Mensaje de la jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, durante el Reconocimiento a pioneras y herederas del rock en México
JEFA DE GOBIERNO, CLARA BRUGADA MOLINA (CBM): Hola a todas y a todos. Me da mucho gusto el día de hoy.
Hoy inicia nuestro “Festival por la Igualdad: Es Tiempo de Mujeres”. Hoy arrancamos el mes de marzo y qué mejor que haciendo un gran homenaje a las mujeres que han roto estereotipos, a las mujeres rockeras de este país y de América Latina. Así que un fuerte aplauso.
Saludo a todas las que hoy nos acompañan en este presídium, mujeres maravillosas; también un reconocimiento a la secretaria de Cultura, Ana Francis; a la secretaria de las Mujeres del Gobierno de la Ciudad; y a todas y cada una de ustedes que vienen hoy, porque fueron convocadas para que pudiéramos reconocer la labor tan importante que es ser amante de un estilo de música que rompe moldes y sobre todo por ser mujeres.
Hoy vamos a rendir homenaje a 44 mujeres extraordinarias, que con mucha valentía y determinación hemos escuchado, han desafiado las normas establecidas, rompieron barreras y dejaron una huella imborrable en la historia del rock en México y también en América Latina.
Aquí están las mujeres que no solo cambiaron la música, sino que también transformaron el panorama cultural de los países de América Latina y abrieron camino, ustedes fueron pioneras y han abierto el camino a muchas otras mujeres, ustedes han sido inspiración.
Así que un fuerte aplauso, un gran, gran aplauso –pongámonos de pie, todas y todos–, es para ustedes, un fuerte, fuerte aplauso, un gran reconocimiento de todo corazón. Gracias. Muchas gracias.
Este homenaje no es solo un reconocimiento a su talento, sino también a su coraje y a la lucha que han tenido que dar cada día en su camino.
Y desde los años 50 hasta el año 2000, aquí están las pioneras que se atrevieron a tomar un instrumento, alzar la voz y hacer de la música la vía de cómo empoderarse y hacerse escuchar, eso es lo más importante.
En un mundo donde el rock –como muchas otras disciplinas– estuvo históricamente dominado por los hombres, ustedes demostraron que no existen barreras que una mujer no pueda derribar. Es tiempo de mujeres y es tiempo de hacer reconocimiento y homenaje a todas ustedes.
También quiero comentar que este homenaje se hace en especial a seis mujeres que ya no están físicamente con nosotros, con nosotras, pero cuyo espíritu sigue vivo en cada nota, en cada acorde, en cada palabra, en cada música que nos dejaron. Su influencia sigue resonando en nuestros corazones, en los corazones de los que amamos el rock, y en las nuevas generaciones, y gracias a su valentía tienen ahora un camino abierto muchas mujeres para expresarse y para luchar por la igualdad en todos los ámbitos.
Este homenaje, entonces, es un llamado a recordar, a difundir la trayectoria de todas ustedes desde ahorita, porque cada trayectoria de ustedes ha sido una lucha. Así que le pido a la secretaria de la Cultura que publique un libro con la historia de las pioneras del rock en este país y en América.
Yo les comento que generalmente nos preguntan, bueno, a mí me han preguntado muchas veces, “¿y tú de niña qué pensabas ser?”, y creo que todo mundo esperaba que yo dijera: "Pues yo pensaba ser presidenta, o pensaba ser gobernadora, o pensaba…”, no, yo de adolescente quería ser rockera, se los comento, ese era mi sueño. Bueno, ando acá ahora. Entonces, yo quiero hacer que este legado que ustedes han dejado, sea un legado que sirva para que hoy una niña que quiera hacer rock lo pueda hacer.
Fíjense que promovimos un programa que este año arrancaremos, que se llama Do Re Mi Fa Sol. Es un programa para instruir música en todas las primarias y secundarias públicas, que solo se enseña flauta en secundaria, pero en primaria no se enseña música.
Hoy que escuchaba las historias, quiero comentarles que vamos a inundar de instrumentos musicales a todas las escuelas públicas de la ciudad y las convoco a que nos puedan ayudar, porque necesitamos muchas maestras, porque una cosa es dar clases en las aulas y desde allí lograr que las niñas se emocionen tocando una guitarra eléctrica o tocando la batería o tocando piano, o tocando violín, o violonchelo, pero necesitamos de mujeres apasionadas como ustedes para lograrlo.
Este programa arranca durante los seis años que vamos a estar al frente de este gobierno, queremos construir una nueva generación de niñas, niños y adolescentes que se enamoren de la música. Seis años aprendiendo música, seis años, de manera pública y gratuita en la Ciudad de México. Así que nos vamos a convertir en la primera entidad federativa que pone en el centro el arte, la cultura en manos de los niños y de los adolescentes, niñas, niños, adolescentes.
Pensamos que de esa manera también contribuimos a construir paz, porque cultura, deporte son herramientas. En la mañana estuve en Tepito con una clase masiva de box, maravilloso Tepito, de verdad. Y creo que la cultura, la música, el rock y el deporte nos tienen que ayudar a que nuestros jóvenes se emocionen por las artes y culturas, y no por lo que hoy escuchamos, que es una cultura terrible. Así que vamos a hacer esa tarea.
Y la otra tarea importante que vamos a hacer en la ciudad, va a ser la construcción de Utopías, así se llama este programa. ¿Y qué son las Utopías? Son grandes espacios públicos transformados; les llamamos Utopías, porque también es un acrónimo que significa: Unidades de Transformación, Organización para la Inclusión y la Armonía Social.
Pero ¿qué son? Son espacios enormes en la Ciudad de México transformados, donde hay infraestructura deportiva, albercas, pistas de atletismo, pistas de hielo, toda la infraestructura deportiva que podamos pensar; y, además la infraestructura cultural. Allí, tendremos –como ya lo hicimos en otras partes– orquestas de música muy importantes en cada Utopía.
Y también mucha infraestructura cultural, auditorios, espacios para teatro, danza, en fin, deporte, cultura, Sistema Público de Cuidados, bienestar, Casas de Día para Adultos Mayores, Centros de Rehabilitación para personas con discapacidad, que tengan su propia alberca adecuada para personas con discapacidad y puedan hacer su rehabilitación, en fin.
Estamos construyendo las primeras 16 Utopías ya, y yo creo que una Utopía debe ser dedicada al rock para recuperar toda esta historia que no se puede perder. Hay Utopías de las mujeres, hay Utopías medioambientales, de diversos temas. Llevaremos a cabo una Utopía del rock en los próximos tiempos aquí en este gobierno.
Quiero felicitarlas a todas. Hoy arrancamos con un gran concierto, en la tarde.
El rock no sería el mismo sin las mujeres, creo que eso tenemos que recuperarlo, y su fuerza y talento de ustedes, su rebeldía continúa sonando. Hemos aprendido a lo largo de los años, no que ahorita es tiempo de mujeres, sino que siempre ha sido tiempo de mujeres y hoy más que nunca.
Que su música, queridas compañeras pioneras del rock, que su música nunca deje de sonar, que sus historias de vida y de lucha puedan difundirse y sigan siendo contadas, y que el poder transformador de las mujeres en la música siga presente siempre.
¡Vivan las mujeres rockeras! ¡Vivan las pioneras del rock! ¡Viva el rock!
¡Viva la cultura aquí en la Ciudad de México!
Muchas gracias. ¡Felicidades a todas!
SECRETARIA DE CULTURA, ANA FRANCIS LÓPEZ BAYGHEN PATIÑO (AFLBP): Muchísimas gracias, muy buenos días a todas. Con su permiso, jefa de Gobierno; con su permiso, queridas hermanas del escenario, muy buenos días.
Suenan alto los cantos de las sirenas, esta vez no habrá tapones de Circe a Odiseo. Existen millones de sirenas en el mar citadino ataviadas con estoperoles, pelos de singulares colores, ¿sirenas al ataque?, sí, que han cantado con las voces furiosas, invisibles, nubladas por la furia patriarcal.
Voy a decir que era la chava más feliz y más prendida. La voz, mi camino, mi reino y mi destino. Me enmudeciste tirano, pero yo canto por mí y por quien marcha detrás. Me abrazaré al dolor si no voy. La magia no me sirve, ya perdí la fe. Adiós a las bestias que viste el poder, un rayo plebeyo rasgóles la piel. Pero si el karma no te hace pagar, te lo haré pagar yo, porque tengo roto el corazón, desarmada la razón.
Me voy a permitir, si ustedes me dan chance, contarles una anécdota. Hace unos 30 años, yo tuve una breve temporada de rockera, era la vocalista de una banda que se llamaba Eteria, éramos puras mujeres en un principio, estaba yo estudiando teatro y al mismo tiempo trabajaba con esta banda y cantábamos en bares distintos de la ciudad y donde podíamos agarrar toquines.
Y hubo varias complicaciones, por supuesto, era difícil conservar una banda de puras mujeres, la guitarrera y la bataquera eran más o menos las más estables, la bajera más o menos, pero nos costaba de pronto, teclado nunca tuvimos, por ejemplo, una mujer y siempre fue eso muy difícil.
Y una vez estábamos componiendo, cantábamos covers y teníamos algunas rolas originales, ahí iban sonando bien, sonando chido y en alguna ocasión nos cayeron de una disquera, ni siquiera recuerdo el nombre, era una disquera chiquita, pero era una disquera y nos dijeron: “pérense, las vamos a grabar, suenan chido, no sé qué”, fuimos, grabamos una rola, sonaba increíble, en esos, hace 30 años, grabar era muy difícil, era carísimo, era muy difícil acceder a eso.
Nos grabaron, sonaba muy bien la canción y luego nos dijeron: “Oigan, suenan bien, tan guapas, por qué no cantan más bien letras como del tipo Lupita D'Alessio, o sea, más en contra de los hombres” y nosotros nos quedamos así de, o sea, no era lo que queríamos cantar en ese momento, no porque no se puedan cantar esas letras, sino, no era lo que nosotras estábamos siendo en ese momento; y bueno, la banda ya no siguió, yo me dediqué al teatro y ahora aquí estamos.
Pero hace unos días reflexionaba yo sobre lo difícil que es que respeten o que hayan respetado a lo largo de la vida, lo que teníamos que decir. Y yo creo que de eso ustedes tienen como 17 libros internos cada una que podrían contar, sobre muchas dificultades en relación a: ¿Dónde dejo a los hijos? ¿Cómo convivo con la noche? ¿Cómo salgo segura de chambear? ¿Cómo convivo con los compañeros? ¿Cómo me abro paso? ¿Cómo convivo con los machismos de los aliados?, etcétera, ¿y cómo chihuahuas respetan mis letras y lo que tengo que decir?
Entonces, pues la resistencia ni un paso atrás, a defender la dignidad gritando fuerte.
Y entonces pienso que he corrido con algo de suerte. Cruzar a diario el inframundo nos hace más fuertes. No creo en el sistema, pero creo en el poema –todas estas frases evidentemente son pedacitos de letras de las compañeras–. Cierro los ojos y solo es azul casi morado. Voy imaginando que agoniza, porque un orgullo solo tengo: que a naiden le sé rogar, que la chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar.
Felicidades, compañeras, muchísimas felicidades.
CANTANTE, YOLANDA ESPINOZA (YE): Buenos días a todos.
Estoy mucho muy contenta de compartir estos momentos con ustedes, de tantos años atrás en las que andaba yo en un grupo –que acaban de presentar a mis compañeras, están en Hawái– y éramos cinco mujercitas muy jovencitas y ahorita sin querer, pues me vi muy lejos, pero estoy muy contenta de compartir estos momentos y de ser una persona agraciada.
Y quiero darles las gracias a todos, a todas las personas que se encuentran aquí junto de mí. Muy agradecida de compartir estos momentos de hace tantos años, de allá por los sesenta, fueron maravillosos. Y para muchas rockeras que están aquí conmigo también de esa época, 70, 75, maravillosos.
Vuelvo a decirles, estoy mucho muy agradecida por esta invitación. Con la gobernadora Clara, muy agradecida, y qué bueno que existo para usted, como todas mis compañeras que estamos aquí rodeándola y todos los presentes.
Muchas gracias a todos.
CANTANTE, TERE ESTRADA (TE): ¿Por qué hacer un homenaje a mis compañeras? Primero, no nos veíamos ni nosotras. El libro de Sirenas al ataque, ayudó a visibilizar el trabajo de las mujeres a lo largo de la historia; y un país que no reconoce a sus heroínas, pues siempre tiene un hueco con el corazón.
Y yo invito a todos a que hagamos una reflexión de nuestras heroínas, no nada más en la música y en el rock, sino en diferentes ámbitos. Qué importante es reconocer esta historia de mujeres guerreras, valientes, sirenas, amazonas.
Y yo desde aquí les aplaudo en el corazón porque sé que, a partir del libro, se han dado cuenta de la importancia de su contribución en la historia del rock en México y en la historia de la música popular de este país.
Un aplauso para estas sirenas de la patria.
MADRE DE ANGÉLICA INFANTE, YOLANDA GAMBOA (YG): Roquera, guerrera, íconos del rock, hoy nos reunimos no para llorar la partida de Angélica Infante –y ya estoy llorando, perdón–, sino para celebrar su vida: la leyenda y la huella imborrable que dejó en el rock mexicano y en nuestros corazones.
Desde pequeña, Angélica llevaba la música en la sangre, cantaba incluso mientras comía, como si cada nota fuera parte de su esencia. Su pasión por la música la definía; y el escenario era su hogar. No era solo una cantante, era un ícono, una guerrera, una pionera en el rock mexicano.
Cuando fundó su primer grupo, lo hizo con el ímpetu de quien sabe que ha nacido para hacer historia. Y ya ven, lo hizo.
Ser mujer en el rock no es fácil, pero Angélica luchó contra corriente, contra estereotipos y en vez de callar cantó más fuerte y con pasión, abriendo caminos para otras mujeres en la música.
Angélica era más que una estrella en el escenario. Su vida personal era cálida, detallista, amorosa, profundamente humana. Su abrazo apretado era un refugio, su mirada una promesa de amistad sincera. Amaba con la misma intensidad con la que cantaba e hizo sentir única y especial a cada persona que tuvo el privilegio de conocerla.
Era fuerte, disciplinada y valiente. No solo cuidaba su arte, también su mente, su cuerpo, su espíritu, su amor por el deporte y la salud reflejaba con sus comportamientos en la vida.
Y aunque el rock era su bandera llevaba en la sangre la herencia musical de su familia, interpretando también con orgullo la música mexicana.
Hoy nos duele su partida, pero su voz no se apaga: vive en cada acorde de guitarra, en cada letra de sus canciones, en cada corazón que la recuerda. El legado no es solo musical, es un legado de lucha, de pasión, de amor inquebrantable.
Damos gracias al Gobierno de la Ciudad de México y a su jefa de Gobierno, Clara Brugada. Con este hermoso reconocimiento para mi hija Angélica Infante, les digo a ustedes: no es para una mujer, sino ¡para todas aquellas mujeres rockeras!
HIJA DE MARÍA ANTONIETA LOZANO, CORAL ZAYAS (CZ): Buenas tardes.
Estoy muy agradecida por este homenaje que se está haciendo a todas las mujeres rockeras. Yo creo que es súper, súper importante dar este reconocimiento a todas estas mujeres que, en una época en las que no se usaba eso, están ahora siendo reconocidas, es muy importante porque lucharon mucho, han seguido luchando mucho, con mucha pasión.
Bueno, yo soy hija de María Antonieta Lozano. Yo seguí de niña, ¿verdad?, son muchas las anécdotas a contar al respecto. Cuando llegaban Las Mary Jets a la casa de ustedes –gracias– a ensayar y llegaban con todos sus instrumentos, la maestra Astorga, la maestra Yolanda, y cantaban el ratón y a mí me encantaba y eran momentos, días y días, días de ensayos antes de que se fueran a giras, antes de que estuvieran en el teatro. Tengo muchísimos recuerdos y las recuerdo a todas muy, muy bien, recuerdo sus vestidos maravillosos de los años sesenta.
Es muy emotivo esto realmente, porque son mujeres que hicieron su vida, tuvieron sus hijos y además se entregaron a la música, así como María Antonieta, que desde niña ella estuvo fascinada por el piano, principalmente, fue su gran maestro, desde muy pequeña; y siguió con la música, ya después de los grupos de rock y pasada una época, María Antonieta se dedicó al estudio, era una gran estudiosa, María Antonieta, una gran lectora también, pero del estudio de la música muy concentrada.
Y empezó a tener sus escuelas de música –yo recuerdo todo eso muy bien–. Se especializó en niños con problemas, ella era pedagoga aparte de ser músico, entonces ella se especializó en niños con problemas de la ley, con la ley, y problemas mentales, vamos, de situaciones especiales. Era muy muy buena para estos chicos, tenían mucha pasión por enseñar la música y también por las situaciones sociales del país.
Ella fue una gran persona, muy interesada en cómo el arte en general y, particularmente, la música, en su caso, realmente se lograría unas mejores sociedades en el mundo si todos los niños, todos los adolescentes tuvieran esta oportunidad de estudiar a fondo las artes, de dedicarse al arte y en su caso a la música, entonces esos fueron sus estudios de muchos años.
Más adelante, después de varias escuelas, formó el CIEM, fundó el Centro de Investigación y Estudios de la Música en donde integró, no nada más el estudio de la música académica, de toda la formalidad de la música, ella tenía la filosofía de que un buen estudio de la música puede lograr músicos de todos tipos, músicos en el área popular, en el área del jazz; entonces la escuela, que todavía existe, tiene 52 años de existencia, y que dirijo actualmente, con mucho honor y dificultades.
Pero continúa, ha tenido grupos de rock, ha tenido grupos de jazz. Ha tenido el Grupo Ofrenda, con niños, niños pequeños que tocan todos los instrumentos mexicanos, hicieron muchos viajes.
Hizo –ella– muchos congresos a diferentes partes del mundo, Finlandia, China, Japón, bueno, viajó muchísimo con sus grupos, dando conferencias sobre su método de enseñanza de la música, de la música en grande, aunque ella fue rockera y todo.
Era una gran melómana, María Antonia, era gran amante del jazz y bueno, se diversificó mucho en la cuestión de la música, lo cual fue muy generoso y muy, muy bueno para sus alumnos, porque todos tenían la oportunidad de estudiar, no nada más música académica para que fueran músicos clásicos, que hay muchos compositores que surgieron de la escuela, excelentes compositores, muchos viven aquí en México y hacen muchas cosas muy importantes aquí, con mucho amor y mucha entrega hasta la fecha.
Pero también muchos que lograron instalarse en países como Viena, Austria, en fin, en República Checa también. En fin, una gran pasión, la gran pasión de María Antonieta por la música y por la sociedad.
Ella era una gran humanista, una gran estudiosa también, una gran humanista que deseaba que el mundo estuviera mejor, que hubiera más igualdad, que hubiera más artistas y que se le reconociera a todo mundo.
Entonces, en efecto, la escuela también ha reconocido a varios músicos, o sea, mujeres, hay muchas mujeres compositoras, está Marcela Rodríguez, está Andrea Chamizo, en fin, una gran cantidad, es un gran orgullo, un gran orgullo toda esta trayectoria de María Antonieta con una pasión inquebrantable hasta el final de sus días, ella estuvo entregada a la música, a sus alumnos, a sus egresados.
Entonces, estoy muy muy agradecida y que me hayan permitido también exponer esta historia. Les agradezco mucho, a Tere que acabo de conocer, y a todos los que pudieron organizar este increíble festejo y hacerle honor a las mujeres músicos de este país.
Muchas gracias.
HIJO DE RITA GUERRERO, CLAUDIO MAX (CM): Hola, buenas tardes a todos. Primero que nada, muchas gracias a la Secretaría de Cultura por hacer este tipo de eventos para dar visibilidad al respecto, se me hace muy bien.
No pude traer a mi papá, pero le manda un saludo a la jefa de Gobierno. Estoy muy agradecido y junto a mi papá mandamos un agradecimiento aquí al evento y a todos ustedes.
Gracias.