Palabras del Jefe de Gobierno, Martí Batres Guadarrama; durante la Entrega del Premio Mujeres en Ciencias Biológicas y de la Salud "MATILDE MONTOYA" 2023
JEFE DE GOBIERNO, MARTÍ BATRES GUADARRAMA (MBG): Muchas gracias, sean bienvenidas y bienvenidos, todas y todas.
Ubicamos esta fecha, este momento en nuestra complicada agenda, para entregar este premio. No sabíamos que iba a hacer tanto frío hoy, pero, bueno, estamos entre muchas profesionales de la salud; ya nos dirán cómo enfrentar las consecuencias del frío.
Quiero saludar a la doctora Ofelia Angulo Guerrero, secretaria de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México; a Diego Ocampo, que es parte del Grupo Neolpharma, aunque también está por aquí Efrén Ocampo López, que es el presidente ejecutivo de dicho grupo que solidariamente apoya con los recursos económicos para esta premiación. Muchas gracias.
También saludo a Leticia Ferreyra, que viene por parte del Jurado Calificador, del Instituto Nacional de Salud Pública; así como a la doctora Luz Elena Gutiérrez de Velasco Romo, investigadora del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios en El Colegio de México. Muchas gracias.
De igual manera, saludo a Francisco Javier Soria, de la Universidad Autónoma Metropolitana, muchísimas gracias por acompañarnos; y está también aquí en el presídium la licenciada Ingrid Gómez Saracíbar, secretaria de las Mujeres del Gobierno de la Ciudad de México.
Además, por otro lado, quiero saludar, felicitar y reconocer a quienes hoy han obtenido Mención Honorífica: a la doctora Lucely del Carmen Cetina Pérez; a la doctora Eva Ramón Gallegos, a la doctora Cristian Jiménez Martínez; ellas tres han obtenido Mención Honorífica.
Y también, por supuesto, especialmente, con mucho reconocimiento saludo a la doctora Irma Gabriela Anaya Saavedra, quien recibió este Premio Mujeres en Ciencias Biológicas y de la Salud “Matilde Montoya”, por parte del Gobierno de la Ciudad de México. Muchas felicitaciones.
Tal vez la frase que la doctora Irma Gabriela Anaya Saavedra, premiada hoy, ha pronunciado al final de su discurso, exprese muchas de las cosas que queremos decir: educarnos para dar, no para acumular.
Bueno, aquí tocamos varios temas muy sensibles que tienen que ver con los asuntos relacionados con los derechos de igualdad y bienestar.
Para empezar, el premio es a mujeres y particularmente a mujeres científicas, esto quiere decir que se trata de un estímulo para que sigan luchando las mujeres en los ámbitos de las ciencias biológicas y de la salud. Es un mundo que ha sido dominado por los hombres y donde las mujeres se han ido abriendo paso con mucha dificultad, por eso queremos estimular su esfuerzo.
Por otro lado, este reconocimiento implica también a la educación, es un estímulo para que se siga expandiendo, se sigan expandiendo los beneficios de la educación, particularmente la educación superior; es un reconocimiento al desarrollo de la ciencias, indispensable para la soberanía y el desarrollo de nuestro país; es un reconocimiento particular, especial sobre investigaciones que tienen que ver con el combate a la transmisión del VIH, y particularmente con la lucha contra la discriminación en contra de un grupo prioritario, el grupo prioritario formado por personas portadoras de VIH.
Por último, diría que es una forma de estimular una función fundamental del Estado, del Estado moderno, del Estado de bienestar, que es la salud, la salud pública. Aquí quiero subrayar los esfuerzos que se realizan durante el actual proceso de Transformación por el acceso gratuito a los servicios de salud y por la universalización de los servicios de salud.
No me resta sino felicitar ampliamente a la galardonada muy especialmente y también a las doctoras que han obtenido hoy Mención Honorífica.
Muchas felicitaciones. Gracias.
SECRETARIA DE EDUCACIÓN, CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN, OFELIA ANGULO GUERRERO (OAG): Muy buenas tardes. Saludo con enorme gusto al doctor Martí Batres Guadarrama, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México; saludo con mucho gusto, a la licenciada Ingrid Gómez Saracíbar, secretaria de las Mujeres de la Ciudad de México; saludo también con alegría al maestro Diego Ocampo Gutiérrez de Velasco; y a la doctora Luz Elena Gutiérrez de Velasco Romo, investigadora del Programa Interdisciplinario del Colegio de México en materia de Estudios de la Mujer.
Saludo también al doctor Francisco Javier Soria López, rector de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco; y a mi colaboradora, mi colega, amiga, la doctora Lorena Orozco Orozco, subsecretaria de Ciencia Tecnología e Innovación de la Ciudad de México; y, por supuesto, a Irma, la ganadora del Premio 2023 “Matilde Montoya”, saludo con muchísima alegría y muchísimo gusto, de verdad, el estar hoy presidiendo y aquí con nosotros en el presídium.
Saludo, por supuesto, a todos los familiares, amigos de las galardonadas aquí presentes, que ya fueron presentadas; saludo también a quienes hoy nos acompañan de diferentes instituciones de salud y de instituciones de educación superior.
Y, por supuesto, a todos los integrantes del Jurado Calificador; y al presidente del Grupo Neolpharma, el licenciado Ocampo, un gusto saludarle y que esté hoy aquí con nosotras también.
Es para mí un verdadero honor y un motivo de gran alegría dar la bienvenida a todas y todos los presentes, a la entrega del Premio Mujeres en Ciencias Biológicas y de la Salud “Matilde Montoya”.
Y quiero dar un especial saludo a quien presidió el H. Jurado Calificador, que fue la doctora María Lourdes y que está hoy en su representación la doctora Leticia Ferreyra, así que yo quisiera en este momento solicitarles que demos por favor un aplauso a todo este comité, el secretario fue justamente el doctor José Sifuentes, director general del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”. Agradecería mucho que me acompañen, en agradecimiento a todo el trabajo que realizaron para evaluar a las candidatas a este premio, y creo que merecen este aplauso a todo el comité que integró el Jurado Calificador.
Pues sí, este premio Mujeres en Ciencias Biológicas y de la Salud “Matilde Montoya”, efectivamente lo hacemos en colaboración con la Farmacéutica Neolpharma, para reconocer el esfuerzo de las científicas, que nos apoya muchísimo en la reducción de la brecha de género en la Ciudad de México.
Además de darles la bienvenida, a todos y todas, quiero agradecer el trabajo extraordinario que hemos venido realizando todo el equipo de logística, de la empresa y de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación, primero, para emitir la convocatoria; segundo, para darle una amplia difusión, y agradecemos muchísimo a los medios que nos acompañan en este sentido; luego, recibir todas las candidaturas, revisarlas de manera digital por el Jurado Calificador; y luego, tienen una reunión presencial en la que se presentan los motivos por los cuales tal o cuál candidata es merecedora al premio. Así que quiero agradecer ampliamente todo este trabajo de un gran equipo de colaboradoras y colaboradores.
También, por supuesto, quiero extender una calurosa felicitación, tanto a la ganadora de este premio, la doctora Irma Anaya Saavedra, como a las merecedoras de las menciones honoríficas, a la doctora Lucely del Carmen Cetina Pérez, del Instituto Nacional de Cancerología; y las doctoras Eva Ramón Gallegos y Cristian Jiménez Martínez, de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional.
Muchísimas felicitaciones por contribuir a la investigación en beneficio de la salud y al bienestar de las y los mexicanos; y que de esa manera han contribuido de manera sensible a un aspecto fundamental para la construcción de una sociedad más justa y democrática, que es justamente el tema de las ciencias médicas, así que un gran reconocimiento.
Hacer de la capital de nuestro país una ciudad de innovación y de derechos, ha sido la premisa central de la actual administración, un Gobierno con Acento Social que, para hacer valer el derecho universal a la educación, reconoce en el Estado no solo la obligación de apoyar la investigación científica, tecnológica y humanística, sino también de garantizar el acceso abierto y libre a ella de todos los miembros de la población, tal y como lo reconoce la fracción quinta del Artículo Tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
El reconocimiento de esta obligación por parte del gobierno en materia de ciencia, tecnología y humanidades, trae a la superficie el tema de equidad que, como bien sabemos, tiene entre sus temas más sensibles y urgentes la inclusión de las mujeres en los diversos ámbitos de la producción científica y tecnológica del país, se trata de una preocupación de primer orden.
El papel de las mujeres en la historia de la ciencia ha sido frecuentemente negado y silenciado, y a pesar de los indudables avances presenciados a lo largo de los años en esta materia científica, tecnológica, todavía es muy reducido el número global de investigadoras mujeres en el campo de las ciencias a nivel mundial.
El Sistema Nacional de Investigadores e Investigadoras, el SNII, que coordina el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, ha presenciado un aumento constante de la presencia de mujeres a lo largo de los años. Sin embargo, aunque la apreciación es positiva, la desigualdad es todavía innegable, al componerse el SNII –con doble i, por investigadores e investigadoras– 38.2 por ciento son mujeres, es decir, todavía estamos por debajo de la equidad. Esa proporción, además se recrudece en los niveles más consolidados, en los que solamente se cuenta con el 20 por ciento de las investigadoras como integrantes de este sistema.
Estos datos nos muestran que, el significativo avance de las mujeres en ámbitos antes dominados solo por los hombres ofrece severas resistencias, cuya explicación es compleja, pero que refiere de manera predominante al universo de la construcción sociohistórica del género –y eso lo sabe muy bien la doctora Gutiérrez de Velasco–. Por mencionar solo un aspecto singular del impacto que esto ha tenido sobre la producción científica y tecnológica en la que esto recae, principalmente el trabajo de los cuidados familiares en las mujeres, esa es una de las vertientes que explican esas desigualdades.
Al haberse conferido este año el Premio Nobel de Economía a Claudia Goldin, se hace cada vez más clara la necesidad de implementar políticas que reconozcan y tomen en consideración el impacto de las mujeres sobre la economía, especialmente a través de la cuestión minimizada y muchas invisibilizada de los cuidados, así como de sus profundas repercusiones sobre las brechas salariales y la participación laboral.
Esta investigadora, Claudia Goldin, ha demostrado que el desarrollo económico no es capaz por sí solo de cerrar la brecha de género, ni de incluir a las mujeres en los diversos ámbitos de producción. La conciencia de este tema hace más imperioso que nunca establecer como parte nodal de las políticas económicas, educativas y de promoción de la ciencia del Estado, la institución de sistemas nacionales y subnacionales de cuidados que faciliten la redistribución social de las tareas de cuidado en la esfera familiar a través de servicios públicos.
A este llamado de igualdad ha respondido la Ciudad de México, la presente administración ha instalado recientemente, presidido por el doctor Martí Batres Guadarrama, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México y coordinado por la secretaria de las Mujeres, la licenciada Ingrid Gómez Saracíbar, la Comisión Interinstitucional del Sistema Estatal de Cuidados de la Ciudad de México. Como pueden ustedes observar, un Premio Nobel promueve la creación de estos sistemas y la Ciudad de México, a un mes de haber recibido ese premio, ya está instalando su Comisión Interinstitucional del Sistema Estatal de Cuidados de la Ciudad.
Sí, sí merece un aplauso, es un avance importante, muchas gracias.
Como es bien sabido, un indicador importante de desarrollo en los países es el nivel de inclusión de las mujeres en todos los ámbitos de producción socioeconómica; y en este gran contexto, el reconocimiento a la labor de las científicas es, por tanto, una tarea indispensable que deben asumir los gobiernos, no solo por la razón de dar honor a quien honor merece, sino de transformar efectivamente tales estructuras de desigualdad.
El Gobierno de nuestra Ciudad, a través de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación, tiene como una de sus misiones más importantes la reducción de la brecha de género en el ámbito educativo y en el ámbito científico, labor en la cual la visibilización y el reconocimiento del papel de la mujer en todas las áreas del conocimiento es fundamental.
Y claro, para llevar esto a buen puerto, se requiere de la colaboración, se requiere del trabajo en equipo en donde el gobierno, la academia y la industria suman para acortar el tiempo que nos lleva justamente reducir esas brechas de género, que el índice global de brecha de género nos da también un indicativo del estado en qué nos encontramos como país.
Alexandra Kolontái, pensadora feminista pionera, señaló en una ocasión lo siguiente –abro comillas–: “Gravemente hierran quienes piensan aún que la mujer nueva es el fruto de los heroicos esfuerzos de individualidades fuertes, que han tomado conciencia de sí mismas. La transformación de la mentalidad de la mujer, de su estructura interna espiritual y sentimentalmente se lleva a cabo, ante todo y muy especialmente, en las profundidades sociales”, –cierro comillas–.
Ahora bien, es necesario señalar que esta transformación que tiene lugar en las profundidades sociales, esa transformación histórica de las mentalidades y las estructuras institucionales que todavía no culmina ha sido la obra colectiva de millones de mujeres, de una suma de heroicos esfuerzos individuales.
Así, los logros individuales que hoy reconocemos tienen una dimensión y una función social bien precisas: perforar las murallas de los prejuicios y derrumbar las fronteras de las desigualdades.
Y deben apreciarse, por lo tanto, en razón de su profunda significación colectiva, cada logro de nuestras científicas mexicanas en beneficio de la salud de los y las mexicanas, es el fruto del esfuerzo de las científicas, de las profesoras, de las activistas sociales que nos precedieron; y al reconocerlo, refrendamos una parte importante del compromiso de nuestro gobierno para contribuir a reescribir la historia de la ciencia mexicana en nombre de las generaciones por venir y de las pasadas en la dirección de la igualdad y de la justicia para las mujeres.
Muchísimas felicitaciones a las ganadoras, a la ganadora y muchísimas gracias por su amable atención.
INVESTIGADORA EN EL PROGRAMA DE ESTUDIOS INTERDISCIPLINARIOS DEL COLEGIO DE MÉXICO, LUZ ELENA GUTIÉRREZ DE VELASCO ROMO (LHGR): Muy buenas tardes a todas, a todos y a todes ustedes. Buenas tardes también al doctor Martí Batres, a la doctora Jesús Ofelia Angulo, al maestro Diego Antonio Ocampo, al doctor Francisco Javier Soria, también a la doctora María de Lourdes García, no está aquí presente, en su lugar a la doctora Ferreyra; la doctora Irma Gabriela Anaya, también, y a todo este honorable presídium.
Una vez más agradezco a este Gobierno de la Ciudad de México, y a todos los que se nos han unido, la invitación para participar en la entrega del Premio “Matilde Montoya” que, como ya se dijo, se otorga a destacadas investigadoras en el campo de la salud.
Vengo, como ustedes ven, en representación un poco de la academia, pero también de una empresa familiar muy comprometida con la atención a la salud en México, y en especial a la salud mental de las y los mexicanos; y, por otro lado, comprometidos con el avance del conocimiento de nuestras investigadoras, nuestras profesoras en esta Ciudad de México y en el país en general.
Por otra parte, y no puedo ocultarlo, soy una admiradora de doña Matilde Montoya por haber sido una muy distinguida pionera en el siglo XIX de las mujeres médicas en México, de las investigadoras, de las mujeres dedicadas a la salud en medio de una gran multiplicidad de trabas y obstáculos, que en otras ocasiones ya he reseñado muy minuciosamente, hoy no los voy a aburrir con esto; pero ella tuvo que enfrentar todos los obstáculos para inscribirse como estudiante para cursar la preparatoria y la carrera de Medicina, para que se legitimaran sus estudios y, todavía más, para que pudiera presentar su examen profesional.
Debo tristemente decir que los grandes y connotados médicos y académicos de finales del siglo XIX, no todos, hay que decirlo también, impidieron su educación y su formación; otros le ayudaron. Y en estas circunstancias tan difíciles, Matilde Montoya, con una decisión y una voluntad férreas e incansables, a cada nuevo impedimento que se le ponía ella respondió con fuerza y trabajo e incluso con la complicidad de Porfirio Díaz, que algunas cosas buenas hizo, ya que creyó en Matilde Montoya y modificó los reglamentos que no permitían a las mujeres estudiar, y permitió hacer posible que Matilde estudiara, que recibiera su título.
Hoy hablaré sobre otra fuerza, es decir, una fuerza que se encuentra subyacente en la determinación de Matilde Montoya para continuar su formación y llegar a la meta profesional, a la Escuela de Medicina, que ya se había trazado, y que logró en el año de 1887.
Aquí, me voy a referir a la madre de Matilde Montoya, que fue doña Soledad Lafragua, esta fue una mujer que había quedado huérfana, desamparada y, por lo tanto, estaba condenada a la pobreza; pero ella decidió, para conseguir los medios de subsistencia, irse a trabajar como ayudante en el hospital de Puebla, ella era de Puebla, y ahí logró la experiencia y el reconocimiento de los médicos, enfermeras de ese hospital y la consideraban como un elemento imprescindible.
Por lo tanto, esta mujer que había sufrido tanto impulsó a su hija Matilde a formarse como partera y a partir de esos conocimientos y esa práctica es que Matilde pudo llegar a los estudios en la Escuela de Medicina.
Entonces, Matilde, en respuesta a la fuerza y la entrega maternas, consiguió emular ese ejemplo, que se sumó al de otras valientes mexicanas, que se opusieron a la mentalidad de esa época, que impedía a las mujeres estudiar y buscar un futuro en la ciencia y otros conocimientos.
Por fortuna, en México, ya hemos oído algo de estos programas, tuvimos a figuras muy destacadas como doña Matilde, sin lugar a dudas. Quiero mencionar aquí, muy rápidamente, a doña Laura Méndez de Cuenca y quiero también hacer una mención muy especial el día de hoy de doña Margarita Chorné y Salazar, que fue ella la primera cirujana dentista y que se recibió en el año de 1886, es decir, un año antes que doña Matilde, pero ella no tuvo la traba de estudiar preparatoria, a ella le fueron reconocidas sus prácticas con otros odontólogos, con otros expertos en salud bucal.
Entonces, ellas, estas mujeres quebrantaron esas prohibiciones y abrieron el camino a las grandes investigadoras de nuestra época actual.
Hoy celebramos, en este acto, a la doctora Irma Gabriela Anaya Saavedra, una heredera de Margarita Chorné, y esperamos que muchas, muchas otras mujeres sigan el ejemplo esforzado de los siglos XIX y XX para continuar con trayectorias de conocimiento, atención a la salud en México y atención a todos esos pacientes, y mujeres pacientes, que requieren de sus conocimientos.
Muchas felicidades, doctora.
VICEPRESIDENTE DE INNOVACIÓN Y DESARROLLO DE NEOLPHARMA, DIEGO ANTONIO OCAMPO GUTIÉRREZ DE VELASCO (DAOGV): Buenas tardes a todos. Para nosotros en Grupo Neolpharma el día de hoy es un día de celebración y de orgullo.
Hace ya tres años decidimos, dentro de nuestra política de sustentabilidad, conjuntar nuestras líneas de apoyo a la educación, a la salud y a los temas de género en un solo premio que pudiera reflejar justamente un espacio de visibilización y de reconocimiento a mujeres que están empujando la ciencia en nuestro país.
Quiero dar mucho las gracias a la Jefatura de la Ciudad de México, al doctor Martí Batres, por abrirnos hoy su casa, y a la doctora Ofelia Angulo que, desde el inicio de esta travesía, de este proyecto, han sido nuestros socios y nuestros impulsores más grandes, que han dado mucha voz a este premio para poder estar hoy dando este reconocimiento justamente a la doctora Irma Anaya Saavedra, que es sin duda una de nuestras más grandes científicas a nivel nacional y que sus aportes en temas de salud bucal, de oncología y otros temas son referente a nivel nacional e internacional.
Quisiera hacer una pequeña reflexión. Nosotros, como parte de un grupo empresarial, sin duda somos un agente social en el cual tenemos que estar escuchando las voces que están ahí en la sociedad, haciendo reclamos justamente de inclusión, de disminución de la brecha, ya sea de trabajo o salarial; y en Grupo Neolpharma hemos tomado esto de manera muy seria y se ha traducido en algunas políticas internas, pero también en este esfuerzo que nos ayuda hoy el Gobierno de la Ciudad de México a impulsar y a materializar.
Buscamos que con este tipo de iniciativas se logre visibilizar el trabajo de nuestras científicas en México y que se logre así dar un ejemplo de casos de éxito para las generaciones venideras. Esperamos que con esto se pueda ver muchas niñas, muchas adolescentes ya en un camino de desarrollo personal, profesional que les ayude a soñar nuevos futuros, y a creer que la ciencia y que también la investigación y otros temas son temas apasionantes y que pueden ser una forma de vida para dar crecimiento no solamente a ellas, pero también la comunidad y al país.
Quiero reconocer también a la UAM, que es una universidad en la cual nos han abierto la puerta para algunos proyectos que estamos desarrollando y que, además de los proyectos de investigación de la doctora Anaya, ella lleva otra cachucha, que es de vinculación científica, y que habla justamente de esos deseos de conjuntar a esta famosa triple hélice que hoy estamos aquí presentes en el presídium, que es el gobierno, la academia y la industria, que creo que justamente en el impulso que se da aquí, desde el Gobierno de la Ciudad de México, y en la capital misma con todo el impulso que tenemos de conocimiento, creo que podemos nosotros ser artífices del cambio y la mejora en el país.
Por parte de Grupo Neolpharma, muchas felicidades a las doctoras que hoy reciben su mención honorífica y muchas felicidades a la doctora Irma Anaya Saavedra. Muchas gracias.
INTEGRANTE DEL HONORABLE JURADO CALIFICADOR, LETICIA FERREYRA REYES (LFR): Honorable presídium, buena tarde; a todos y todas aquí presentes. A nombre de la doctora María de Lourdes García García, reciban un cordial saludo, agradece la invitación a los organizadores del Premio Mujeres en Ciencias Biológicas y de la Salud “Matilde Montoya 2023”. Felicitación especial a las médicas galardonadas.
Sin duda, la transición en investigación se ha visto cada día con mayor intervención de la mujer, y no es la excepción, ya que al igual que la gran mujer, primer médica en México, doctora Matilde Montoya Lafragua, se ha tenido que luchar contracorriente, logrando una amplia participación en la clínica e investigación, trabajo reflejado en la práctica, que han llegado a la integración o fortalecimiento de la política pública, como lo es el trabajo realizado por la doctora Anaya Saavedra.
La doctora Irma Gabriela Anaya Saavedra, destacada profesional en el campo de la Patología y Medicina Bucal, nace en la Ciudad de México en 1974. En 1997 se gradúa como Médica Cirujana Dentista, por la Universidad Nacional Autónoma de México; especialidad en Patología y Medicina Bucal, que abarcará su vida; curso de capacitación y adiestramiento en Patología Bucal en un Centro de Diagnóstico Histopatológico en Guatemala, por el año 2000; doctorado en Ciencias Biológicas en la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma del Área Metropolitana, su casa, su mater alma; doctorada en Ciencia Biológicas y de la Salud en la UAM Xochimilco.
La doctora Irma Gabriel Anaya Saavedra se integra a la UAM como profesora investigadora titular de tiempo completo y actualmente ocupa un cargo de coordinación, vinculación y fortalecimiento. Es docente invitada del Doctorado en Ciencias Médicas y Odontológicas en la Universidad Nacional Autónoma de México, formando parte del claustro académico de la Universidad de Chile desde 2018 a la fecha.
Esta vinculación y fortalecimiento académico que ha tenido con la institución ha reflejado su labor docente, que se enfoca en apoyar la educación y formación de recursos humanos: Licenciatura en Estomatología, Maestría en Patología y Medicina Bucal, y el doctorado concluyente. Adicionalmente, la doctora Anaya ha desempeñado un papel destacado en la promoción y el fortalecimiento de la Patología y Medicina Bucal, destacando en el ámbito nacional e internacional.
La doctora Anaya Saavedra ingresa al Sistema Nacional de Investigadores, alcanzando el Nivel II, cosa no fácil. Ha contribuido significativamente a la generación de conocimiento en el área misma, Patología y Medicina Bucal, como se evidencia en su producción científica que incluye aproximadamente 41 artículos científicos, siete capítulos de libro y un manual, todos indexados y registrados con ISBN, como corresponde. Sus trabajos han sido citados ampliamente por más de mil 200 autores y cuenta con un ICH de 17, que en el ámbito científico es altamente significativo.
Ha recibido becas para participar en los comités de expertos y expertas de los talleres mundiales de VIH SIDA, patología oral, presentaciones orales, que han tenido lugar en China, la India e Indonesia; encuentros que han derivado en la publicación de guías internacionales para el fin y el tema.
En términos de servicio, la doctora Irma Gabriela Anaya Saavedra funda la Clínica de Detección Temprana de Lesiones Bucales de la UAM Xochimilco, la cual ofrece atención clínica especializada y gratuita en patología bucal para la población en general.
En respuesta a la contingencia sanitaria por COVID-19, asumió un papel de liderazgo en su institución, apoyando a los sistemas de tamizaje y triage en estas clínicas, promoviendo su adaptación a la “Nueva Normalidad". Su destacado papel durante la contingencia sanitaria le ha valido el reconocimiento por parte de sus colegas, dictando más de 30 conferencias y brindando asesoría en diferentes partes de México y América Latina.
El trabajo de la doctora Anaya Saavedra ha fortalecido la investigación no solo local, en general; manifestaciones bucales de la infección por VIH SIDA, a través del establecimiento y consolidación de las clínicas de patología y medicina bucal en los principales centros de referencia para la atención para pacientes con la infección por VIH SIDA en la Ciudad de México. Y así, son las Clínicas Especializadas Condesa, Condesa-Iztapalapa, Clínica de VIH SIDA en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, e Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias.
A la fecha, la Clínica de Patología y Medicina Bucal en VIH de la UAM Xochimilco, ha atendido a más que 4 mil 300 personas, favoreciendo de alguna manera su calidad de vida por la atención temprana, impactando en la detección y tratamiento oportuno de enfermedades potencialmente mortales como el cáncer bucal o de infecciones de fácil propagación, como la sífilis, pero de urgente atención.
Asimismo, fue galardonada para recibir este premio, el Honorable Jurado decidió otorgar, consecuentemente, ante la evaluación de los trabajos presentados por otras médicas participantes, por unanimidad, una Mención Honorífica a la doctora Cristian Jiménez Martínez, del Instituto Politécnico Nacional, cuya línea de investigación es el uso y aprovechamiento de las leguminosas y cereales, lo que ha permitido el conocimiento más profundo de estas semillas y todo el efecto benéfico en la salud, que puede conllevar a aumentar su uso de consumo.
Ha consolidado un grupo de investigación para identificar las propiedades bioactivas de compuestos como son las proteínas, los péptidos y diferentes metabolitos secundarios; consecuentemente, el efecto antioxidante, anticancerígeno, antiinflamatorio.
La doctora Eva Ramón Gallegos, adscrita al Instituto Politécnico Nacional, dedicó su vida a realizar proyectos enfocados al desarrollo y/o implementación de nuevos métodos de diagnóstico y tratamiento del cáncer cervicouterino, identificando así lesiones premalignas aunadas al VIH y la identificación del Virus del Papiloma Humano, pandemia que nos azota; ha tenido un reconocimiento científico y social por sus aportes para atenuar este daño. El grado en el cáncer cervicouterino es eminentemente necesario abatir en este tiempo, y lo ha demostrado con su trabajo en tres estados de la República Mexicana.
Bien, la doctora Lucely del Carmen Cetina, participante y médico del Instituto Nacional de Cancerología, ha logrado instituir un programa llamado “MICAELA”, que significa Modelo Integral para la Atención de Pacientes con Cáncer Cervicouterino Localmente Avanzado. Necesidad de conseguir recursos, como en todas las investigaciones, pero con la tenaz y necesidad de continuar lo ha logrado y, con ello, ha permitido la capacitación de miles de profesionales que han logrado la atención más allá de una ciudad, una nación.
Felicidades, y ojalá y continúen en ese rubro. Gracias.
GANADORA DEL PREMIO MUJERES EN CIENCIAS BIOLÓGICAS Y DE LA SALUD "MATILDE MONTOYA" 2023, IRMA GABRIELA ANAYA SAAVEDRA (IGAS): Muchísimas gracias, buenas tardes. Agradezco mucho las palabras, honorable presídium. Doctor Martí Batres Guadarrama, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México; doctora Ofelia Angulo Guerrero, un gusto y muchas gracias por todo su apoyo, la secretaria de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación; licenciada Gómez Saracíbar, secretaria de Mujeres de la Ciudad de México; doctor Francisco Javier Soria López, rector de la Unidad Xochimilco, de la Universidad Autónoma Metropolitana; doctora Gutiérrez de Velasco, muchas gracias por sus por sus palabras, la saludo con mucho gusto.
Doctora María Lourdes García García, presidenta del Jurado Calificador; doctora Ferreyra, muchas gracias por sus por sus lindas palabras; distinguido presídium, el doctor Ocampo, licenciado Ocampo; doctor Sifuentes. Les saludo con mucho gusto, distinguidos asistentes, amigos y amigas, familiares que me acompañan.
Es un honor recibir este reconocimiento en nombre del Grupo de Investigación y Servicio en Patología y Medicina Bucal de la Universidad Autónoma Metropolitana, integrado por docentes, investigadores e investigadoras, estudiantes y personas egresadas de la Maestría en Patología y Medicina Bucal y personas prestadoras de servicio social de la licenciatura en esta patología de la misma universidad.
El 1 de diciembre pasado se conmemoró el Día de la Lucha contra el VIH, y ayer, 5 de diciembre, el Día Latinoamericano de la Lucha Contra el Cáncer Bucal. A 50 años de su creación, la Universidad Autónoma Metropolitana ha desarrollado vinculación con las comunidades de manera continua; el Posgrado en Patología y Medicina Bucal dedica parte de sus funciones sustantivas a la detección temprana del cáncer bucal y el trabajo con personas que viven con VIH, una población que ha sido históricamente discriminada en la práctica médica y odontológica sufriendo una violencia constante que incluye maltrato y negación de la atención.
Nuestras actividades asistenciales no solo benefician a la población afectada, sino que sensibilizan a nuestro estudiantado, contribuyendo así a la eliminación del estigma y la discriminación relacionados con el VIH y con otras enfermedades de transmisión sexual, como consecuencia directa, visibilizamos el valor de apoyar causas que redundan en el beneficio comunitario.
Las instituciones de educación superior, además de su importante papel en el desarrollo del conocimiento y la formación de profesionales, deben ser concebidas como lugares de formación que integren la visión humanística a los aspectos técnicos y profesionales.
En ese sentido, quiero enfatizar la oportunidad que a través de este reconocimiento nos brinda la SECTEI, el Gobierno de la Ciudad de México y la empresa farmacéutica Neolpharma, misma que permitirá aumentar las capacidades e infraestructura de nuestras clínicas.
Gracias por su visión feminista, por impulsar las carreras de mujeres en las Ciencias Biológicas y de la Salud al reconocer la subrepresentación de la mujer en roles de liderazgo.
Quiero concluir expresando mi agradecimiento al rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana, el doctor De los Reyes Heredia; y al rector de la Unidad Xochimilco, de la Universidad Autónoma Metropolitana, que hoy me hace el favor de acompañarme; al doctor Luis Ayala Pérez, director de la División de Ciencias Biológicas y de la Salud; a la maestra María de los Ángeles Martínez Cárdenas, jefa del Departamento de Atención a la Salud, por su constante respaldo a nuestras actividades.
A mis colegas, profesores de siempre, de ayer y de siempre, el doctor Adalberto Mosqueda Taylor, profesor distinguido de la Universidad Autónoma Metropolitana e investigador emérito del Sistema Nacional de Investigadores e Investigadoras; a la doctora Estela de la Rosa García, coordinadora del posgrado de la Universidad Autónoma Metropolitana; y a las y los estudiantes de licenciatura y de posgrado sin quienes el trabajo no hubiera podido desarrollarse de manera tan adecuada y quienes han sumado su juventud y entusiasmo al trabajo cotidiano.
A todo el personal de las Clínicas Especializadas Condesa; y, principalmente, a las y los pacientes y a sus familiares, con quienes hemos establecido relaciones interpersonales muy cercanas.
A mi madre, ejemplo de generosidad y de empatía; Andrea y Mariana, mis eternas maestras de vida; y a Gabriel, mi compañero, por su apoyo incondicional y amoroso.
Concluyo dedicando este reconocimiento a tres personas que no pudieron estar físicamente hoy aquí: el doctor Román Carlos Bregni, patólogo guatemalteco, que nos dejó en 2021 y sembró en mí la búsqueda del apostolado en mi profesión; a la doctora Velia Ramírez Amador, fundadora del posgrado, profesora emérita de la UAM y responsable de la formación de cientos de patólogos bucales en México; y a mi padre, quien con su generosidad ilimitada me enseñó a dar, en lugar de acumular.
Muchísimas gracias.