Palabras del Jefe de Gobierno, Martí Batres Guadarrama; y de la Secretaria del Medio Ambiente, Marina Robles García, durante la publicación de la Ley Ambiental de la Ciudad de México.

Publicado el 18 Julio 2024

JEFE DE GOBIERNO, MARTÍ BATRES GUADARRAMA (MBG): Muchas gracias, amigas y amigos.

Lo primero que quiero hacer, es felicitar ampliamente a la secretaria Marina Robles, y a todo el equipo de la Secretaría del Medio Ambiente por el trabajo extraordinario que han realizado a lo largo de toda la administración y en el lapso que me ha tocado también, a lo largo de todo este año. Muchísimas felicitaciones, muchas felicitaciones, doctora Marina Robles, y felicitaciones a todo el equipo de la Secretaría del Medio Ambiente.

Quiero enmarcar la publicación que se hace hoy de la nueva Ley Ambiental de la Ciudad de México en un contexto: consideramos, en este lapso que me tocó a mí, la necesidad de enfatizar ciertos temas; se venía trabajando sobre una serie de temas, de proyectos, de programas y algunos nos pareció que había que reforzar, enfatizar y uno de ellos es el relacionado con el medio ambiente y el agua, son temas fundamentales para la viabilidad de la Ciudad de México.

Y quisimos hacerlo también en un contexto de transformaciones, por lo cual buscamos tener una agenda legislativa activa a lo largo de todo este año, de todo este periodo.

En efecto, operamos la aprobación de una iniciativa para poder responder a algo que nos plantearon los pueblos y comunidades del sur de la Ciudad de México: eliminar la división del suelo de conservación en suelo de conservación y suelo rural, porque esto producía la gran preocupación de los pueblos y comunidades de Milpa Alta, de Xochimilco, de Tlalpan, de Tláhuac, de Contreras, en el sentido de que esto llevara a la urbanización de una parte del suelo de conservación, a darle un tratamiento diferenciado al momento en que dejaba de considerarse suelo de conservación.

Esto venía desde la Constitución, desde que se aprobó la Constitución de la Ciudad de México ya venía incluida esa división; pero en el momento en que se plantea en los proyectos de programas de desarrollo materializar la división, hubo una respuesta muy fuerte, especialmente de las comunidades de Milpa Alta, sobre todo, Milpa Alta, Xochimilco, pero no únicamente.

Entonces, se decidió plantear la eliminación de esta división y dejar el suelo de conservación como uno solo, con una unidad normativa, una cohesión que diera además certidumbre y que no llevara a la creencia de que se recorría la línea del suelo de conservación hacia atrás. Bueno, esta reforma se realizó y la publicamos en los primeros días en que estuve yo aquí al frente de la Jefatura de Gobierno.

Impulsamos también inmediatamente otra reforma, que fue la reforma contra los talamontes. De hecho, nos enfrentábamos al problema –ya lo teníamos– de que se detenía a un talamontes y en unas horas salía, a veces inmediatamente era soltado, y esto causaba una gran frustración entre los comuneros y los defensores de los bosques, porque el talamontes regresaba a talar árboles.

Planteamos entonces una reforma al Código Penal para elevar penas y modificar el texto de tal manera que no se diera lugar a la liberación de los talamontes; los talamontes que han sido detenidos después de la reforma al Código Penal siguen presos, siguen detenidos, es decir, que quede claro el mensaje de que no se puede permitir la tala ilegal de los bosques y árboles.

Luego, en otro orden de cosas, impulsamos procesos que ya se venían realizando, sobre todo ciertas obras de impacto ambiental positivo. Una de ellas fue terminar la Planta Seleccionadora de Desechos Sólidos de Gustavo A. Madero, que se terminó y la inauguramos; otra, fue terminar la Planta de Energía Solar en la Central de Abasto, la terminamos y la inauguramos; y otra más, fue el culminar las obras de la Planta Trituradora de Cascajo que está ubicada en Tláhuac y que nos va a ayudar mucho.

Hoy por la mañana le pedí a la titular de CORENADR que nos ayude para que en la Planta Trituradora se procese el cascajo que está en el fondo del lago de San Gregorio, de Xochimilco; ese es un cascajo que se depositó después de los temblores del ‘85, con todo el material que sobró, lleva muchísimos años ahí, son millones de toneladas, y el objetivo es que nos sirva la Planta Trituradora para comenzar a sacar todo ese cascajo y convertirlo en losetas que se puedan utilizar, de esta forma tendría un impacto ambiental positivo, inmediato y se respondería una demanda también histórica.

También, por otra parte, quiero destacar que a lo largo de este año que nos ha tocado, se logró el mayor rescate, especialmente en la parte de 2023, el mayor número de hectáreas rescatadas de suelo de conservación que estaban invadidas u ocupadas. Esto es muy importante porque son acciones que a veces no se realizan por el temor al conflicto, pero si no realizamos estas acciones se va acabando nuestra reserva de oxígeno, de agua en nuestra ciudad.

También se realizaron obras de drenaje que tienen impactos diversos, pero también ambientales, destaco particularmente dos obras: una, son las obras para el rebombeo en Canal de Chalco, que nos ayuda a evitar inundaciones en esa parte, que es una parte más baja, pero también nos ayuda a mantener sanos los canales y las partes adyacentes a los mismos en esa región.

Y otra obra también que tiene un impacto social positivo, pero también ambiental, es el establecimiento del drenaje en Xicalhuacan, Xochimilco, que nos permitió tender 12 kilómetros de línea, conectar las viviendas con el drenaje, con los cárcamos, colocar 400 pozos con sus correspondientes coladeras y evitar así que las aguas negras fueran arrojadas hacia los canales que se encuentran a un lado de Xicalhuacan.

Esta obra tiene un impacto ambiental muy positivo y pasó por muchas vicisitudes sociales, pero finalmente se pudo realizar para bien de los habitantes, que antes tenían que andar cada temporada de lluvias caminando entre las aguas negras; y para bien del medio ambiente y de los canales, para que no reciban las aguas negras. Entre las obras está una planta de bombeo para mandar las aguas negras a las plantas de tratamiento de San Luis Tlaxialtemalco.

Luego, también quiero comentar que en este lapso se recuperó el control del Desierto de los Leones, que tenía una semi privatización –¿cómo le podríamos decir?–, una especie de privatización precaria, había quienes cobraban por entrar sin tener ninguna legitimación para ello; recuperamos el Desierto los Leones, la entrada es libre y gratuita.

También, por otra parte, realizamos –como comentó la doctora Marina Robles– las reformas a la Constitución para establecer todo un Sistema de Captación de Agua de Lluvia en la Constitución, un apartado de Captación de Agua de Lluvia para darle el peso jurídico, jerárquico que tiene el tema y, sobre todo, pensando en la viabilidad y el largo plazo de la Ciudad de México. En consonancia con ello, se fortaleció el trabajo, que le llamaban o le llaman los compañeros, las compañeras de Medio Ambiente, Cosecha de Agua de Lluvia en la zona, sobre todo, sur de la Ciudad de México, y agregamos el programa de las escuelas.

Entonces, se implementaron de forma muy rápida este año, en cuatro meses, 2 mil 200 Sistemas de Captación de Agua de Lluvia en las escuelas, es más, ya son un poco más de los 2 mil 200, todas las primarias y secundarias públicas de la Ciudad de México cuentan con Sistemas de Captación de Agua de Lluvia, ahora.

También, por otro lado, reimpulsamos el Programa Comunitario de Mejoramiento Barrial; se presentaron 570 proyectos, yo no me imaginaba que se fueran a presentar tantos, tuvimos que hacer una ampliación del presupuesto, y muchos de ellos tienen connotaciones ambientales.

Entonces ahí en esos programas hay programas de huertos urbanos, hay programas para reforzar los rescates de los canales del sur de la ciudad, hay programas también para establecer obras con concreto ecológico que permita filtrar agua al subsuelo, entre otros programas, incluso hay varios de captación de agua de lluvia entre los proyectos de Mejoramiento Barrial presentados y aprobados.

Por otra parte, también determinamos seis nuevas Áreas de Valor Ambiental, eso nos permite comprometer al gobierno a su mantenimiento; fuimos a anunciar estas seis nuevas Áreas de Valor Ambiental al Parque Lineal de la Vicente Guerrero, ¿cuál es su nombre oficial? Así, Parque Lineal Vicente Guerrero, es increíble cómo está el parque. Quiero invitarlos a que vayan a ver el parque, no le pide nada a las zonas del poniente de la Ciudad de México.

Y subrayo esa cuestión por dos razones: mucha de la obra pública históricamente se ha concentrado en el poniente desde hace muchas décadas y el oriente ha tenido cierto olvido, rezago; pero, además, por la composición de agua, que históricamente tiende a ser agua dulce en el poniente y agua con salitre en el oriente, entonces es difícil que reverdezca igual, pero los jardines del camellón del Parque Lineal Vicente Guerrero están increíbles, los invito a darse una vuelta.

Luego, por otro lado, realizamos los mayores operativos en contra de la tala de árboles, nos ayudó mucho el Ejército, la Guardia Nacional, para poder llegar incluso a un decomiso, en un solo evento, de más de 10 mil piezas de madera que habían sido taladas de forma ilegal entre Huitzilac y Tres Marías, en esta zona fronteriza de la Ciudad de México con Morelos.

Por otro lado, también impulsamos la aprobación de nuevas leyes, una de ellas es la Ley de Responsabilidad Ambiental y la otra es esta, que es una Ley central, que es la Ley Ambiental de la Ciudad de México, que el día de hoy me complace informarles que publicamos, hoy publicamos la nueva Ley Ambiental de la Ciudad de México.

Esto forma parte de nuestro espíritu reformador, somos gobernantes con algo de espíritu de legisladores, pero consideramos que la obra pública y, sobre todo, la obra transformadora tiene que estar acompañada de reformas legislativas.

Ya en algún aniversario de la Constitución, hace años, comentamos que todo proyecto de transformación está acompañado de una propuesta jurídica que lo sustenta y establece las nuevas normas y ordenamientos del nuevo proyecto. Entonces, para nosotros es muy importante que lo que vamos haciendo en términos de obra de gobierno, esté respaldado por reformas legislativas.

Entonces ahora se aprobó, se envió la Ley Ambiental, la enviamos recientemente, la discutió el Congreso, la aprobó el Congreso. Agradezco aquí a las diputadas y diputados, diputada Elizabeth Mateos, muchas gracias, a todos los diputados y diputadas que nos han apoyado mucho, la verdad.

Y se aprobó y hoy la publicamos, y la publicamos hoy para darle su espacio. A mí no me gusta eso de “ya se aprobó, ya se publicó, ya, ahí que se entere el que quiera enterarse”, no, vamos a darle su espacio, por eso el otro día presentamos la Ley de Bienestar e Igualdad Social y hoy la Ley Ambiental de la Ciudad de México.

Entre otras cosas, aunque aquí la secretaria Marina Robles ya hizo una descripción pormenorizada, quiero destacar algunas y alguna. Una, es que, para fomentar la autorregulación, se incluyen programas de certificación de edificaciones sustentables como otro tipo de instrumento voluntario.

También se fortalece el fomento a la captación de agua pluvial, el tratamiento y reutilización de agua para actividades que no requieren de agua potable.

También, por otra parte, la categoría de cuerpos de agua, como competencia de la Ciudad de México, como categoría de Área de Valor Ambiental; se incluye también una nueva clasificación de las Áreas de Valor Ambiental llamada “Cinturones verdes” para evitar la expansión de la mancha urbana en el suelo de conservación.

De igual forma, se establece que en los proyectos de obra pública se debe contemplar el 3 por ciento del presupuesto de contrato de obra para destinarlo a la ejecución de medidas ambientales; o sea, los constructores deben destinar el 3 por ciento de su inversión para medidas ambientales.

También, por otra parte, se incluye la obligación de las alcaldías de contribuir a la implementación de la estrategia para la conservación y el uso sustentable de la biodiversidad.

Bueno, estos son algunos de los de los temas que resalto de la nueva Ley, todo lo demás lo ha comentado Marina, pero quiero terminar y concluir mi intervención con lo que considero el artículo que más me gusta y se los voy a leer textualmente, que es el Artículo 159 de la Ley Ambiental de la Ciudad de México, que está en el Capítulo VII, que se llama “El agua como bien público de la Ciudad de México” y dice así:

“Artículo 159. En la Ciudad de México está prohibida la privatización del agua en cualquier modalidad; así como los servicios que se derivan de su suministro y cobro, por lo que la gestión del agua es pública y sin fines de lucro”.

Este artículo me da mucho, mucho, mucho gusto. Ya nada más con este artículo, no es el único, pero ya nada más con este, para mí es una buena ley esta nueva Ley de Medio Ambiente que el día de hoy se ha publicado.

Nuevamente, felicito mucho a la doctora Marina Robles; a todo el equipo de la Secretaría de Medio Ambiente, muchas gracias por su trabajo. Todavía tenemos días de trabajo y todavía vamos a hacer cosas que tienen que ver con cuidar el suelo de conservación y otras más en materia de medio ambiente, ¿qué nos quedan? Como 79 días, ¿no? 79 días muy buenos para seguir haciendo transformaciones.

Muchas gracias, amigas, amigos de la Secretaría del Medio Ambiente; y, compañeras y compañeros.

SECRETARIA DEL MEDIO AMBIENTE, MARINA ROBLES GARCÍA (MRG): Muy buenos días, un gusto estar aquí con ustedes. Un gusto porque no solamente son muchas caras conocidas y queridas, sino porque lo que vamos a presentar hoy, que es gracias al apoyo incondicional de Martí Batres, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, es la culminación de un esfuerzo importantísimo para la Ciudad de México.

Es la publicación de esta nueva Ley Ambiental, que recoge el conocimiento acumulado a lo largo de mucho tiempo, el intercambio que hemos tenido con las organizaciones de la sociedad civil de la Ciudad de México y del país, con los grupos de empresarios, con mis colegas del Gabinete, que Ofelia, Ricardo y Néstor los representan aquí y a todos, pero en realidad tiene que ver con un trabajo colectivo.

Esta nueva Ley Ambiental, que el Jefe de Gobierno presentó al Congreso como parte de los compromisos para cerrar con broche de oro estos incansables meses de trabajo que ha tenido y que hemos tenido con él, es resultado de un trabajo colectivo. Así que mi agradecimiento a todo el Gabinete, particularmente a Néstor, Ricardo, Jefe de Gobierno, muchísimas gracias por tu apoyo.

Quiero decirles también que, junto con esta Ley Ambiental, a lo largo de estos casi seis años hemos diseñado y publicado otro tipo de instrumentos que terminan redondeando la política ambiental y los instrumentos regulatorios, los instrumentos administrativos e institucionales que le permiten a la ciudad mantenerse como esto que ha sido siempre la Ciudad de México: una ciudad de vanguardia, una ciudad ejemplar, una ciudad que promueve siempre la innovación, las nuevas oportunidades, las nuevas y mejores condiciones para quienes vivimos aquí en la Ciudad de México.

Cosas como la Ley de Economía Circular, que también tenemos en la Ciudad de México y que pronto, con el Jefe de Gobierno, también presentaremos el nuevo instrumento que acabamos de concluir.

Modificaciones a la Ley de Residuos, que también hicieron que sirviésemos de ejemplo al resto de los estados de nuestro país para impulsar uno de los retos más importantes que el mundo vive, que tiene que ver con la gestión de los residuos, productos, bienes que deberíamos de reconsiderar la forma en la que los aprovechamos, los manejamos, los usamos en general; normas que hemos elaborado también para poder orientar nuestro quehacer en esta ciudad.

Dejen que retome datos que son comunes y conocidos, por supuesto, pero que dimensionan lo que es esta ciudad y su complejidad; una ciudad que si bien está ubicada en poco menos del 1 por ciento del territorio de nuestro país, tiene en su manejo, en su administración, en su trabajo, la atención a más de 9 millones de personas que estamos registradas como habitantes de esta ciudad, pero más de 20 millones que somos quienes la usamos en este transitar continuo que tiene nuestra gran Ciudad de México.

Una ciudad que aporta alrededor del 17 por ciento del Producto Interno Bruto a nuestro país, nada menor, y que además ha crecido de manera muy importante en términos del empleo, de la inversión nacional e internacional en estos años.

Una ciudad que es considerada la 15 economía a nivel global; que tiene una característica que poca gente conoce, y es que no solamente es esta zona urbana en donde nos movemos, por supuesto, con la maravilla histórica y arquitectónica que tiene la Ciudad de México, sino esa otra parte de alrededor del 60 por ciento de su territorio que es suelo de conservación. Un sitio en donde habitan muchas de las comunidades originarias de nuestra ciudad, donde hay una gran cantidad de productores, de ejidatarios y de comunidades que han sido los custodios y quienes han ayudado a mantener los servicios ambientales y, particularmente, la biodiversidad de nuestra ciudad.

Una ciudad que a nivel nacional se encuentra ubicada en la región que representa, que mantiene el 12 por ciento de la biodiversidad, que no es un dato menor, y el 2 por ciento de la biodiversidad del planeta.

Con este contexto y con esta experiencia que desarrollamos a lo largo de este tiempo, y con un intercambio muy nutrido con todos mis colegas del Gabinete, mis colegas de la Secretaría del Medio Ambiente, con las organizaciones, empresas y otras instituciones, diseñamos esta Ley Ambiental que hoy presentamos.

En esta Ley Ambiental, donde tenemos seis títulos, 33 capítulos y 335 artículos, tenemos varias cosas que voy a resaltar, sin ser exhaustiva en los 335 artículos, por supuesto; y un capítulo inicial de disposiciones generales que me voy a reservar al cierre, porque tiene que ver con el enfoque de derechos que en la ciudad hemos mantenido, asociado a las condiciones ambientales y a la defensa de la naturaleza como entidad.

Tiene esta Ley varios puntos importantes asociados, por ejemplo, al suelo de conservación. Que uno de los ajustes que incluso se hicieron a nivel constitucional, como parte de las iniciativas enviadas por el Jefe de Gobierno, fue eliminar esta separación que originalmente estaba en la Constitución como suelo rural y suelo de conservación, para dejar en nuestra Constitución y, por supuesto, en esta Ley Ambiental, solamente el concepto de suelo de conservación, por el nivel de importancia que tiene para la Ciudad de México y, por supuesto, para quienes vivimos acá.

Un capítulo asociado al manejo de las áreas verdes. Porque parte de lo que aprendimos, recogimos y experimentamos en la Ciudad de México, fue que las áreas verdes tenían que manejarse de una manera distinta a la que tradicionalmente se venía haciendo, donde no solamente teníamos que pensar en el árbol como el centro y el corazón de los ejercicios de reforestación, sino en el conjunto de la comunidad vegetal que permite que el árbol crezca sano, fuerte, que no esté vulnerable a plagas y a enfermedades; y en donde además, como uno de los retos importantes que existen en la ciudad, la atención del suelo se vuelve importantísimo, es parte de lo que está planteado en este capítulo.

La atención y la creación de nuevas categorías de Áreas de Valor Ambiental. Que, déjenme decirles, las Áreas de Valor Ambiental son un esquema de conservación muy innovador creado aquí en la Ciudad de México y que tiene un enorme potencial, tanto, que la Agencia de Cooperación Francesa ha hecho una serie de estudios por el nivel de innovación y la posibilidad de que este tipo de formas de conservación puedan extenderse a otras partes no solo de nuestro país, sino a otras partes del mundo.

En esta Ley identificamos que teníamos que ampliar las categorías de Áreas de Valor Ambiental para atender cinturones alrededor de los asentamientos humanos y también de los cuerpos de agua.

Un punto fundamental de la Ley, y que también el Jefe Gobierno lo llevó a nivel constitucional, tiene que ver con el agua como un bien público; el agua además en esta Ley, y como parte del trabajo muy intenso que hicimos en la Secretaría del Medio Ambiente junto con el Sistema de Aguas de la Ciudad, fue trabajar en esquemas innovadores que van a permitir, creo yo, en el corto plazo que la Ciudad de México avance hacia una fuente para su abasto asociada a la regeneración de las aguas servidas.

Trabaja en el Capítulo X con uno de los temas clave a nivel mundial, que es la restauración. La historia de la humanidad no ha dejado un espacio sin ser impactado por nosotros, y eso hace que como una lógica internacional se haya propuesto que la restauración sea una de las líneas de trabajo más importantes; y más adelante me voy a permitir dar algunos ejemplos importantísimos de este trabajo de restauración que hemos hecho en el suelo de conservación y también en la parte urbana de la ciudad.

Quiero además subrayar el trabajo tan importante que incluye esta Ley, asociado a la atención a la biodiversidad, en donde creo que uno de los indicadores más importantes de la mejora ambiental que ha tenido la Ciudad de México, está justamente en este Capítulo de Biodiversidad; y que fue durante mucho tiempo un tema subestimado a la luz de la atención de cambio climático, en donde los temas muy locales asociados a la importancia de conservar la biodiversidad, que finalmente es lo que nos alimenta, es lo que nos cobija, es lo que nos hace felices, porque tiene que ver con el paisaje que nos rodea, lo habíamos dejado con poca atención.

En el Título Tercero y en el Título Cuarto trabajamos con temas asociados a las medidas preventivas, a las medidas correctivas para la contaminación ambiental, en donde una de las cosas que hemos incluido tiene que ver con la atención de manera más contundente al ruido y a la contaminación visual y lumínica, que ha sido una preocupación creciente entre los grupos de la sociedad.

También, por supuesto, los temas de impacto ambiental, que sigue siendo un instrumento de enorme valor en todos los planos, no solamente de la Ciudad de México, de nuestro país, sino también del mundo, para poder corregir, para poder orientar los distintos proyectos productivos, de desarrollo urbano, incluso de obra pública, de manera que se desarrollen, se construyan y se operen sin afectar los recursos naturales y el medio ambiente.

Un punto central –y aquí me voy a detener un momento– asociado a la participación ciudadana, en donde en el Título Quinto la Ley hace énfasis en el compromiso de la Ciudad de México a la participación ciudadana, respetando, por supuesto, todos los convenios internacionales y todos los compromisos que nuestro país y la ciudad ha asumido, entre ellos, los Acuerdos de Escazú, que son el corazón finalmente planteado desde el espacio internacional para la participación ciudadana.

Pero, además, incluye varias cosas que han generado en algunos grupos inquietudes, porque en la Ciudad de México innovamos con una forma de consulta vecinal, pensando en que había ciertos grupos de nuestra sociedad que no eran consultados cuando se hacían desarrollos en sus colonias y en sus barrios. La Ley, por supuesto, reconoce la consulta indígena y de pueblos originarios, pero, además, le abre espacio a una consulta de los vecinos, de los vecinos en general que pueden ser afectados por algún desarrollo que ocurra en las inmediaciones de sus viviendas.

La Ley incluye un apoyo a nivel interinstitucional y un consejo asesor que permita hacerse de manera permanente del mejor conocimiento y experiencia para la Ciudad de México. En estos años, parte de lo que nos dejó un trabajo muy cercano con la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación, fue precisamente que nuestra cercanía con los grupos académicos nos podía permitir que nuestras soluciones fuesen mucho más argumentadas, mucho más fuertes, mucho más innovadoras y verdaderamente mostrando el ejemplo que la ciudad siempre ha mostrado al resto de nuestro país y, por supuesto, al mundo.

Cuatro láminas nada más asociadas a mostrarles los ejemplos que muestran lo que hicimos en la ciudad y que permitieron que llegáramos a esta nueva Ley Ambiental de la Ciudad de México.

Cuando iniciamos esta administración, planteamos que la ciudad mantendría su compromiso de un trabajo de bienestar y de mejora ambiental para la ciudad, pero también nos comprometimos con el futuro del planeta y establecimos una meta, una meta que planteaba que estaríamos reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero, estas que están provocando el cambio climático, al 10 por ciento de las emisiones que la ciudad tenía en el año 2016.

Sobrepasamos esa meta: lo que llevamos hasta ahora cumplido y vamos a superarlo todavía, una vez que cerremos esta administración, es el 105.5 por ciento de la meta que nos comprometimos en los siete ejes en donde, además, no solamente intervino la Secretaría del Medio Ambiente, sino todas las secretarías e instituciones del Gobierno de la Ciudad, aportando desde sus distintas canchas a la mejora ambiental y, por supuesto, al bienestar de las personas,

Uno de los cambios que son más evidentes en la Ciudad de México, y nos lo dice con mucha frecuencia la gente que tenía varios años sin venir a la ciudad, es el cambio en la vegetación de la ciudad. Hasta ahorita llevamos 45 millones de plantas establecidas y una vez que terminemos en esta administración, como comprometimos y comprometió el Jefe de Gobierno, habremos alcanzado los 50 millones de árboles, de arbustos, de hierbas y de cubresuelos.

Y enlisto estas categorías de vegetación porque nuevamente quiero recordar esto que planteamos en la Ley: no basta con sembrar árboles en una ciudad, si nosotros solo plantamos árboles, dejamos a un árbol vulnerable que va a ser afectado por plagas, que no va a tener toda la capacidad para nutrirse bien y, por lo tanto, para crear un paisaje como el que tenemos que tener en ciudades a las que queremos.

Aumentamos la vegetación nativa como un principio de nuestra revegetación en la ciudad. Ahora, en los viveros de la ciudad, en los viveros de San Luis Tlaxialtemalco, Nezahualcóyotl y Yecapixtla, tenemos más de cuatro veces las especies nativas que antes se producían, y es un gusto verlas ahora incluso en los jardines particulares y también en los espacios donde se comercia vegetación.

Estamos por terminar el área verde número 19, que se suma a estos grandes parques que la Ciudad de México tiene y que han hecho que pasemos de tener, en el año 2017, 14.5 metros cuadrados de área verde por habitante a 19.4 metros cuadrados por habitante.

Espacios, además, que han sido construidos, diseñados y cuidados con una lógica que nos coloca entre las ciudades que defendemos a uno de los grupos zoológicos más amenazados y con eso nuestra propia vida, que son el grupo de los polinizadores.

A la fecha, hemos diseñado y construido más de mil jardines para polinizadores y además lo hicimos con una idea lógica que a mí me parece encantadora, que tiene que ver con una perspectiva de género; curiosamente las mujeres, a quienes nos ha gustado siempre la jardinería y somos buenas jardineras, no se nos reconoció el oficio de la jardinería, nos dedicamos en estos años a abrir ese oficio para las mujeres y tenemos cerca de mil mujeres capacitadas que se han convertido en una comunidad poderosa, defensora y muy creativa constructora de jardines para la polinización.

Creamos nuevas Áreas Naturales Protegidas, decretamos nuevas Áreas de Valor Ambiental, todavía en la última conferencia de prensa, donde el Jefe de Gobierno planteó sus 50 puntos para estos últimos meses de su gobierno, estableció que estaríamos decretando dos nuevas Áreas de Valor Ambiental y vamos a tener listo eso, Jefe de Gobierno.

Creamos un Plan de Infraestructura Verde para la ciudad, con una perspectiva de mediano y de largo plazo, porque nos parece que estas mejoras que hemos hecho merecían dejar una recomendación para el largo plazo de lo que la ciudad puede hacer en términos de conectividad y en términos de este reequilibrio de los espacios verdes para toda la población y así dejamos un programa especial de infraestructura verde.

Hicimos un trabajo en el que iniciamos la rehabilitación de los cuerpos de agua. El nivel de restauración que ameritan los ríos y el sistema de humedales de la Ciudad de México, por supuesto amerita muchos más años que los que una administración de gobierno tiene, pero el trabajo iniciado deja la puerta abierta, deja la experiencia del tipo de intervenciones y tecnologías que hicimos, deja espacios totalmente transformados, donde las vecinas y los vecinos han transformado su vida por estos sitios de los cuales construimos.

Hicimos la construcción de 34 nuevos humedales, y aquí me detengo un momento, porque los hicimos con dos propósitos. Uno, por la función importantísima que tienen los humedales para la depuración del agua y también para el mantenimiento de la biodiversidad; pero lo hicimos también con otro propósito, un propósito educativo, porque queremos reconstruir a una imagen positiva el valor de los humedales.

A lo largo de los siglos los humedales han sido destruidos; en el mundo, el 70 por ciento de los humedales han desaparecido y han desaparecido por una vieja teoría del origen de la enfermedad, donde se decía que eran las emanaciones de los cuerpos lo que generaba la enfermedad, emanaciones que los olores de los humedales… ustedes sabrán que, justamente por esta increíble función que tienen de depurar las aguas con una gran cantidad de bacterias para poder procesar la materia orgánica, hace que tengan un olor particular, eso los destinó precisamente a esta condición de enorme deterioro que ahora tienen.

Esto llevó a que entonces hiciéramos este conjunto de humedales en la zona urbana, pero que también en la zona del sur, en el suelo de conservación hiciéramos un trabajo muy intenso para recuperar los sistemas de canales, los humedales, la vegetación, el espacio paisajístico, la chinampa, que es una de las grandes riquezas que nuestra ciudad ha aportado al mundo.

Hemos, y es parte de lo que también está en nuestra Ley y que el Jefe de Gobierno llevó a nivel constitucional, establecido una gran cantidad de Sistemas de Cosecha de Lluvia; y lo hicimos porque es un enorme desperdicio, el Jefe de Gobierno siempre lo comenta, es un enorme desperdicio que agua que cae con esa calidad del cielo, gratis, se desperdicie en el drenaje.

Por eso es que, en casi 73 mil viviendas, hasta ahora, hemos instalado Sistemas de Cosecha de Lluvia; y, además, gracias a la expansión que el Jefe de Gobierno hizo a este programa, establecimos Sistemas de Cosecha de Lluvia en todas las escuelas primarias y secundarias de la Ciudad de México.

Les decía que una de las zonas que no toda la gente, incluso de la ciudad conoce, y por supuesto de fuera de la ciudad menos, es que la ciudad es mucho más que asfalto y concreto, es una ciudad plena de espacios rurales, de espacios con naturaleza, que en estos años han tenido la mejor de las atenciones.

Un presupuesto más de cinco veces el que recibía cuando entramos a esta administración que han permitido la rehabilitación de miles de hectáreas, que han permitido la plantación de millones de plantas, que han permitido la recuperación de espacios invadidos como asentamientos irregulares, que le han dado un apoyo a las comunidades y productores de esta zona, que les han hecho recuperar el sentido del valor de sus tierras, que les han hecho defender incluso la forma en la que sus tierras ahora se pueden desarrollar.

Una inversión que ha permitido que se destinen 26 áreas de manera voluntaria a la conservación, y creo que es uno de los grandes logros, porque es una decisión de las propias comunidades que estos espacios, propiedad de ellos o de los ejidos, se conviertan para poder mantener su riqueza en biodiversidad. Una reactivación también de tierras ociosas, alrededor del 60, 70 por ciento de lo que INEGI identificaba como tierras ociosas en este suelo de conservación.

Regreso al planteamiento del Artículo Primero que está en esta Ley Ambiental. Me quiero detener ahí porque desde el Artículo Primero, la Ley Ambiental de la Ciudad de México reconoce nuestro derecho a un medio ambiente sano, pero también los derechos de la naturaleza, los derechos de una naturaleza en todos sus componentes, y eso es también uno de los puntos que han hecho que la Ciudad de México haya sido considerada un punto de vanguardia: la lucha, la defensa, el cuidado, la restauración de los ecosistemas para regresarle, no solamente a los humanos que vivimos en la Ciudad de México un espacio cada vez mejor, sino también a las otras formas de vida con las que compartimos la Ciudad de México.

Me detengo solamente en dos cosas de esta lámina, que nos muestra uno de los sitios que restauramos y que reconvertimos a uno de los sitios, creo yo, más hermosos que ahora tiene la Ciudad de México, que es Canal Nacional.

Y me detengo a dos tipos de cosas. Una, la idea de tecnosuelos, que tiene que ver con un problema de muchísimo tiempo que vive no solo la Ciudad de México, sino el resto del mundo, que es el abasto de tierra para sus parques, para sus jardines, para la mejora en general de la vegetación. Durante muchísimo tiempo las ciudades han extraído tierra de monte para poder construir sus parques y jardines, y eso es sacar uno de los recursos más preciados para poder tener un paisaje hermoso y un ecosistema sano.

Por eso es que la Ley Ambiental de la Ciudad de México plantea que los tecnosuelos son estos suelos elaborados a partir de los residuos vegetales, que es finalmente lo que la naturaleza hace cuando se le da el tiempo para ello, generar suelo que nos elimine la extracción de la tierra de monte.

Y otro de los puntos importantes es que se identifica un porcentaje del presupuesto de cada uno de los proyectos de obra pública para que sean destinados a la restitución ambiental, como uno de los compromisos importantes que el Gobierno de la Ciudad de México tiene con la naturaleza y con el derecho a un medio ambiente sano de quienes vivimos acá.

Casi para terminar, quiero mostrarles algo que termina siendo uno de los indicadores más importantes de la mejora en la calidad ambiental que tiene la Ciudad de México. Si nosotros lleváramos los niveles de calidad del aire a los cuales declaramos contingencia hoy en día a, por ejemplo, los años noventa, todos los días de los años noventa hubiese habido contingencia de Fase Dos, seguramente.

Hoy, por supuesto, tenemos retos importantes que resolver de calidad del aire y es parte por lo que hemos creado distintos instrumentos y hemos generado proyectos y programas, cada vez más coordinación con la Zona Metropolitana.

Pero el nivel de mejora que ha habido en la calidad del aire de la Ciudad de México es parte de que nuestra ciudad, en materia ambiental, haya sido reconocida con 27 premios a nivel nacional e internacional, 27 premios que tienen que ver con indicadores como el de calidad del aire, donde en el 2023, solo por dar un dato, superamos los más de 100 días limpios al año y en donde en los últimos cinco años hemos tenido más de 100 días limpios al año, cada año, de manera consecutiva.

Un trabajo que se refleja en los planteamientos de esta nueva Ley que tiene, como les decía, una mejora, un aumento de las áreas verdes por habitante y una de las cosas que creo que son más importantes para la Ciudad de México, que es un indicador de calidad de vida no solo nuestra, sino de los otros seres vivos; y es que tenemos 42 nuevas especies de aves registradas en la ciudad, pasamos de tener 355 a tener 397, esta mejora en el número de aves tiene implicaciones de lo que está sucediendo en el resto del ecosistema, un ecosistema cada vez más sano, un ecosistema que ofrece seguridad a las otras formas de vida.

Una ciudad que le abre con esto una certeza jurídica también a esto que estuvimos haciendo en estos años, y que le ofrece también su conocimiento, su experiencia al resto de las entidades con quienes hemos compartido los retos que representa mejorar y trabajar por una ciudad tan compleja como la Ciudad de México; pero, sí, una ciudad que es cada vez más comprometida, una ciudad mucho más abierta, que compartimos con otros seres vivos esta Ciudad de México que se abre al futuro.