos seguido trabajando en las comunidades.

Las brigadas eran realmente una enseñanza política y muy de autogestión.

¿Cómo hacía la gente? La gente llegaba, tomaba sus volantes, iba a un camión, a un mercado. A cualquier lugar en donde existiera población. Nosotros llegamos a ir a las iglesias.

Además, otro punto significativo, es el derrocamiento del control de la información. Creo que en este momento, hay varias cosas que tenemos que ir recordando: la información estaba absolutamente controlada.

Logramos romper el cerco con volantes. Se llegaron a hacer propuestas de: vamos a tener un millón de volantes y lo sacábamos. Y todas las escuelas participaban y todos dábamos (inaudible).

Otra cosa importante en la autogestión, era cómo nos allegamos de nuestros recursos. Nosotros boteábamos; le pedíamos solidaridad a la gente y teníamos una cuota por escuela.

Nosotros muchas veces tuvimos que ir a Sanborn’s, porque era más fácil. Como éramos mujeres, nos trataban muy bien.

Había una parte muy importante. Regresaré a lo que estaba pasando aquí. Llegamos a la tarde. A las más o menos iba a empezar el mitin a las 5:00, 5:30, pero nosotros que no íbamos, no debíamos estar. Bueno, llegamos más o menos casi a las 6:00, un poco antes de que empezara toda la situación. Pasamos por, exactamente por esa entrada. Estábamos llegando aquí.

Había mucha gente, toda la gente. Estaba lleno, estaban las pancartas, estaba la situación. ¿Y qué pasó? De repente, aparecen por este lado. No recuerdo exactamente, las vi por acá. Unas bengalas de colores.

Mi sensación fue: qué irresponsabilidad, cómo se les ocurre que lancemos cohetes de colores en este momento. Después nos enteramos, por las informaciones de Oriana Falacci, que era la manera como en la guerra se decía que empezaba el tiroteo. Y así fue.

Había en diferentes… De estos edificios, hombres rarísimos. O sea, normalmente nosotros no íbamos a poner gentes en las azoteas y fueron los hombres que salieron con su guante o su pañuelo blanco, que eran los de la brigada.

También encontramos que había gente, incluso dentro del mitin raros, que no reconocíamos. En el mismo tercer piso, que estaba más controlado, habían subido las gentes de la brigada y eso fue horrible, porque creo que ahí empezó el tiroteo; que precisamente uno de los hombres, desde atrás de una de las columnas, empezó a tirar hacia abajo. Y después todos los soldados hacia arriba. Era una situación horrible.

Toda la gente corría por esta plaza, y se acercaba al edificio Chihuahua y lo más interesante es que iban gritando: ¡Consejo! Yo no entendí en ese momento por qué. Pero el mismo chico, que me gustaría que algún día lo reconozcamos, nos identificó y nos dijo: ¿Ustedes son Consejo? Y sí, éramos tres compañeros del Consejo. Y nos llevó. Estaba Gordillo, estaba Adriana Corona, estaba un compañero de Economía, y nos sacó. Y él conoce esta zona.

Para mí era una zona muy difícil y sigue siendo, porque es muy grande y él sí supo cómo sacarnos. Nos dejaron pasar los soldados, nos (inaudible) no muy (inaudible), pero salimos, salimos corriendo y después nos hizo correr hasta donde nos encontramos unos camiones. De los camiones nos (inaudible) y llegamos a su casa, y recuerdo que era una casa modesta y nos llevaron hacia la parte del (inaudible), porque la mamá tenía miedo que nos fueran a identificar los vecinos, y estuvimos ahí escondidos. Él, de madrugada nos sacó. Era horrible (inaudible) se había oído por todas partes, todo el tiroteo. Cuando nosotros salimos, aun en ese momento, yo pensaba que la gente se tropezaba, no pensaba que se estaba muriendo. Era… Después te queda una sensación, como de: “¿por qué no me levanté o hice algo?” Pero como que no te dan las fuerzas, tienes ganas de huir.

Y bueno, creo que es muy importante retomar qué es lo que nos deja el movimiento.

Creo que el movimiento nos deja un sentido de solidaridad muy amplio, que es algo que no debemos perder.

Las condiciones que estaban internacionalmente, eran muy importantes; como lo que está pasando en este momento. Estaba pasando la Guerra de Vietnam, que ya casi terminaba. Había pasado el Movimiento de Francia; todo lo que había pasado en Europa, lo que había pasado en América Latina. Estábamos muy llenos de esa información, en otra actitud.

Ahora, estamos en una situación semejante. Estamos viviendo una situación muy dolorosa con Gaza. Tenemos que hacer un alto a la guerra. Tenemos que decir: no más, no más muertos. Están deteniendo a las brigadas de los jóvenes que se han ido y están aquí con nosotros.

Tenemos que hacer algo como sociedad, como amigos, como lo que quieran; pero no podemos dejar pasar el problema de Gaza, el sentido de solidaridad, de pertenencia. Por favor, a eso vamos.

Muchas gracias.

REPRESENTANTE ANTE EL CONSEJO NACIONAL DE HUELGA POR LA ESCUELA SUPERIOR DE INGENIERÍA MECÁNICA Y ELÉCTRICA DE LA ESIME DEL POLITÉCNICO, DURANTE EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE 1968 Y ACTUAL COORDINADOR DEL COMITÉ 68, PRO LIBERTADES DEMOCRÁTICAS, FÉLIX HERNÁNDEZ GAMUNDI (FHG): Muchas gracias. Muy buenos días.

Quiero comenzar aclarando. Yo fui representante de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, la ESIME del Politécnico.

A nombre del Comité 68 y de toda mi generación, saludo con afecto y mi mayor solidaridad, a todos quienes están aquí presentes; hombres y mujeres, compañeras y compañeros.

Y saludo también, a todos aquellos que hoy empeñan su esfuerzo en la lucha y por mantener viva esta memoria de lo que ha hablado ahora Marcia.

Saludo con afecto especial, a la compañera Clara Brugada, jefa de Gobierno de la Ciudad de México y a todo su gabinete, en donde identificó a muchos compañeros con quienes hemos compartido calle; con quienes hemos compartido a veces palmo a palmo, en las marchas, no tan solo en esta ciudad, sino recorriendo este país.

La presencia de todas, de todos y cada uno de ustedes aquí, nos fortalece. Nos fortalece en esta tarea de mantener viva la memoria, y efectivamente lograr justicia plena, para que estos hechos que hoy estamos recordando, no se repitan más.

Que no se repitan más en ninguna parte de nuestro territorio, de nuestro país. Como dice Marcia, en aquel momento estábamos en una situación internacional, donde las noticias nos animaban. Nos animaba la juventud movilizada en Europa, en toda América Latina, en parte de Asia, en Australia, en los propios Estados Unidos de Norteamérica, donde el movimiento de la población afroamericana se levantaba con una fuerza extraordinaria.

Hoy estamos también en una situación crítica, por razones diferentes. Lo que ocurre en Gaza es una guerra. Lo que ocurre es un genocidio, a cargo de un gobierno insensible, que tiene actitudes atroces.

Comienzo por decir: el pueblo palestino, igual el pueblo israelita, independientemente de su gobierno, ambos pueblos, tienen derecho a la libertad, tienen derecho a la vida y vivir en tranquilidad.

Y nosotros tenemos que manifestarnos y ayudar en un proceso donde seamos todos capaces de construir la paz.

Decía Raúl Álvarez Garín, que esta Ciudad de México, es una ciudad de libertades por voluntad de la gente. Esa voluntad, hoy nos debe llevar a construir una ciudad de paz, pero más allá de una ciudad de paz, a construir una ciudad por la paz.

Que desde aquí, seamos capaces de llevar ese proceso, también al resto de nuestro país, que mucha falta nos hace. Hoy, como digo, estamos ante un momento nuevo en el país, donde estamos tratando de construir una sociedad nueva.

Todos nosotros como pueblo, tenemos avances y tenemos muchas tareas por delante, que han de desarrollarse de manera conjunta, con entusiasmo, con solidaridad y con profunda convicción. 68 reivindica al pueblo. Reivindica a las clases trabajadoras, a las clases medias.

A las mujeres, que volvieron a salir con fuerza a la escena política. Siempre estuvieron, pero 68 abrió un espacio que permitió que la mujer se volviera a expresar; y en las brigadas de las que habló Marcia, las mujeres tenían un papel importantísimo.

Lo tenían en la producción de propaganda; lo tenían en la redacción del volante y de documentos; en animar la discusión en todos lados: en las asambleas, en el consejo, en las brigadas, en la calle, en la familia, en el barrio, la colonia.

Las madres que hoy claman por justicia y por la libertad de sus hijas y sus hijos, hijos muertos o desaparecidos, son muy importantes, pues la lucha, su lucha, ha cambiado el estado de las cosas.

Gracias a ellas, se organizan las familias buscadoras. Gracias a ellas, se denuncia la violencia continuada contra las mujeres y contra los jóvenes de nuestro país.

Las trabajadoras han conquistado los espacios sindicales, laborales, civiles y siguen luchando por la igualdad de trato, en las oportunidades de empleo y las remuneraciones.

Las mujeres en la política, hoy están revolucionando las conciencias y gobiernan pensando en el bienestar de la gente, poniendo esas necesidades de la vida de los niños, de los ancianos y de los jóvenes, en primerísimo lugar.

Y aunque tenemos que reconocer, que es mucho lo que hemos avanzado, también hemos de decir que son muchos los pendientes que reclaman el concurso de todos, para lograr la construcción de una nueva sociedad.

Hace poco, una joven periodista me preguntaba: ¿Y cómo te metiste al movimiento del 68? Y le dije: No me metí. Me metieron. Nos metieron a todos. Nos metió esta violencia que describe con emoción Marcia.

Desde entonces, desde hace algunos años, he reflexionado que el movimiento fue como una gran ola; como una gran avalancha. Un acontecimiento que nos llevó a la participación comprometida solidaria, muy sentida, en defensa de una vida con dignidad, con respeto a la libertad y por la construcción de vías de participación de todas y de todos, para garantizar nuestros derechos políticos y civiles.

Entre los acontecimientos y la violencia que arremetía el gobierno, el ejército, la policía, todas las policías, los granaderos, y después todos los poderes del Estado en contra de los jóvenes y del pueblo, los estudiantes de este país, los padres de familia y señaladamente contra las mujeres en el (inaudible).

Vivimos un movimiento lleno de imaginación, lleno de creatividad, y en ese proceso se construyó la solidaridad y la convicción que la transformación del país era no tan sólo necesaria e inevitable, sino que era posible también.

Sí, compañeras y compañeros. Luis Echeverría estuvo en prisión cerca de 30 meses, le dieron prisión domiciliaria con el argumento de su edad; con el argumento de graves enfermedades, que pronto se demostró que eran fingidas, que no eran reales, que era una acto de cobardía, para no presentarse a rendir cuentas ante la ley, como un acto de cobardía y de traición.

Fue la agresión de aquella tarde del 2 de octubre, en esta plaza, en contra de una multitud reunida con alegría, con esperanza, con ilusiones de paz, y de pronto aparecen las luces de bengala; aparece el Batallón Olimpia y la tropa uniformada entrando del entonces San Juan de Letrán, hoy Eje Central, hacia acá.

Hay quienes hoy dicen, que quien agredió no fue el Ejército, que fueron los francotiradores del Batallón Olimpia. Y olvidan deliberadamente, que el Batallón Olimpia era una unidad (inaudible) del Ejército Mexicano, preparado para labores de contrainsurgencia en una escuela militar de los Estados Unidos y en Panamá. Por lo tanto, era el ejército, quien agredió fue el Ejército. No tenemos derecho a fingir. que eso no lo entendemos.

Quiero reconocer aquí un acto de decisión importante, tomado por la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, hace un año, cuando emite un acuerdo que reconoce la masacre de Tlatelolco y la represión toda contra el movimiento, como un crimen de lesa humanidad.

Nosotros entablamos la querella en contra de los responsables de la represión, por el crimen de genocidio, que es un crimen de lesa humanidad, que no prescribe nunca y que se supone que los gobiernos del mundo entero, están obligados a perseguir.

¿Por qué luchamos hoy? Luchamos por que se concluyan los juicios que se iniciaron hace varios años y que un Poder Judicial omiso dejó ahí y que hoy tenemos que retomar.

Tienen que llegar a su fin, por una razón muy simple. Y voy a usar un término que a la mayoría de los aquí presentes, nos desagrada mucho. En términos de justicia, hay dos conceptos: una es la verdad histórica y otro es la verdad jurídica.

La verdad histórica, es que aquí se cometió un crimen de Estado, un genocidio, un crimen de lesa humanidad, que agredió al cuerpo de los jóvenes, y agredió al pueblo entero. Esta es la verdad histórica y es un crimen que permanece impune.

La verdad jurídica es que los culpables, los responsables únicos de este crimen, somos nosotros. Quiero decir, quienes formamos parte del Consejo Nacional de Huelga y que fuimos detenidos en esta plaza, allá en el edificio de enfrente, fuimos sentenciados como responsables de esta violencia.

A 27 años de prisión, junto con otros compañeros igual, y a 16 años de prisión el que (inaudible). Y fuimos sentenciados, porque teóricamente, según aquella verdad oficial, aquí en Tlatelolco murió una sola persona, y fue un soldado, que murió de un solo balazo por la espalda. Y de ese balazo fuimos acusados más de 400.

Ninguno de nosotros, aquí fuimos detenidos más de 3 mil personas ese día, llevados al campo militar y llevados a distintos centros de detención, a Lecumberri y a muchos otros lugares. 3 mil.

¿Y cómo lo hicimos para que, entre esos 3 mil, todos dispararan, una sola bala; para matar a un solo soldado? Que nunca fue presentado el cuerpo, que nunca hubo un testigo.

Ese juicio tiene que terminarse. Pero se tienen que abrir otros, porque hoy hay nuevos datos y hoy hay nuevos nombres, de otras agresiones, que no están en los expedientes que fueron procesados en la Fiscalía especial.

Nuestro reclamo es hoy por la reparación integral del daño, que quiere decir: verdad, justicia, memoria, reparación del daño y garantía de no repetición.

¿Y por qué insistimos en eso el día de hoy? No es por nostalgia, no es por venganza. Es porque durante décadas se instaló en nuestro país, el hábito de la impunidad.

Y el caso del 68 es un caso doloroso, es emblemático. Las cosas están muy claras. Se sabe a pesar de que no sepamos cuántos compañeros murieron en este lugar, sí se sabe quién lo hizo, sí se sabe cómo lo hicieron. Esto tiene que ser reparado, este daño, entendido con estos cinco conceptos que he mencionado.

Hoy, estamos convencidos de que si logramos la justicia plena en este caso y la reparación integral de los daños, no habrá más 10 de junios; no habrá más Acteal; no habrá más guerra sucia; no habrá Ayotzinapas, ni habrá Aguas Blancas o Ranchos Izaguirres. No habrá más desapariciones forzadas, como las que hoy hieren nuestra conciencia, y hieren lo más profundo de la conciencia del ser mexicano.

Hoy, a Clara Brugada le digo: seguimos comprometidos por construir y hacer de esta Ciudad de México, una ciudad de paz, un espacio de libertad, con democracia participativa y con igualdad de oportunidades, para todas y para todos.

Por la justicia, por la verdad y la memoria; por la no repetición de los crímenes de Estado; por el alto total al genocidio en Gaza, que ofende a la humanidad toda; por el castigo a los culpables y por el fin de la impunidad.

¡2 de Octubre no se olvida!

ASISTENTES: ¡Es de lucha combativa, 2 de octubre no se olvida! ¡Es de lucha combativa!

FHG: Muchas gracias.

PRESENTADOR: A continuación, invitamos a las y los presentes a ponerse de pie para entonar nuestro himno nacional.

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