Mensaje del Jefe de Gobierno, Martí Batres Guadarrama, durante la ceremonia de reconocimiento a las mujeres policías de la Ciudad de México

Publicado el 07 Marzo 2024

JEFE DE GOBIERNO, MARTÍ BATRES GUADARRAMA (MBG): Muy buenos días a todas, a todos, especialmente a todas, a todas las compañeras policías de la Ciudad de México.

Saludo a Pablo Vázquez, nuestro secretario de Seguridad Ciudadana; a Ingrid Gómez Saracíbar, nuestra secretaria de las Mujeres de la Ciudad de México; y también, por supuesto, con mucho reconocimiento a Marcela Figueroa, subsecretaria en la Secretaría de Seguridad Ciudadana.

¿De qué trata esta ceremonia? Podríamos enumerar varias cosas, podemos hablar de los méritos especiales que han tenido algunas compañeras, o de sus trayectorias, además de ello, esta ceremonia trata de un tema muy de fondo: el tema de la igualdad.

Es un tema cada vez más fuerte, que cada vez avanza más, pero que no ha concluido de concretarse; es un tema que ahora se acepta discutir y se escucha y se ve con normalidad en el debate público, pero hace 30 años no se veía igual, hace 40, 50 menos aún.

Yo recordaba el día de ayer en otra ceremonia, a propósito de estos días en que enfatizamos la lucha por los derechos de las mujeres, que todavía hasta el año de 1975 el Código Civil decía que si una mujer deseaba ingresar a un trabajo formal debía tener la autorización de su esposo o de su padre, estamos hablando de pleno siglo XX, de finales del siglo XX.

Y es que cuando se trataba de los temas laborales había toda una visión de desigualdad de género, una perspectiva de desigualdad de género; había oficios para hombres y oficios para mujeres, y los oficios para las mujeres eran aquellos que constituían la extensión de las tareas del hogar, por ejemplo, en los hospitales esto era muy claro: los hombres eran los doctores y las mujeres eran las enfermeras y había una división notable de rangos, jerarquías, ingresos, unos daban las órdenes, otras obedecían.

Pero más ampliamente, mirando hacia otros trabajos, por ejemplo, las mujeres se incorporaban a la vida laboral como costureras, era una extensión de las tareas del hogar; o como educadoras en los centros infantiles o en el jardín de niños, en la educación preescolar, era una extensión de las tareas del hogar.

Y así se hizo una división del trabajo por roles de género que marcó las desigualdades. Los hombres estaban a cargo de trabajos duros, eran los mineros, eran los petroleros, eran los plomeros, los electricistas y también eran los jefes, así era la división del trabajo.

Cuando nos acercamos a las llamadas estructuras duras, por ejemplo, juzgados, fiscalías, policías, esa división era todavía más fuerte, la discriminación era todavía mayor y la perspectiva de la igualdad todavía más remota.

Ahora nos da mucho gusto que en la Policía de la Ciudad de México –que lo dije ayer en una reunión, es la mejor policía estatal de todo el país– nos da mucho gusto que no solo atrapan delincuentes, que no solo es una policía eficiente, que no solo es una policía cohesionada, que no solo es una policía unitaria en el conjunto de la entidad, sino que hay unos cambios cualitativos interiores.

Entre esos cambios cualitativos interiores están los de género: hay más mujeres policías cada día y también hay más mujeres que solicitan entrar a la Universidad de la Policía o a otras formas de formación o educación para ser policía.

Y dentro de la policía cada vez hay más mandos de mujeres dentro de la policía, pero no solo eso, sino que además dentro de la policía cada vez hay más perspectiva de igualdad de género y eso es uno de los cambios cualitativos más importantes.

Lo es tan palpable y visible, que incluso en una de las manifestaciones del 8 de marzo de años recientes, se integró un contingente de mujeres policías que gritaban: “policía consciente, se une al contingente”, algo que hace 30 años era imposible ver.

Por esas razones es que debemos hablar y encomiar el proceso de igualdad que va atravesando toda la sociedad y todos los órganos del Estado, lo cual implica, por ejemplo, cambios de cultura, cambios en los patrones de conducta, procesos de humanización y transformación en la vieja división de los roles laborales de género.

Las mujeres hoy en día, que quede claro, pueden estar en cualquier trabajo y pueden ser jefas en cualquier nivel, desde el más alto hasta el más bajo, así lo está demostrando las transformaciones de estos años recientes.

Hemos visto cómo se ha reconocido y premiado a policías por diversas acciones, algunas que tienen que ver con este proceso de humanización: una policía mujer salvando un bebé, una policía mujer amamantando a un bebé en Acapulco, policía de aquí de la Ciudad de México, para que no se deshidrate y pierda la vida. Alguien podría decir: “todavía eso tiene que ver con roles de género”, es cierto, pero eso no quita el aspecto de humanización que vive la policía.

Pero hemos visto otros casos, porque vimos a una mujer tacleando una motocicleta, lo cual rompe con todas las visiones de la división de los roles de género, porque podría decirse que, ¿quién podría taclear a una motocicleta en movimiento donde escapan dos delincuentes? Un hombre o un policía hombre, pues no, aquí fue una mujer que tumbó una motocicleta en movimiento a velocidad y pudo detener a dos delincuentes, cuál sexo débil, ni que nada, hay igualdad y las mujeres pueden desempeñar cualquier tarea por compleja, difícil, fuerte que sea.

Creo que es importante que sigamos impulsando esa transformación cultural, lo digo yo desde una experiencia personal si me la permiten, soy hermano, hijo, padre de mujeres y de mujeres que se han desarrollado en la idea de la igualdad.

Mis padres fueron profesores y los dos aportaban al hogar y entonces los hijos veíamos, hijas e hijos, que no era el papá el proveedor y la mamá la que se quedaba en casa. Fuimos educados en la idea de que ambos contribuían al hogar. Hacia el final de sus carreras, mi madre terminó teniendo un ingreso superior al de mi padre, o sea, que era quien aportaba más recursos al hogar y en la casa nos decían: “todos van a aportar al trabajo en el hogar”.

Tuve cuatro hermanas y fui el único hombre, pero no era el consentido porque todas y todos teníamos las mismas tareas que desempeñar y hoy en día varias de mis hermanas tienen responsabilidades muy superiores.

Por eso creo que, si impulsamos una cultura de igualdad de género, nos vamos a acostumbrar a la igualdad entre mujeres y hombres en todos los campos.

Como esa igualdad requiere una ayudadita jurídica, se hizo una reforma recientemente, que comentó el secretario aquí, es una reforma para que un cambio que ocurrió en estos tiempos en la Policía se convierta en algo duradero: se creó la Unidad Especializada de Género, pues ahora se reformó la ley para que la Unidad Especializada de Género se convierta en una estructura permanente y pase a ser una unidad de mando también, por lo cual se elevará la jerarquía de la Unidad Especializada de Género, dentro de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.

Pero también, esta reforma va acompañada de otra más fuerte, otra reforma que dice que tiene que haber paridad en los mandos en la Policía. Así como empezó la paridad, ya ven que en el Gabinete, luego en los órganos legislativos, empezó a avanzar la paridad de género en los órganos judiciales; bueno, con la reforma ahora se establece que tiene que haber paridad en los mandos, o sea, igual número de jefas y de jefes, ese será un proceso de transformación muy interesante.

Y como es algo relevante, quise traer yo para compartir con ustedes la Gaceta Oficial del día de hoy, hoy publicamos esta reforma, esta reforma se publica el día de hoy y entra en vigor en el marco del Día Internacional de las Mujeres, 8 de marzo.

Amigas policías, no me resta sino reconocerles su trabajo y felicitarlas ampliamente, y desear que siga la lucha por la igualdad de las mujeres y de los hombres, y por el pleno respeto a los derechos de las mujeres en todas las estructuras de la sociedad, en todas las estructuras del Estado y, por supuesto, también en nuestra querida Policía de la Ciudad de México.

Muchas gracias.

SECRETARIO DE SEGURIDAD CIUDADANA, PABLO VÁZQUEZ CAMACHO (PVC): Muy buenos días a todas. Con su permiso, Jefe de Gobierno.

Saludo con mucho gusto a la psicóloga Ingrid Gómez Saracíbar, secretaria de las Mujeres de la Ciudad de México; y a todas mis compañeras de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.

A la subsecretaria de Desarrollo Institucional, Marcela Figueroa Franco, compañera, a quien agradezco profundamente su trabajo en beneficio de cada una de las mujeres que integran la Policía de la Ciudad de México y sus palabras el día de hoy. Un fuerte aplauso a la subsecretaria Marcela Figueroa.

A la comisaria Thalia Janet Alba Ortega, jefa de Estado Mayor de la Policía Auxiliar; a la inspectora general Lucía Karen Pérez Ortiz, directora general Regional en Benito Juárez; a la comisaria y muy querida jefa Adalberta Narcisa Peláez Juárez, directora de Seguridad Escolar; a la inspectora jefa Itzania Otero Manzo, directora de la Policía Metropolitana Femenil “Ateneas”; a la comisaria Paola Aceves Sandoval, titular de la Policía Turística; a la inspectora jefa Angélica Patricia Castrejón Martínez, directora de la Zona Vial 2 Centro.

A la inspectora jefa Jesica Regina Muñoz Santos, directora de Supervisión Estratégica y Control Policial en la Subsecretaría de Inteligencia e Investigación; a la inspectora jefa, doctora Dinorah Guadalupe Salazar Batalla, instructora de la Universidad de la Policía; a la comisaria licenciada Graciela Elena Mancilla Coyotecatl, coordinadora de Supervisión y Evaluación Operativa de la Policía Bancaria Industrial; a la inspectora, licenciada Erika Janet Bautista Gutiérrez, subdirectora de Apoyo Logístico y Táctico.

A la custodia experta Silvia Hernández Pérez, encargada de la Subdirección de Seguridad del Centro Femenil Santa Martha Acatitla; a la subinspectora Yadira Manuela Pérez Rodríguez, jefa de la Unidad Administrativa del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas; a la suboficial María Teresa Barrios Burgos, directora de la Universidad de Protección Ciudadana de Buenavista.

A todas mis compañeras, personas con mando en esta Secretaría, es para mí un honor mencionarlas una a una y entregarles un muy merecido aplauso, muchas gracias por su servicio. Todas, todas, tienen todo el respeto y el cariño, mencionaba Alberta especialmente por obvias razones, por haber compartido con ella en la Subsecretaría de Participación Ciudadana.

Gracias también a Daniela Cordero Arenas, esposa del Jefe de Gobierno por acompañarnos; y a todas mis compañeras y compañeros del Gabinete de Seguridad; subsecretarios, subsecretarias, directores generales, coordinadores generales de zona.

Es un honor para mí estar el día de hoy acompañado de tantas mujeres que son un ejemplo para nuestra institución y que dedican su trabajo a servir a la sociedad.

Hoy entregaremos un reconocimiento a las mujeres que han demostrado un compromiso sobresaliente, dedicación y valentía en su servicio, destacando en su labor y marcando una diferencia significativa en nuestras vidas y en nuestra comunidad.

Acentuamos su labor que ha ido más allá de cumplir con su deber. Ustedes son guardianas de la paz, defensoras de la justicia y símbolos de esperanza para aquellas y aquellos que más lo necesitan hoy y que lo necesitarán mañana. Su entrega es un testimonio de su nobleza y amor por nuestra ciudad.

En este día especial reconocemos públicamente a las integrantes que, por actos de servicio meritorios, o por una trayectoria ejemplar promueven y fomentan la efectividad en el servicio, fortaleciendo la identidad institucional con su desempeño.

En este evento entregaremos el reconocimiento a 705 mujeres policías que han apoyado en labores de parto, en detenciones de probables responsables de diversos delitos, en el resguardo de menores extraviados y en el auxilio a la población en casos de emergencia, por mencionar solamente algunas situaciones.

También al personal que participó en torneos deportivos, a las Policías del Mes de noviembre, diciembre y enero, así como a las compañeras con 30 y 35 años de servicio en la institución.

Mujeres policías que se han destacado en sus áreas de adscripción, personal de estructura y también a las integrantes del Grupo Manos Libres y Ateneas, policías del Sector de la Zona Norte, Oriente, Sur, Poniente y Centro, así como policías Bancarias e Industriales, policías Auxiliares, policías de Tránsito, paramédicas del ERUM, todas quienes participarán mañana y a quienes les agradecemos en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Gracias a todas.

Por otra parte, hago y haremos un reconocimiento especial a la Unidad Especializada de Género, por su esfuerzo y compromiso para la prevención y protección de las mujeres víctimas de la violencia de género en esta institución y al exterior de la misma. Esta Unidad, que el día de hoy gracias al concurso de muchas personas, ya está en la ley, ya existe en la ley y eso la hace más fuerte.

Su trabajo en la formación policial con perspectiva de género, que ha sido reconocida internacionalmente, la puesta en marcha de la Línea *765, SOS Mujeres, son solo algunos esfuerzos que han hecho de la Policía de la Ciudad de México un referente en materia de igualdad de género a nivel nacional e internacional. Siempre estaremos comprometidas para seguir trabajando por el bienestar de las mujeres, fomentando un entorno que promueva la igualdad, el respeto y la justicia.

A las mujeres policías que reciben hoy un reconocimiento y a todas las que integran nuestra institución, sabemos que el camino que han elegido no es fácil, a menudo enfrentan situaciones difíciles y peligrosas, pero nunca dudan en su compromiso de proteger a los ciudadanos, a las ciudadanas y de mantener el orden público, su determinación es admirable y nos inspiran a todas las que tenemos el privilegio de trabajar a su lado.

A pesar de los desafíos y obstáculos que enfrentan, ustedes han logrado destacarse, su presencia y liderazgo son fundamentales para demostrar que el talento y la capacidad no conocen fronteras.

En nombre de la Secretaría de Seguridad Ciudadana quiero agradecerles por su servicio, son verdaderas heroínas con un compromiso irrenunciable con la seguridad y el bienestar de nuestra ciudad.

Los reconocimientos que hoy reciben son símbolo del agradecimiento de una comunidad a la que sirven con pasión, determinación y entrega. Continúen con su labor ejemplar, su compromiso y dedicación al servicio público.

Felicidades a todas, para nosotros es el honor más grande de nuestra vida poder caminar a su lado.

Muchas gracias.

SECRETARIA DE LAS MUJERES, INGRID GÓMEZ SARACÍBAR (IGS): Buenos días a todas y todos. Saludo con mucho gusto a todas las personas que están conformando este presídium; y, además, a quienes, compañeros y compañeras del Gabinete de Seguridad, también asisten a esta ceremonia. Todas y todos colegas, compañeras, compañeros de trincheras y también de sueños.

Sobre todo, saludo también con mucho gusto a nuestro Jefe de Gobierno, el doctor Martí Batres Guadarrama; y agradezco la invitación a esta Ceremonia de Reconocimiento a Mujeres Policías, al maestro Pablo Vázquez, secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad.

Abrazo a mi querida Daniela Cordero, y a la subsecretaria Marcela Figueroa Franco; y a las policías, comisarias, encargadas, directoras y jefas con quienes tengo el gran honor de coincidir hoy.

Y, sobre todo, abrazo y saludo a todas las mujeres policías de la ciudad, son ustedes ejemplo de compromiso, lealtad y servicio. Gracias por permitirme compartir con ustedes hoy este homenaje a todas ustedes.

Para ser la mejor Policía, como decía la subsecretaria Marcela, la Secretaría de Seguridad Ciudadana comprendió que requería políticas integrales para garantizar la seguridad de quienes vivimos y transitamos en la ciudad; y, además de presentar un ambicioso y efectivo plan de seguridad, la Secretaría de Seguridad Ciudadana apostó por trabajar en el desarrollo institucional y en el desarrollo de la cultura institucional.

Decidió que no podría haber tal si no se contemplaba a las personas, hombres y mujeres, desde una perspectiva que reconociera las diferencias y mirara y atendiera las necesidades, sobre todo, las que viven las mujeres policías, también, combatiera las violencias e hiciera un llamado a la cero tolerancia a las mismas.

Desde 2019, la Secretaría de Seguridad Ciudadana inició toda una transformación: se creó la Unidad de Género, que hoy es parte de la ley; así como la incorporación de más contenidos de género a toda la currícula de la Universidad de la Policía, y más mujeres se integraron a la planta directiva y docente de esta.

Los concursos, ya lo mencionaban quienes me antecedieron en el uso de la voz, para acceder a puestos de mando y reconocimientos hoy contemplan más mujeres para que puedan acceder a los mismos, y por eso también se ha incrementado la presencia de jefas, como todas estas maravillosas mujeres que hoy nos acompañan en el presídium y que también nos acompañan en parte de la audiencia. Un aplauso para todas ellas, por favor.

Con ustedes, queridas compañeras, hemos atendido casos en campo, también en la Mesa de Coordinación con la Unidad de Género, hemos tocado puertas en “Barrio Adentro”, visitado las escuelas con todo el programa de Prevención al Delito y Construcción de Paz, también hemos visitado hoteles como parte de la estrategia “Hotel Seguro”, compartido espacios de formación en la UNIPOL, diálogos con activistas y, sobre todo, las marchas feministas, entre muchas otras tareas que hacemos juntas.

Hoy se entregan reconocimientos a alrededor de 705 mujeres policías en diversas tareas, y también así es la intervención de las mujeres en la Policía, diversa y cada vez es mayor. Dicen Atenea y Andrómeda que esta intervención refleja fuerza, empatía, dedicación, y yo diré también que refleja insistencialismo, que es una cualidad clave para transformar y para servir.

Reconocer sus logros es reconocer la importancia que tienen para nuestras vidas, para la ciudad, para las mujeres, para las niñas que aquí vivimos y que transitamos, son las que nos cuidan, pero también nos inspiran con su labor cotidiana y que son como tú, como ella, como nosotras, como todas.

“Por nuestras cuerpas”, dicen las jóvenes feministas, nos atraviesan los mismos dolores, las violencias, las preocupaciones, los sueños y los anhelos y también la desobediencia, desobediencia a aceptar un destino que pasa por encima de lo que queremos ser y hacer.

Por eso insistimos en reconocernos, mirarnos en las otras, reagruparnos, coordinarnos, juntarnos y sabernos juntas, platicarnos, tejer redes. Como dice Marcela Lagarde: “La mayor transgresión política de las mujeres es nuestra alianza, nuestra coalición, la sororidad”.

Felicidades y abrazo sororo a quienes hoy reciben un reconocimiento. Felicidades a la Policía, a la Secretaría de Seguridad Ciudadana por afirmar y visibilizar el compromiso y los aportes claves de las mujeres en la Policía, en la construcción de seguridad de nuestra ciudad.

Fuimos, somos y seremos todas. Felicidades, enhorabuena.

SUBSECRETARIA DE DESARROLLO INSTITUCIONAL DE LA SECRETARÍA DE SEGURIDAD CIUDADANA, MARCELA FIGUEROA FRANCO (MFF): Buenos días a todos y a todas. Saludo en primer lugar a las autoridades que hoy nos acompañan, le agradecemos mucho a nuestro fiscal encargado, el doctor Ulises Lara, por acompañarnos, a nuestro secretario de Gobierno y demás miembros del Gabinete de Seguridad de la Ciudad de México.

Por supuesto, a todas las autoridades, servidoras, servidores públicos de nuestra Secretaría de Seguridad Ciudadana. Y a quienes nos acompañan en el presídium, jefas de esta Secretaría, secretarios, secretaria. Jefe de Gobierno, con su permiso.

Las primeras mujeres ingresaron a la Policía en 1930, es decir, hace 94 años. Se trató de un grupo de 69 mujeres que a pesar de contar con el adiestramiento necesario y de tener una escolaridad, en la mayoría de los casos, más alta que la de los policías hombres, despertaron una serie de burlas y comentarios despectivos entre los sectores más tradicionales quienes la consideraban débiles e incapaces al momento de combatir la delincuencia.

Esas primeras mujeres policías de nuestra ciudad fueron pronto relegadas a trabajos considerados menores o adecuados a ellas por el hecho de ser mujeres, casi todas se volvieron secretarias.

No fue sino hasta 1972 que a las mujeres se les permitió hacer funciones netamente operativas en la vía pública, eso sí, se les relegó a un solo espacio, el Agrupamiento Cisne, hoy Agrupamiento Atenea; se les puso como uniforme una minifalda azul celeste y botas de tacón, y se les designó a cuidar exclusivamente parques y escuelas, algunas más a dirigir ocasionalmente el tránsito.

Fue hasta los años noventa que las mujeres policías de nuestra Secretaría empezaron a ser incluidas en otras áreas de la Policía, y que el Agrupamiento Cisne se convirtió en el hoy ya reconocido, incluso internacionalmente, Agrupamiento Atenea, conformado ya no por mujeres que vigilaban parques, sino por mujeres capacitadas para la actuación en operaciones especiales y en específico por su participación durante manifestaciones feministas. Hoy ya no son solo las “Ateneas”, sino todas las mujeres policías las que han sido reconocidas gracias a la visibilización de su trabajo.

La falta de oportunidades y capacitación especializada para las mujeres dentro de la Policía invisibilizó precisamente sus contribuciones y profundizó las brechas de desigualdad entre hombres y mujeres; las mujeres policías eran ascendidas en menor proporción y se les entregaban menos condecoraciones y reconocimientos, eso sí, recibían proporcionalmente más sanciones.

Todo lo señalado, además del acoso, hostigamiento y discriminación, tuvo como uno de sus resultados una escasa representación de mujeres en puestos de mando. Pero hoy están todas ustedes aquí, y están escribiendo una historia muy diferente.

El movimiento feminista nos obligó como Policía a repensar y replantear estrategias y todo lo que sabíamos sobre operativos en manifestaciones, se pasó de una visión de control de multitudes a una de protección de personas y de reducción de la violencia; también ha reivindicado el papel y el lugar de las mujeres policías al exterior, pero tal vez y, por sobre todas las cosas, al interior de la institución.

Hoy no hay nadie que dude de las capacidades, liderazgo y valor de cada una de las mujeres policías de esta ciudad; pero, sobre todo, no hay nadie que dude de las habilidades de empatía, escucha, diálogo, mediación y resiliencia que caracterizan al personal femenil de nuestra institución.

Estamos ante un momento de cambio de cultura institucional que, por primera vez, incorpora el componente de género, actualmente tenemos más mujeres mandos que nunca en nuestra historia, aún somos pocas, pero cada vez somos más.

La verdadera inclusión de las mujeres a la Policía de la Ciudad de México no solo es cuestión de representatividad, ni de cuota, sino que resulta esencial para promover una aplicación de la ley efectiva y equitativa, porque contribuye al fortalecimiento de la confianza y la relación entre la policía y la ciudadanía, permitiéndonos cumplir con nuestro objetivo fundamental: salvaguardar la seguridad de todas las personas.

En este día, en este evento que tiene como marco el Día Internacional de la Mujer, reconocemos el esfuerzo y la dedicación de las mujeres policías y de todas las mujeres que con su trabajo desafían normas y contribuyen a forjar una sociedad más igualitaria e incluyente.

Sigamos caminando y construyendo comprometidas con la historia de la mejor Policía del país y con la convicción de que nuestro trabajo abre el camino de oportunidades que se transformarán en certezas para el futuro de todas las niñas y jóvenes mexicanas.

¡Vivan las mujeres policías! Gracias.

DIRECTORA DE LA UNIDAD DE PROTECCIÓN CIUDADANA “BUENAVISTA”, MARÍA TERESA BARRIOS BURGOS (MTBB): Muy buenos días a todos. Con su permiso, señor Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, doctor Martí Batres Guadarrama.

Señor secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, comisario general Pablo Vázquez Camacho; señor subsecretario de Operación Policial, comisario jefe Israel Benítez López, con permiso de mi jefe apóstol y de mis demás coordinadores. Con su permiso, compañeros, compañeras.

Soy la inspectora jefa María Teresa Barrios Burgos, mi indicativo es Buenavista. Agradezco a todas y a todos ustedes su presencia, así como mis felicitaciones para aquellas que serán dignas de reconocimiento por su labor profesional. Me encuentro muy orgullosa de representarles en este pódium.

Tú eres la protagonista de tu propia vida, lucha por un mundo que sea socialmente equitativo y humanamente diferente, totalmente libres.

Me gustaría iniciar compartiéndoles que su servidora cuenta con una trayectoria de 16 años de servicio; haciendo un recuento de mi paso por esta institución, me di cuenta de que hace algún tiempo no había tantas mujeres policías como hoy en día, y poco a poco hemos ido trabajando de la mano de esta institución con la finalidad de visibilizarnos en nuestro actuar policial.

Este avance es significativo, si recordamos lo que ocurría hace apenas cinco años: no solo éramos invisibles en el trabajo operativo, sino también en términos de reconocimientos y ascensos, lo que limitaba nuestro crecimiento profesional; pero, además, éramos invisibilizadas hasta en nuestros propios cargos, pues estaban descritos en términos masculinos.

Hoy se nos nombra como jefas de Cuadrante, jefas de Unidad Departamental, subdirectoras, directoras, comisarias y subsecretarias, todas orgullosas de ser mujeres policías y más que nada de esta institución.

Resalto la labor de mi jefa regional, jefa Andrómeda –por favor, jefa Andrómeda–, jefa Atenea, a mi subsecretaria, jefa Marcela –les agradezco un aplauso para ellas, por favor–, gran labor para mi persona y sé que como para muchas son un espejo para nosotras.

Esto último lo menciono porque los liderazgos de las mujeres en espacios laborales como en el nuestro importa no solo como representatividad, sino porque nos motiva y nos señalan el camino a seguir, tan así es que quisiera compartirles que hace un par de semanas recibí, por parte de nuestro secretario, una condecoración al Mérito Policial Social, por salvaguardar la integridad física de un menor cuando lo traslade al hospital para su atención médica.

Esto me hizo reflexionar y reconociendo que se tiene que trabajar fuerte y hacer un doble esfuerzo para que nosotras podamos realizar funciones operativas al 100 por ciento, pues tuvieron que pasar muchos años para que eso sucediera; y con nuestra determinación y trabajo constante hemos demostrado que ganamos la confianza de nuestra institución y de la de la ciudadanía, por ello agradecemos siempre y realizando por muchas mujeres que antes de nosotras abrieron camino.

Uno de los eventos más importantes y representativos que tenemos que cubrir por parte de nuestro trabajo son las marchas donde participan las mujeres que, como nosotras, exigen respeto, justicia y equidad.

Con ellas nos hemos identificado en esta lucha y por esa razón las acompañamos, cuidamos y protegemos de manera empática, con el fin de que su marcha sea pacífica y libre de violencia, en la que se puedan expresar sus pensamientos y exigencias con tranquilidad y sin el temor de ser agredidas, esa es nuestra función, porque solo ellas saben el sufrimiento y el dolor que han vivido.

Y sin temor a equivocarme, creo que todas las compañeras que iremos a cubrir la próxima marcha del 8 de marzo nos sentimos orgullosas de portar este uniforme y, sin duda alguna, si las participantes llegaran a necesitar algún tipo de auxilio, sin pensarlo vamos a estar ahí dándoles la mano, brindándoles nuestro apoyo incondicional; ni siquiera el peso del equipo táctico, ni el cansancio va a poder detener las ganas de que debemos de terminar esa manifestación y poder regresar a casa, sabiendo que hemos contribuido a preservar la seguridad y bienestar de todas.

Estaremos siempre dispuestas a proteger la integridad y la vida de ellas, y de toda la ciudadanía, los 365 días del año.

Compañera, no olvides que tú eres un pilar y ejemplo para tu familia, así como para tus seres queridos, quienes sin duda se sentirán orgullosos de tu actuar, porque no cualquiera tiene el valor de arriesgar su vida y dejar lo más preciado que se tiene.

Por último, quiero expresarles mi más sincero agradecimiento y reconocimiento a todas esas personas y cada una de las integrantes de la Policía de la Ciudad de México por su dedicación y esfuerzo. Asimismo, jefa apóstol, le agradezco mucho todo el apoyo que me ha dado.

Y, por último, con este pensamiento: una mujer fuerte es la que ayuda a las demás.

Gracias.