Transcripción de las palabras del jefe de Gobierno, Martí Batres Guadarrama; de la comisionada para la Reconstrucción de la Ciudad de México, Jabnely Maldonado Meza, durante la entrega del edificio "Pedro Antonio de los Santos 50", Alcaldía Miguel Hidalgo

Publicado el 28 Julio 2024

JEFE DE GOBIERNO, MARTÍ BATRES GUADARRAMA (MBG): Muchas gracias.

Muchas gracias, me da mucho gusto estar otra vez aquí, vinimos en un recorrido de supervisión de obras, hace unos dos o tres meses aproximadamente; vinimos aquí y fuimos a otras obras que estaban en proceso, y ahora estamos inaugurando obras de diversos tipo, también obras de reconstrucción.

Esta etapa última de esta gestión, de esta administración es todo un Inauguratón, todos los días tenemos una inauguración, hemos estado inaugurando obras de vivienda de interés social, obras hidráulicas, obras de reconstrucción, obras en unidades habitacionales, a lo mejor hasta nos faltan días para las obras que tenemos que inaugurar; de hecho, estamos empezando, supervisando o inaugurando obras de mejoramiento barrial, también en distintos puntos de la Ciudad de México.

Entonces, traemos una agenda llena de inauguraciones, y algunas de esas inauguraciones –no todas, porque no nos dan los tiempos– las hacemos públicas, como es el caso del día de hoy, que nos parece que es una inauguración relevante.

En efecto, hoy se entregan aquí las viviendas, son 54 viviendas construidas, de esas son 36 para las familias de los damnificados y son 18 para el financiamiento del conjunto de la construcción; son 117 millones de pesos de inversión, pero la obra tiene todo lo necesario para construir hogares nuevos, protegidos estructuralmente, sobre todo, que eso es lo más importante; tiene 64 pilotes en los cimientos; tiene 280 toneladas de acero en sus estructuras y tiene mil 600 metros cúbicos de cemento consolidado.

Entonces, todas las familias que aquí vivían cuando se dio el temblor del 2017, regresan a su domicilio, pero regresan a un nuevo hogar, que es completamente distinto en términos de resistencia, van a regresar a un lugar donde van a poder dormir tranquilos. Es una reconstrucción física muy importante, muy revolucionada, muy avanzada, pero a lo largo de estos años se ha dado también una reconstrucción social.

Ustedes saben el nivel de convivencia que tenían, pero en algunas entregas yo me he encontrado con vecinos que nos han dicho: “No nos conocíamos”; llegaba cada quien a su domicilio, por la noche, se iba cada quien por la mañana a su trabajo y eran pocos los que tenían fuertes relaciones, pero estos años han permitido construir una comunidad.

Todos vivieron la tragedia que significó el temblor y todos han vivido, en estos años, participando de un proceso en el que han visto cómo se han dado cada una de las situaciones: la parte jurídica, la parte técnica, la parte constructiva y la parte social; no es casual que le hayan aplaudido tanto a Tere, porque significa comunidad, significa unidad, cohesión y que se expresó en liderazgos específicos en todo el proceso de reconstrucción.

Éste, en efecto, es el mejor Programa de Reconstrucción que haya habido; el mejor, por muchas razones, no conozco ninguno, ni antes ni después ni en la ciudad ni en el país y hasta donde conozco, de otros lugares del mundo, tampoco conozco. Es frecuente que en los programas de reconstrucción el damnificado de la tragedia se convierta en cofinanciador de su propia reconstrucción; eso, hasta en los programas más nobles.

Después del ‘85, muchos de nosotros ahí tuvimos una de nuestras participaciones iniciales en nuestra vida más importante, se generó un movimiento porque la vivienda se hiciera, porque ya ven que el regente de aquellos días decía que donde se cayeron las viviendas se iban a hacer plazas cívicas; y la gente dijo: “No. Queremos nuestras viviendas”. Entonces se hizo el Programa de Renovación Habitacional.

La onda sísmica de aquel entonces le pegó durísimo al casco central de la ciudad y a muchísimas vecindades del Centro Histórico y alrededores: Doctores, Obrera, Algarín y otras colonias; entonces, se hizo todo un programa con Renovación Habitacional, fueron créditos blandos, muy blandos y pagaderos a 30 años. Entonces, fue viable, fue factible.

Ahora, sin embargo, el momento en el que se da el temblor del 2017 ocurre cuando está finalizando la administración pasada, el sexenio anterior; entonces hubo mucho desorden, mucho desajuste y se hablaba mucho de programas de financiamiento con deuda que tendrían que pagar los beneficiarios, eso los convertía en deudores de alguna u otra manera, y con los instrumentos de nuestros días, en deudores de los bancos, lo cual siempre es de preocupación, porque a veces se paga toda la vida a un banco y al final no se tiene nada; eso llevó a una discusión.

Hubo otra discusión, sobre quién tendría derecho –ya lo dijo Jabnely– no solo propietarios, sino también poseedores legítimos. Y hubo otra discusión muy importante, si solo se sostenía el criterio de necesidad o también se agregaba el criterio de los derechos; si tuviéramos solo el criterio de necesidad, a lo mejor se tendría que hacer una estratificación o una línea divisoria de carácter social para determinar quiénes serían beneficiados.

Pero el Gobierno de la Ciudad, este gobierno que comenzó con la doctora Claudia Sheinbaum, decidió –con la Comisión de Reconstrucción– que se iba a optar por combinar criterios de necesidad con criterios de derechos universales, esto significó que quedaban beneficiadas todas las familias del sureste, de Xochimilco, Tláhuac, Iztapalapa que estaban en –la gran mayoría– viviendas unifamiliares que fueron destrozadas por las grietas que provocó el temblor, pero también se beneficiaría a las familias de las zonas central, ubicada básicamente en Benito Juárez y el sur de la Alcaldía Cuauhtémoc, en edificios –en su gran mayoría– de familias de clase media.

¿Qué se hizo? Se decidió beneficiar a todos. ¿Quiénes van a estar incluidos en el programa? Todos, todos los que fueron damnificados. Se volvió a hacer un censo, se pasó de un censo de 7 mil familias a un censo de 22 mil familias, y entonces se construyó un universo grande que implicaba un financiamiento grande que va a llegar al terminar este sexenio, más o menos, a unos 18 mil millones de pesos para la reconstrucción. Se optó entonces por la idea de que todos los damnificados tenían derecho a la reconstrucción, y la reconstrucción se hizo a título no oneroso; o sea, a título gratuito para las familias y con responsabilidad exclusiva para el Gobierno de la Ciudad de México, en el terreno financiero. Bueno, se echó a andar la reconstrucción y, a lo largo de todos estos años, ha venido avanzando paso a paso.
Cuando llegué a la Jefatura de Gobierno, el 16 de julio del año pasado, lo primero que hice, mi primera reunión fue con el área de vivienda y reconstrucción; entonces, les pregunté: ¿”Cómo andamos?, ¿en qué momento andamos? Para mí, esto es prioritario”; y empezamos a acelerar obras, ver dónde había que apretar, con quién había que reunirse, cómo andaban los constructores, cómo andaban los colectivos; y hemos estado, desde entonces a la fecha, terminando vivienda, culminando procesos sociales y también entregando vivienda. De aquí a que terminemos –más o menos terminamos en 70 días, en 70 días yo salgo de la Jefatura de Gobierno– tenemos, por lo menos, 20 edificios importantes que vamos a entregar, una veintena de edificios, y… bueno, todas las obras en proceso, yo aspiro a que tengamos todas las obras en proceso antes de irnos; por lo demás, con una legislación que da garantías a todas las familias. A mí me da mucho gusto venir. Sí, tiene razón Tere, yo respeto las creencias de cada quien, no sé cuáles sean, pero tiene razón Tere en una cosa, el programa –este de reconstrucción– tiene el sello de los gobiernos de la Cuarta Transformación: nada de deudores, nada de convertir a los damnificados en deudores, nada de terminar beneficiando a los bancos, que no son los damnificados, sino apoyo total a los damnificados, porque el bienestar de las familias es para nosotros lo más importante de todo. No me queda sino abrazarlos y felicitarlos. Muchas gracias por su atención. ¡Muchas felicitaciones! BENEFICIARIA DEL MULTIFAMILIAR “PEDRO ANTONIO DE LOS SANTOS 50”, MARÍA TERESA GARCÍA (MTG): Gracias, gracias.

Buenos días, queridos vecinos. Pues estamos aquí, con la entrega de nuestro edificio, mil veces mejorado de lo que teníamos.

Le quiero dar las gracias al Gobierno de esta Ciudad, en el cual nos hizo favor de hacer este Programa de Reconstrucción, en el cual pudimos recobrar nuestros departamentos, como lo estamos viendo ahora; no teníamos, ni de chiste, este edificio, como el que tenemos ahora.

Le queremos dar las gracias y estoy muy, muy agradecida con este gobierno, que es el de la 4T, y muy orgullosa, de verdad, de este gobierno, que es, de verdad, el que nos entrega este edificio.

Gracias a todos. Gracias.

COMISIONADA PARA LA RECONSTRUCCIÓN DE LA CIUDAD DE MÉXICO, JABNELY MALDONADO MEZA (JMM): Buenos días a todas y todos.

Bienvenido, jefe de Gobierno, doctor Martí Batres Guadarrama; maestro Inti Muñoz, secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda; Tere, a todas las familias de “Pedro Antonio de los Santos 50” que regresan a su casa, a su departamento reconstruido, seguro, digno.

Me da mucho gusto estar aquí en este momento, en esta entrega, porque también para la Comisión para la Reconstrucción significa un compromiso cumplido más, un edificio más entregado y es un logro también para todo el equipo.

Yo quiero aprovechar este espacio para hacer una breve reflexión de cómo estaba planteada antes la reconstrucción, cómo se replanteó este programa muy benévolo, muy generoso que puso al centro del Gobierno de la Ciudad a las familias damnificadas.

Quiero hacer este repaso, porque cuando nosotros llegamos al Gobierno de la Ciudad de México, por ahí del 2018 a inicios de diciembre 2018, en el proceso de transición solamente nos entregaron 7 mil viviendas damnificadas, y eso nos explica muchas de las complejidades que hemos pasado en el programa, porque finalmente atendimos a más de 22 mil viviendas, y eso es un punto de partida de que un censo social y técnico no se había hecho en el momento idóneo, después de atenderse la emergencia y fue lo que nos trajo muchas complicaciones.

Cuando la doctora Claudia Sheinbaum, en aquel entonces, ganó la Jefatura de Gobierno hizo un recorrido por muchos inmuebles dañados, por muchas alcaldías, y ahí se determinó la necesidad de regresar a la calle, de regresar a censar a las familias y fue hasta entonces donde pudimos incorporar el resto de las viviendas.

Posteriormente hicimos un ejercicio, sobre todo en Iztapalapa, Tláhuac y Xochimilco, hicimos asambleas informativas y todavía había familias que levantaban la mano diciéndonos que su vivienda también estaba dañada, y los incorporamos al programa; y fue ese mecanismo el que, justo, nos da este número de viviendas dañadas, más de 22 mil y que estamos, justamente, por concluir.

Entre otras cosas, también hicimos una simplificación de la normatividad, el gobierno anterior tenía más de 10 instrumentos para poder acceder a los derechos de la reconstrucción y la rehabilitación, y nosotros solamente nos quedamos con una ley simplificada, con el Plan Integral y con la Resolución Administrativa, que otorgan las facilidades, condonaciones y exenciones.

También, uno de los cambios sustanciales que se hicieron es que, en la ley anterior, había un mecanismo de que tenían que gestionar el crédito puente, para reconstruir edificios como éste, poner en garantía el suelo y, finalmente, se ponía en riesgo el terreno del edificio, porque si la redensificación no daba para que se vendiera oportunamente, pues finalmente entraba en juego el terreno como esa garantía.

Y nosotros quitamos esa obligación y ese principio que habían establecido, de gestionar el crédito puente, y uno de los principios de la reconstrucción, impulsada por este gobierno, es no endeudarse, que no se gestionara un crédito puente, no entregar su terreno como garantía para ese crédito puente y todas las viviendas se han entregado a título gratuito. Otro de los cambios que se hicieron es que la reconstrucción del gobierno anterior estaba destinada solamente para propietarios, y en ese recorrido que les comento, justo nos decían las personas: “Es que no tenemos la escritura”, de modo que la nueva ley flexibilizó que también fuese para los poseedores legítimos, los que tuvieran algún derecho, reconocer ese derecho que tenían sobre la vivienda que se había dañado con el sismo.

Y esos fueron los elementos fundamentales para poner en el centro de la atención del Gobierno de la Ciudad de México a las familias damnificadas; escucharlos, y a través de escucharlos, contemplar todas esas medidas en la ley, en el plan y en la resolución.

Hoy tenemos un programa, como dice el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, el doctor Martí Batres Guadarrama, que garantiza un cúmulo de derechos, es muy abarcador, muy benévolo, dice: “Es el mejor del mundo que ha habido para reconstruir una ciudad”, porque además de otorgar apoyos para hacer los estudios, para la demolición, para la obra, para la supervisión, para escriturar y garantizar la certeza jurídica, también se tiene derecho a que se les condone el agua, el predial, se les dé el apoyo a renta, mientras las familias están desplazadas, y otros tantos que están plasmados en estos instrumentos que les digo.

Quiero también aprovechar el momento para decir que este edificio se está redensificando con 18 departamentos, que representa el 35 por ciento adicional, y que eso está permitiendo que las familias recuperen el mayor metraje posible, que esté muy apegado a lo que tenían antes de que su edificio lo dañara el sismo.

Hoy se recuperan estos 36 departamentos, con un metraje de 70 a 107 metros cuadrados, si esta redensificación no se hubiera hecho, pues no hubiésemos permitido que recuperaran este metraje; por eso vemos que esta redensificación, con este acento social, con esta mirada social, es viable para la ciudad, incluso para los planes que se tienen hoy día de vivienda en renta; la redensificación es viable, puede resolver muchos problemas de edificios dañados, de necesidad de vivienda en la ciudad, siempre que tenga esta mirada social.

Quiero compartir con ustedes también, que las familias, la mitad del censo de viviendas y familias afectadas por el sismo está ubicada en Iztapalapa, Tláhuac y Xochimilco; hemos entregado todas las casas rehabilitadas y reconstruidas a estas familias que, además de encontrarse en la periferia, también tenían una necesidad mayúscula de vivienda, por la situación en la que se encontraban.

Todas las familias que tuvimos la necesidad de reubicar por el tema de suelo, hoy día también tienen ya garantizado su derecho a la vivienda con un departamento de 65 metros cuadrados en la Unidad Habitacional “El Porvenir”. Y bueno, ese es el trabajo que hemos venido desarrollando durante todo este tiempo.

Quiero aprovechar para agradecer al equipo que está encabezado por Alfonso Ubaldo, por Víctor Olvera, que han hecho un trabajo extraordinario, que han tomado esta tarea como una misión de restituir el patrimonio a las familias damnificadas.

Pues, no tengo más que decirles que es, para la Comisión para la Reconstrucción, un honor decirles: “Bienvenidos a casa, es un compromiso cumplido y enhorabuena”; que a partir de entonces este espacio sea su hogar y se convierta muy pronto en ese lugar donde puedan disfrutar con sus más próximos, con sus seres queridos, con sus amores y que pronto recuperen ese calor de hogar en “Pedro Antonio de los Santos 50”.

¡Enhorabuena y muchas felicidades!