Mensaje de la jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina; de la secretaria del Medio Ambiente, Julia Álvarez Icaza Ramírez; y de la alcaldesa de Tlalpan, Gabriela Osorio Hernández, durante el evento “Capital de la Transformación, Capital del Maíz”
JEFA DE GOBIERNO, CLARA BRUGADA MOLINA (CBM): Hola a todos, ¿cómo andamos acá? Pues muy contentos y contentas, porque el día de hoy venimos a piscar, venimos a lo último de lo último, –como dice la secretaria de Medio Ambiente– y es parte importante para todos los pueblos originarios y productores de maíz.
“Sin maíz, no hay país” y aquí estamos, el día de hoy haciendo homenaje al maíz, y cómo podemos hacer homenaje al maíz, declarando su defensa, declarando la defensa de la tierra, del territorio, de la naturaleza, de la siembra y de los productos milenarios como el maíz.
Saludo a todo este hermoso gabinete que tenemos aquí; a la alcaldesa de Tlalpan, Gabriela Osorio, querida Gabi, gracias por estar aquí con nosotros, con nosotras.
Y también saludamos a las diputadas y diputados de Tlalpan, que se pongan de pie y al frente todos los diputados y diputadas, por favor, son representantes populares que defienden a los pueblos y a la Ciudad de México, son diputados y diputadas de la transformación, así que yo los saludo y agradezco su presencia; aquí está la coordinadora de la fracción parlamentaria, Xóchitl Bravo, muchísimas gracias, gracias, muchas gracias.
Saludamos también a los productores, saludamos a todos los que hoy nos acompañan, productores y productoras de distintas alcaldías y los que tenemos aquí enfrente –pónganse de pie, por favor–, un fuerte aplauso a la primera mujer subdelegada electa del pueblo de San Miguel Xicalco. ¡Es tiempo de mujeres!
Y también al secretario del Comisariado Ejidal de San Miguel Xicalco; al presidente de Bienes Comunales de San Miguel Xicalco, Felipe Inclán –¿dónde anda? Que levante su mano–; y a la productora de Tlalpan, y la que nos hizo la invitación, Laura Flores, muchísimas gracias.
A las secretarias del gobierno de la ciudad, por supuesto, a la querida secretaria Julia Álvarez Icaza, secretaria del Medio Ambiente; a Ana Francis López, secretaria de Cultura; y también a Nelly Juárez Audelo, secretaria de Pueblos, puras mujeres, oigan.
Quiero saludarlos, decirles que piscar es recolectar el esfuerzo milenario de los pueblos. Así que hoy decidimos venir acá, a hacer homenaje al maíz piscando, demostrando a los capitalinos y capitalinas que hay tierras donde se produce el maíz en la Ciudad de México; porque pareciera que estamos divididos en dos: la ciudad urbana y la ciudad campesina, productora, de conservación y rural.
El día de hoy vengo justamente a firmar un decreto de protección al maíz mexicano, al maíz en esta ciudad.
Como sabemos, el maíz es sagrado para nuestros pueblos y es una de las grandes riquezas que tenemos; y como lo ha señalado nuestra presidenta Claudia Sheinbaum, es necesario proteger y trabajar para cuidar la gran variedad de especies que existen en nuestro país, así que nos unimos, por supuesto, a la defensa del maíz en el país.
El maíz es parte de la historia de nuestros pueblos. Incluso, la historia de uno de los dioses más importantes de nuestra cultura, Quetzalcóatl, está fundada en su lucha por entregar a los hombres los granos del maíz; todos hemos escuchado cómo se transformó él en hormiga, y se abrió paso para hacerse de unos granos que se los daría al pueblo mexica para su siembra y desarrollo.
El maíz nos ha acompañado –como pueblo– de manera milenaria, y a él debemos nuestro desarrollo y también nuestra cultura: nos acompañó en todos los peregrinajes, en las guerras y en la resistencia; y hoy, nuestros pueblos originarios siguen resistiendo, porque siguen produciendo maíz nativo y venimos a apoyarlos, y venimos a garantizar que eso suceda.
Del maíz tomamos fuerza para combatir históricamente los embates de los enemigos y también para edificar nuestras ciudades.
Es la base de nuestra cocina; y la comida mexicana es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, basada, principalmente, en el maíz.
El maíz, entonces –como ya se decía– tiene muchas variantes: 64 razas diferentes a lo largo y ancho de nuestro país. Y esta biodiversidad es uno de los grandes tesoros que debemos proteger de procesos industriales que, a través de la modificación genética, busca homogeneizar una sola variante producida por empresas transnacionales, ¿y estamos de acuerdo con ello? Por supuesto que no.
Así que el maíz no solo es un símbolo de identidad para las y los mexicanos, también es una fuente de riqueza. En 2022, en todo el país, se produjeron casi 22 millones de toneladas de maíz de grano blanco; y la mayor parte de esta producción se destinó a la venta y, en segundo lugar, al autoconsumo, y la producción ocupó 6 millones de hectáreas y fue la producción de la siembra más grande del país.
Y aquí en la Ciudad de México se cultivan –como se decía– nueve razas de maíz, que lo conocimos el día de hoy, y que hacemos homenaje a esas razas de maíz nativo de la Ciudad de México. Algunas de esas razas son: el maíz cónico, el chalqueño y el cacahuacintle; y se producen –estos maíces nativos– en Milpa Alta, en Xochimilco, en Tlalpan, en Tláhuac, a cargo de 3 mil productores. Así que, un aplauso a los productores y productoras de maíz.
Y se estima que la producción del maíz en la Ciudad de México ronda alrededor de 3.5 mil, 3 mil 500 toneladas de maíz de manera anual, y lo que queremos es que se produzca más maíz y mejor maíz, y por eso vamos a trabajar, desde este gobierno, para apoyar la producción de maíz. El día de hoy estamos aquí.
Y también recordamos que existen chantajes, amenazas, presiones, por nuestros vecinos del norte, de imponer aranceles a productos de consumo básico, como el maíz; por eso es fundamental que avancemos en la soberanía alimentaria, como dice nuestra presidenta Claudia Sheinbaum.
Y tenemos todo para hacerlo: tenemos campesinos altamente calificados para la producción del maíz, tenemos tierras fértiles y también tenemos procesos modernos de producción. Así que, la defensa del maíz, realmente es la defensa del país, es la defensa de la soberanía nacional y también es la defensa de la identidad de nuestro pueblo.
Somos una sociedad que nació de estos granos y cuyo futuro se encuentra, necesariamente, amarrado a esta producción; el cuidado del maíz, por lo tanto, –como dice nuestra presidenta– debe ser una prioridad nacional y sus productores deberán ser apoyados para fortalecer su trabajo aquí en la Ciudad de México.
Entonces, formalmente y públicamente nos sumamos a nuestra presidenta y declaramos que: ¡No aceptamos la producción de maíz genéticamente modificado en la Ciudad de México!
Nos vamos a coordinar, entre las dependencias federales y de la ciudad, para cuidar del maíz de la tierra y de sus productores; y como Gobierno de la Ciudad de México, llevaremos a cabo una estrategia que contiene 11 acciones importantes:
Primero, vengo aquí en San Miguel Xicalco, en Tlalpan, en el corazón de la producción del maíz, a firmar el decreto por el que se declara a la Ciudad de México territorio libre de maíz genéticamente modificado.
Segundo, vengo a este lugar, donde su pueblo vive del maíz, para reconocer al maíz como Patrimonio Biocultural de la Ciudad; para proteger su diversidad genética; para fomentar su conservación y fortalecer los procesos productivos, culturales y alimentarios que tienen que ver con el maíz.
Tercero, vamos a organizar la Red Centli, con 3 mil productores de maíz, bajo prácticas agroecológicas, para promover la organización productiva y comercial para apoyarlos.
Cuarto, impulsaremos el Sello Verde, como distintivo de calidad para productores de maíz nativo, asegurando su diferenciación agroecológica en el propio mercado.
Cinco, vamos a establecer tortillerías comunitarias de maíz nativo. Y vamos a empezar en los próximos días, yo le pedí a la secretaria que ya, quiero echar a andar las tortillerías, las vamos a empezar a hacer en las Utopías; vamos a nixtamalizarlas, ofreciendo tortillas nutritivas, nixtamalizadas y libres de organismos genéticamente modificados, a costo accesible a la población y apoyando a nuestros productores.
Seis, vamos a crear y fortalecer al menos cuatro casas comunitarias de semillas –como las que acabamos de ver– para promover el uso y recuperación de semillas adaptadas a su entorno y libres de organismos genéticamente modificados.
Siete, vamos a incrementar en este año 15 por ciento la producción de maíz nativo, mediante programas de capacitación, subsidio y acompañamiento a productores del suelo de conservación.
Ocho, vamos a organizar anualmente la Feria de la Agrobiodiversidad, y el Día del Maíz en el Zócalo; así como ferias de semillas comunitarias para fomentar el libre intercambio y el vínculo entre productores y consumidores.
Nueve, vamos a crear rutas turísticas, agroturísticas de la milpa, para diversificar los ingresos económicos de los productores y acercar al campo con la Ciudad de México, porque hay millones de personas de la ciudad que no conocen los procesos productivos en la propia Ciudad de México y en especial, del maíz. Así que vamos a generar también líneas de conocimiento y de proyectos de este tipo.
Diez, vamos a fortalecer e impulsar el laboratorio de análisis molecular para muestreo y análisis de transgenes en la Ciudad de México, así como el banco de germoplasma. Este proyecto es un proyecto que impulsó la doctora Claudia Sheinbaum cuando fue secretaria del Medio Ambiente, cuando gobernaba Andrés Manuel López Obrador en la Ciudad de México. Así que vamos a fortalecer este proyecto y vamos a impulsarlo a cuidarlo, por supuesto.
Vamos a fortalecer el programa Altepetl, el programa de apoyo a los que conservan el suelo de conservación de la Ciudad de México, los que defienden, los que luchan, los que producen, los que cuidan el bosque, los que cuidan que no haya más crecimiento urbano, pero sí, que ellos puedan vivir dignamente con los proyectos que tenemos, que necesitamos, para que siga siendo lugares que le aporten a la Ciudad de México oxígeno, agua; y que puedan, los campesinos y productores de la Ciudad de México, tener futuro y sustentabilidad. Así que, ¡que viva el programa Altepetl de la Ciudad de México!
Y vamos a hacer un reconocimiento a todos los que participan en este programa. Un fuerte aplauso, un reconocimiento, porque gracias a esta medida, a este programa, hemos avanzado mucho en la zona de conservación.
Y hacemos un reconocimiento a CORENADR, aquí está el coordinador y a la secretaria del Medio Ambiente, gracias, compañeros. Tienen un encargo muy grande aquí en la ciudad, pero tienen la fuerza suficiente para lograr estas metas.
Y, por último, vamos a establecer alianzas estratégicas con consumidores, con restaurantes, con hoteles y cadenas de distribución, para promover la compra y la promoción del maíz nativo y productos derivados para beneficio de los productores y productoras de maíz, y estoy segura que lo vamos a lograr.
Así que, ¡que viva el maíz! ¡Que viva la tierra!
¡Que vivan los productores y productoras! ¡Que vivan los pueblos originarios!
Muchas gracias.
SECRETARIA DEL MEDIO AMBIENTE, JULIA ÁLVAREZ ICAZA RAMÍREZ (JAIR): Hola, ¿qué tal?
Buenas tardes a todas y a todos, estimadas compañeras y compañeros del presídium; con su permiso, jefa de Gobierno.
Hoy es un día muy importante para la Ciudad de México, para el país y, sin miedo a exagerar, me atrevería a decir que para el mundo entero.
Como preámbulo, solo quisiera contarles, brevemente, el detrás de cámaras de cómo surgió este momento que retrata de cuerpo entero ¿quién es Clara Brugada y de qué trata el Gobierno del Pueblo que hoy encabeza, en la Ciudad de México?
Hace dos semanas estábamos en un evento en Parres –aquí cerquita– cuando Laura Flores, la productora anfitriona del día de hoy, se acercó con la jefa de Gobierno, entre la multitud, y le dijo: “Jefa, la quiero invitar a piscar, está acabando la temporada”; sin dudarlo, pidió que se anotara en su agenda y me encargó que coordinará la propuesta.
Esta pequeña anécdota, como su propia trayectoria de vida, habla de la enorme sensibilidad de la jefa de Gobierno con la gente, pero también de su conexión con el campo, con el maíz y con la gente de la Tierra.
Estamos en San Miguel Xicalco, en uno de los pueblos de Tlalpan que, junto con la Magdalena Petlacalco, conservan su vocación maicera; aquí se siembra el maíz para maíz, como me enseñaron en los pueblos; el maíz para grano, que no es lo mismo que el maíz para elote, maíz azul y maíz blanco; mientras que en Topilejo –del otro lado del cerro, por allá– se siembra el maíz cacahuacintle, ese sí, para elote.
Como en la vida, el maíz también tiene un ciclo, estamos pues, en el fin del fin del ciclo agrícola o el inicio de un nuevo comienzo, según como se quiera ver.
Estamos ya terminando la temporada de pisca, que inició en noviembre del año pasado y termina en diciembre o enero, de hecho vamos tarde –me dicen algunos compañeros productores–, porque las lluvias, aunque muy abundantes, tardaron el año pasado.
Estas parcelas que están alrededor de aquí, la mayoría hoy llenas de tierra, hasta hace unas poquitas semanas eran mares de cañuelas amarillas cargadas de maíz, listas para ser la cosecha del año; ahora, ya la mayoría están amogotadas o, incluso, ya siendo mazorca para ser seleccionadas y así guardar la semilla, repito: guardar la semilla, porque ahí reside buena parte de la importancia de esta lucha, y así iniciar el nuevo ciclo agrícola.
Hoy, los terrenos se preparan para el barbecho, con yunta o con tractor, y están listos para la siembra en marzo o abril; luego, para el primero y segundo montón, la fertilización de la tierra para ayudarles a las raíces adventistas del maíz a tomar fuerza y prepararse para su cosecha –en agosto o septiembre– del elote, y para el maíz-maíz, en noviembre, y así otro año
La Ciudad de México tiene una condición muy particular, aunque es un territorio pequeño, en comparación con otras entidades federativas, lo hace muy especial que se trata de una de las grandes metrópolis que concentra una de las densidades poblacionales más importantes del mundo y, al mismo tiempo, tiene un enorme territorio que aún conserva bosques, humedales y zonas agrícolas.
No nos cansaremos de repetir que el 59 por ciento del territorio de la Ciudad de México es suelo de conservación, más de la mitad del territorio de esta ciudad: Nueve alcaldías del sur de la capital, algunas casi por completo, como Tlalpan; algunas por completo, como Milpa Alta; y algunas, parcialmente.
Este suelo de conservación provee de importantísimos servicios ambientales a la Ciudad de México: Agua, oxígeno, alimentos.
Para decirlo de otro modo: Sin protección del suelo de conservación, la vida en la capital no es posible.
Mucho se habla del Sistema Cutzamala, pero como la jefa de Gobierno ya lo ha dicho en otras ocasiones, hay que informar a la población de que el suelo de conservación, además de oxígeno, provee del 70 por ciento del agua que consumimos en la ciudad, ¡el 70 por ciento del agua que consumimos!
En ese sentido, el cultivo del maíz en la Ciudad de México no solo nos provee de comida, sino que su suelo permeable nos provee agua, fundamental para la capital; en este sentido, el maíz nos da comida, agua y aire.
No quiero acabar sin hacer un reconocimiento muy especial a todas las compañeras, compañeros, campesinos y campesinas, productores, productoras, maiceros y maiceras: ¡Gracias por su trabajo –si se ponen de pie todos los compañeros productores, campesinos que producen la Tierra–, gracias, compañeros, por ser guardianes de la tierra!
Compañeros, compañeras pertenecemos a un movimiento de Transformación de la Vida Pública, y aunque gobernamos para todos, sin distinción, nuestro movimiento tiene una opción preferencial por los pobres.
Pertenecemos a un movimiento que se propuso como misión llegar al poder para hacer historia, y que el poder solo tiene sentido y se convierte en virtud, si se pone –como ahora– al servicio de los demás y –yo agregaría– de la tierra.
Compañeros, compañeras, hoy la Ciudad de México se coloca a la vanguardia de la defensa de lo más elemental de la vida como mexicano y mexicanas: El maíz. Y de esta forma cierra filas con la Presidenta y con la Federación en esta lucha; hoy, entonces, la Ciudad de México está haciendo historia.
Desde la Secretaría del Medio Ambiente de la ciudad, y en coordinación con mis compañeras y compañeros, secretarias y secretarios, bajo la instrucción de la jefa de Gobierno, nos ponemos al servicio de este encargo que nos ha concedido.
¡Sin maíz, no hay país, no hay ciudad!
Pero, lo digo con sinceridad: Sin una jefa de Gobierno, sin un presidente, como lo hizo Andrés Manuel López Obrador, y sin una Presidenta, como lo hace hoy Claudia Sheinbaum, con voluntad de defenderlo, tampoco lo hay.
Compañeras y compañeros sigamos haciendo milpa.
Muchas gracias.
ALCALDESA DE TLALPAN, GABRIELA OSORIO HERNÁNDEZ (GOH): Buenas tardes, vecinas vecinos.
Agradezco muchísimo y le doy la más cordial bienvenida a nuestra jefa de Gobierno. Muchísimas gracias, jefa, por elegir a los pueblos de Tlalpan, por elegir al pueblo de San Miguel Xicalco para dar varios anuncios, que me han comentado que ahorita que tome la palabra estará dando varios anuncios bien importantes en materia de defensa de lo nuestro, en defensa del maíz de todas y de todos.
Muchísimas gracias a todo el equipo, a las y los secretarios que hoy están aquí presentes; especialmente, a la secretaria del Medio Ambiente, Julia, y al compañero Adán, de la CORENADR, que hemos hecho un gran equipo en coordinación para la defensa de nuestro medio ambiente.
Aprovechando rápido, hemos –por indicaciones de la jefa de gobierno, Clara Brugada– emprendido una gran estrategia para, en los próximos meses, dar muy buenos resultados en materia de prohibir la tala ilegal de nuestros bosques. Muchísimas gracias a la CORENADR y a la secretaria del Medio Ambiente.
Y saludo con mucho gusto a las y los diputados de Tlalpan; aquí, a la subdelegada de Xicalco; al presidente ejidal comunal de San Miguel Xicalco; a las autoridades tradicionales que hoy nos acompañan de los distintos pueblos de Tlalpan; vecinas y vecinos, muchísimas gracias por estar aquí; a las diferentes agrupaciones, asociaciones que se dedican a la defensa del maíz; gracias a las y los concejales que también están aquí presentes acompañando este gran evento.
Muy contenta de recibir al gobierno y sobre todo en un tema tan importante para todas y todos; porque si hablamos del maíz es hablar de nuestro origen, si hablamos del maíz es hablar de nuestra esencia, porque somos hijas e hijos del maíz, porque el maíz es nuestro alimento base.
Y en el caso de Tlalpan, déjeme comentarle jefa de Gobierno, que se siembran todavía seis razas nativas de maíz; y dependiendo del pueblo, usted podrá encontrar una variedad diferente: ya sea que esté en San Miguel Topilejo, puede encontrar el cacahuacintle simple, o si está aquí en San Miguel Xicalco, puede encontrar el maíz palomero, el maíz blanco y así, en distintas partes de nuestros pueblos.
¿Quién defiende esta tierra? ¿Quién defiende la comunidad, el territorio y cosecha a pesar de las complicaciones y sigue sembrando este maíz? La comunidad, los pueblos originarios, la gente, las mujeres también, como ahorita pudimos ver en este proceso de nixtamalización, son las mujeres que están presentes en la transformación de este maíz que se transforma en tortillas, que se transforma en tlacoyos, que se transforma en muchísimas cosas, es la bendita planta que tiene este país.
Entonces nosotras, en el caso de la alcaldía de Tlalpan y del gobierno, estaremos ya este año con el presupuesto que tenemos –agradecer a la jefa de Gobierno, y a las y los diputados del Congreso de la Ciudad por ese aumento de presupuesto para la alcaldía de Tlalpan y para toda la Ciudad de México–, estaremos trabajando de la mano de Gobierno de la Ciudad para apoyar a las y los productores, que los programas lleguen a todas las personas, porque hay que decirlo, una de las quejas que tiene la comunidad es: “llegan a los mismos de siempre”, y esos apoyos tiene que llegar a muchas personas.
Nosotras lo que queremos es justo, y lo hicimos, aumentamos el presupuesto que se va a destinar, o que se destinaba, al apoyo al campo y al suelo de conservación, porque ustedes protegen este suelo tan importante para Tlalpan y para toda la Ciudad de México.
Y estaremos, reitero, ya nos sentamos también –y aprovechar– con la CONAFOR a nivel nacional; estamos trabajando de la mano del Gobierno de la Ciudad, con esta apertura que tiene la jefa de Gobierno de trabajar de manera colaborativa con las alcaldías, para que esos presupuestos y esos recursos que tenemos para proteger el campo, para ayudar a las y los productores, se puedan ampliar, se puedan extender y así muchas familias que dependen de este trabajo en el campo sean beneficiadas de estos recursos.
Así que, muchísimas gracias de nuevo, jefa de Gobierno, por elegir al pueblo de San Miguel Xicalco.
Vienen cosas muy buenas, vecinas y vecinos, es el segundo piso de la Cuarta Transformación y hay una alineación de los tres niveles de gobierno, donde también desde Tlalpan respaldamos el mensaje claro, firme de nuestra Presidenta de México, la doctora, Claudia Sheinbaum: no al maíz transgénico, y eso lo ha dicho fuerte y claro nuestra jefa de Gobierno y nuestra Presidenta de México.
Aquí en Tlalpan respaldamos firmemente esa decisión porque somos maíz, somos pueblo milenario, histórico y es esta planta tan bendita que nos ha dado esta historia y esta riqueza cultural que tenemos como país, como ciudad y como Tlalpan.
Sin maíz no hay país, sin maíz no hay ciudad, y sin maíz no hay Tlalpan.
Muchísimas gracias a todas y todos.
[RECORRIDO]
JAIR: …de aquí de Xicalco y uno de los grandes defensores.
Y luego aquí están los compañeros de la Casa de Semillas de la Magdalena Petlacalco, que es la comunidad vecina.
PRODUCTOR DE MAÍZ: Buenas tardes, bienvenida.
Mire, aquí en Magdalena Petlacalco acabamos de abrir una casa de semillas que tiene la finalidad de conservar y preservar los maíces nativos de toda la zona alta del Ajusco y toda la zona adyacente, o del país, si gustan.
Y tenemos diferentes semillas, no nada más maíz. Vamos a hacer un resguardo de semillas de frijol, (inaudible) de diferentes especies. Aquí tenemos maíz palomero nativo de aquí, palomitas nativas de aquí, exactamente.
Este es maíz que se usa exclusivamente para forraje. Este es maíz que viene de Tlaxcala, pero ya lo comenzamos a producir aquí.
Entonces, la finalidad de abrir una casa de semillas es, primeramente, preservar nuestros maíces nativos. Con esa finalidad decimos: “No al maíz transgénico. Sin maíz no hay país y no hay ciudad”.
Entonces, adelante. Gracias por su apoyo.
JAIR: Gracias, compañero.
(Inaudible) y la casa de germoplasma y ella va a dar la explicación de las nueve razas.
PRODUCTORA DE MAÍZ, CLARA SOTO (CS): Bueno, es importante mencionar que México es centro de origen, domesticación y diversificación del maíz.
Entonces, en México tenemos registradas 59 razas de maíz nativo, pero aquí en la Ciudad de México tenemos nueve, son estas nueve que están aquí representadas: tenemos el maíz chalqueño, el maíz palomero, tenemos el maíz ancho, púrpura Ixtenco, el elote cónico, pepitilla, elotes occidentales, arrocillo; tenemos el cacahuacintla, hasta el final; tenemos elotes cónicos; este, que es pepitilla.
Y tenemos otras semillas que están asociadas al maíz, como es el frijol, la calabaza y, este, que es amaranto, pero que es característico de Xochimilco.
Y esta Casa de Semillas Toxinachcal, que es una palabra náhuatl, que quiere decir “nuestra casa de semillas”, tiene dos áreas: el banco de germoplasma, que tiene aproximadamente mil 737 accesiones de maíz; y, además, tenemos un laboratorio de diagnóstico molecular, justo para monitorear todo el maíz que se siembra en la Ciudad de México y prevenir la presencia de maíz transgénico aquí en la Ciudad de México.
Gracias, soy Clara Soto.
JAIR: Y aquí estamos entrando a la milpa, aquí estamos entrando al maizal; estamos en el fin de la temporada de pisca, y antes de entrar a piscar, aquí arriba hay un letrero que dice: “Sin maíz, no hay ciudad", haciendo alusión a la famosísima frase de "Sin maíz, no hay país", hecho de semillas de maíz de los compañeros de Ixtenco, porque así hacemos milpa, con todas y todos, y aquí vamos a pedir permiso a la milpa para entrar a piscar.
PRODUCTORA DE MAÍZ: …en esa peregrinación a Chalma que se hace año con año, y que todos tienen un espacio a donde llegar a Chalma.
Esta ceremonia es ancestral, la traían nuestros antecesores porque somos pueblos originarios de esta cuenca, de este valle, de este territorio, y con esto pedimos a entrar a la milpa.
JAIR: Ahí estamos pidiendo permiso a la milpa para piscar. El compañero Rosendo, que es uno de los compañeros productores, le va a poner el ayate que es la forma en la que se pisca, tiene un nudo especial y ahí se va colocando las mazorcas que se van piscando. El compañero Rosendo es productor de Topilejo, también maicero; y también le estamos colocando un collar de semillas de maíz, como un símbolo para entrar a piscar a esta a esta milpa. Con el ayate, entonces, ya estamos listos para piscar.
Y también Laura, Laura Flores es la anfitriona de este día, es la productora, este es su maizal. (Inaudible) ahí están los piscadores, con los cuales se abre la hoja de maíz y finalmente se obtiene la mazorca.
Entonces, vamos a entrar a los surcos para piscar algunas de las mazorcas que ya están listísimas, se prepararon todo el ciclo agrícola para este momento, para sacar el grano que después va a ser la semilla y aquí sí… todos estos son, ahí don Rosendo le apartó una especial para que tú, él te la lleva apartando todo este.
Compañeros de los medios de comunicación que se acerquen, por favor, para que puedan ser testigos de más de cerca. Vamos a abrirnos y les pedimos que se queden ahí para que puedan apreciar más de cerca la pisca de la jefa de Gobierno. Entonces, tú explicas.
PRODUCTOR DE MAÍZ: Aquí le va a abrir acá, mire, se va a abrir con el piscador y ya lo abre así; y luego, estos hay que abrirle, usted ya ábralo, usted lo va a abrir, ábralo, ya lo mete al ayate.
PRODUCTORA DE MAÍZ: Compañeros, a los que les dieron su ayate también les toca. Perfecto, un aplauso.
Bueno, digamos que el proceso de la milpa es un sistema agroecológico, donde conviven varias especies, esencialmente el maíz, la calabaza y el frijol.
En este caso, el frijol se enreda en el maíz, en la planta de maíz, y hace que se fije el nitrógeno para que se alimente la planta; entonces, lo que hace el sistema milpa es brindarnos una alimentación completa y balanceada a los campesinos.
CBM: A mí me gusta el ayocote. Muy bien, seguimos.
PRODUCTORA DE MAÍZ: Normalmente cada una de las personas toma un surco –este es un surco–, cada uno toma un surco y de los dos lados va piscando, va cortando de los dos lados, de cada lado.
Este es una combinación entre el rojo –que está cercano– y el azul, y hace estas combinaciones de colores.
Bien, acabamos el surco prácticamente.
PRODUCTORA DE MAÍZ: Aquí tenemos, es la representación que se hace para pedir permiso a los cuatro rumbos y en este momento la vamos a dar por hecho que la hicimos, que pedimos permiso a todos.
Te damos gracias por esta cosecha que hemos tenido por este año. Gracias al cosmos porque nos dio luz, porque nos dio agua, porque nos dio fuego, porque nos ha dado hasta estas nevadas, que sirven para calentar nuestra tierra y que sigamos produciendo, esto es importante porque es para las generaciones que vienen atrás de nosotros.
La milpa, es múltiple lo que da.
JAIR: Entonces, una vez que se cosecha, se ponen estos sincolotes.
PRODUCTORA DE MAÍZ: (Inaudible) donde se va a poner a secar; se vacían esos sincolotes, que normalmente es esta escala, el sincolote normalmente va creciendo, dependiendo la cantidad de la producción, y ahí se coloca la mazorca para que se seque y, posteriormente, se pueda pasar al desgrane.
Entonces, una vez que ya se seca se pasa al desgrane. Normalmente se desgrana.
PRODUCTOR DE MAÍZ: Nosotros aquí le entregamos, la familia Flores de San Miguel Xicalco, le hacemos entrega; esta es una siembra de estas tierras, de San Miguel Xicalco.
Tenemos un proyecto que denominamos “La Milpa en Resistencia” y hemos estado recuperando, y este es nuestro segundo año con esta multiplicidad de colores, y vamos a seguir haciendo el esfuerzo desde acá. Queremos todo el apoyo de nuestros (inaudible).
Y esta es la mamá de todo, esto es teocintle. Y exhortamos a todos, a todos, a seguir consumiendo maíz.
JAIR: Aquí la jefa de Gobierno está mostrando el teocintle. El teocintle es la planta que se domesticó hace miles de años en estas tierras y que, finalmente logramos tener estos maíces que hoy nos dan alimento y nos dan tanto. Así que aquí está el grano original, la planta original, y la domesticación gracias a estas tierras.
PRODUCTORA DE MAÍZ: Aquí ya estamos en el proceso de desgrane. Normalmente se hace el proceso de desgrane con piedra, para algunos maíces que son más resistentes; y con la rueda de olotes, para los maíces que son más suaves, para que no se rompan, ya que hayan pasado el proceso de secado.
Digamos que lo raspan, lo toma de abajo hacia arriba, entonces se raspa el grano.
Digamos que ahí –bueno, ahorita que lleguemos al final–, durante el proceso de la milpa nada se desperdicia, todo forma parte de un sistema que regresa.
Aquí adelante tenemos el proceso de nixtamalización.
PRODUCTORA DE MAÍZ: Solo con agua, el agua se calienta y se le pone cal. Esta es la cal –mire– que nosotros ocupamos para hacer el nixtamal.
Este es el nixtamal, el nixtamal ya está hecho con la cal; después de desgranado se viene a hacer el nixtamal, se hierve. Esto es para hacer las tortillas, con agua y con cal, esta es la cal que tenemos y este es el nixtamal.
PRODUCTORA DE MAÍZ: (Inaudible) defensoras de la tierra, del territorio, de las semillas y, por supuesto, del país, quienes alimentan a todo el país.
Aquí tenemos a dos compañeras, la compañera está moliendo frijol, que igual se hierve y, una vez que se hierve, se muele en el metate para sacar una pasta con la que vamos a preparar los tlacoyos.
Y aquí mi mamá, doña Josefina, ella está moliendo la masa. Igual, una vez que se hizo la nixtamalización, entonces se pasa al proceso de molido en el metate, y una vez que tenemos la masa que ya se molió, entonces ya hacemos los tlacoyos.
De este lado tenemos a la compañera, que ya nos preparó unos tlacoyos, le vamos a invitar uno para que pruebe un tlacoyo de San Miguel Xicalco con maíz y frijol de San Miguel Xicalco.
Bueno, mientras la jefa de Gobierno disfruta un tlacoyo de San Miguel Xicalco, le queríamos comentar: nosotros somos una familia campesina; como casi todo el país, se siembra en pequeñas parcelas y las parcelas normalmente son sembradas por familias, que son las que conservan las semillas, las que defienden el territorio, las que hacen que permanezca la siembra, generación tras generación –las chicas de ahí adelante, mi hija y mi sobrina–, pero así funciona el campo en casi todo el país, son procesos de familias campesinas que siempre están haciendo todo el trabajo, desde la selección de la semilla, la siembra, la cosecha, la transformación y la venta, todo el proceso lo hacen las familias campesinas.
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