Mensaje Jefe de Gobierno, Martí Batres Guadarrama, durante la presentación de la derogación del Artículo 159 del Código Penal para el avance histórico en la lucha contra la discriminación y violencia hacia las personas con VIH

Publicado el 11 Enero 2024

JEFE DE GOBIERNO, MARTÍ BATRES GUADARRAMA (MBG): Buenos días. Hasta el día de ayer, el Artículo 159 del Código Penal de nuestra entidad federativa castigaba el riesgo de que una persona pudiera contagiar a otra, fuera a través de relaciones sexuales o de otro modo, de alguna enfermedad, este delito se llamaba peligro de contagio y era una herencia de otros tiempos.

Los legisladores creyeron que protegerían la salud general con una amenaza de castigo, notemos cómo se llamó el delito, no es contagio, sino “peligro de contagio”: se castigaba a la persona que en condiciones normales e involuntariamente pudiera transmitir una enfermedad contagiosa. Médicamente este delito no ayudó a detener el contagio, pero el énfasis en el peligro de contagiar sí señalaba y discriminaba a las personas ya contagiadas. Este es un caso ejemplar de la vana pretensión de castigar por parte de una sociedad autoritaria, no se detenía la enfermedad, pero sí se castigaba al enfermo.

En este nuevo siglo, mil veces hemos repetido el principio de que la norma penal debe ser siempre la última opción del Estado y de que en un código penal solo deben estar las conductas criminales.

Por eso salió de las comunidades, de los colectivos –a los que reconocemos el día de hoy–, de las personas que viven con VIH la exigencia de derogar este ominoso artículo. Por eso el diputado Temístocles Villanueva llevó al Congreso de la Ciudad de México una iniciativa con ese fin desde la legislatura pasada.

Por eso la diputada Ana Francis López Bayghen, Ana Francis Mor, volvió a insistir en el tema, presentando una nueva iniciativa. Por eso, desde el Gobierno de la Ciudad de México, tuvimos la permanente insistencia de Jaime Morales, director general de Diversidad Sexual, de buscar desde el Gobierno de la Ciudad la derogación de dicho artículo.

Por otra parte, cabe aclarar que, ya una vez derogado el mismo, las mujeres que han sido contagiadas de VIH o de otras enfermedades como consecuencia de la violencia de otras personas no quedarán desprotegidas. Para ello se incluyó en el catálogo de lesiones una sanción para quienes causen o transmitan de manera intencional una enfermedad incurable.

El cambio no es banal ni menor, la norma previa al singularizar la situación del enfermo contagioso, de facto castigaba la calidad del enfermo al que consideraba como un peligro y ponía a esa persona en posición de ser discriminada, señalada, aislada, es decir, discriminación sobre discriminación. Lo razonable desde un principio era considerar el contagio como una lesión que debía analizarse, perseguirse, procesarse con la norma general del delito de lesiones ya establecido.

Esta reforma, de la que hablamos hoy, nos recuerda por otra parte que en materia de salud las normas más importantes no son las penales, sino aquellas que contribuyan a aumentar la corresponsabilidad de todas, todos y todes en la prevención y atención de las enfermedades; esta reforma ayuda a que las personas pierdan el temor a ser criminalizadas.

Esta reforma tiene mucho sentido en estos días de la post-pandemia del COVID, nuestra sociedad fue la única república latinoamericana que no suspendió las garantías individuales durante la emergencia causada por el COVID-19.

Preferimos, en buena hora y con buen juicio, convocar a toda la sociedad a ser cada vez más responsable de nuestros cuerpos, de nuestras relaciones con los demás. Castigar draconianamente a quienes no usaran cubrebocas, por ejemplo, solo agregó dolor a la tragedia que estábamos viviendo e incluso situaciones terribles como las que se vivieron en otras entidades.

Se actuó con sabiduría frente a esa pandemia, pues aplicar este artículo en la época del COVID habría llevado a enjuiciar penalmente a millones de personas, lo cual sería completamente absurdo.

Por eso, por las razones y antecedentes que aquí he expuesto, pusimos en juego la fuerza del Gobierno de la Ciudad de México, lo hicimos por convicción, porque ya en el año de 1999, cuando fuimos legisladores, promovimos sacar la palabra “homosexualidad” como sinónimo de conducta delictiva del Código Penal, cuando este se refería al tipo de corrupción de menores; y, recientemente, desde la Secretaría de Gobierno apoyamos que se pudiera dar un decreto administrativo para proteger los derechos de las adolescencias trans.

Por eso tuvimos la oportunidad de platicar con el diputado Temístocles Villanueva, es cierto lo que dice, él al comentar conmigo, días después de que llegué a la Jefatura de Gobierno, me presentó una serie de puntos, cuatro muy importantes, el primero, la derogación del Artículo 159 y yo le dije: por supuesto que apoyamos.

Acto seguido, nos reunimos días después con el grupo parlamentario para analizar agenda legislativa, y le pedí al grupo parlamentario de MORENA apoyar la iniciativa para derogar el Artículo 159. No solo eso, sino que, en el Informe, en el Quinto Informe de Gobierno que me tocó presentar ante el Pleno del Congreso de la Ciudad de México, planteé 25 retos para los siguientes 100 días posteriores a dicho informe, y entre ellos, el de sumar esfuerzos entre el Gobierno de la Ciudad y el Congreso para derogar el Artículo 159.

Amigas y amigos, me da mucho gusto darles la buena noticia, una buena noticia para la libertad y para la salud, para la lucha contra la discriminación, una buena noticia para una sociedad moderna y diversa: hoy aparece en la Gaceta Oficial del Gobierno de la Ciudad de México el decreto por el que se deroga el Artículo 159 del Código Penal, ya no hay Artículo 159.

Muchas gracias.

PRESIDENTA DE LA COMISIÓN DE IGUALDAD EN EL CONGRESO DE LA CIUDAD DE MÉXICO, ANA FRANCIS LÓPEZ BAYGHEN PATIÑO(ALBP): Muchas gracias. Agradezco mucho el estar el día de hoy aquí y saludo respetuosamente a todas las personas que están en este presídium, a todas ustedes. Saludo con mucho gusto, con mucho cariño al Jefe de Gobierno, doctor Martí Batres.

Me parece que una de las cosas importantes de reflexionar en un día como hoy, en donde se deroga este ominoso artículo, nos da la oportunidad de pensar para qué sirve un código penal, cómo pasamos de entender un código penal que castigue todo aquello que está fuera de la moral a un código penal que nos proteja, que nos proteja y que nos cuide, y tiene que ver con visiones de Estado.

Es decir, me parece que desde la Cuarta Transformación a lo que se apuesta es a un Estado que cada vez cuide más y que cada vez estorbe menos en aquellos lugares en donde estorba; y esto era un estorbo en el Código Penal, era un estorbo basado en la moral, basado en el “pero ¿por qué cogió?”.

¿Qué es lo que está detrás del aborto? ¿Qué es lo que está detrás de tantas cosas, de tantas normas que nos ha costado tanto trabajo colocar, que nos ha costado tanto trabajo avanzar? “¿Por qué trae minifalda? ¿Para qué salió? ¿Por qué estaba en la fiesta? ¿Por qué se drogó? ¿Por qué…?”, pues, porque es humano, porque somos humanos, porque somos personas y hacemos un montón de cosas –las que podemos como podemos– para buscar nuestra felicidad, y en eso el Estado nos tiene que acompañar y cuidar. Entonces, celebro muchísimo.

Y, por otro lado, algo que me parece muy importante, esta es una pelea que empezó Temístocles desde la Legislatura pasada y que me invitó a participar, entonces estuvo muy bien porque la bancada LGBT del Congreso de la Ciudad de México, que era él, se duplicó, llegué yo.

Entonces, esto sirve compañeras, compañeros, compañeres, para que no se nos olvide que no tenemos nada que ver, porque las lesbianas y los gays no tenemos nada que ver, ni siquiera nos gustan las mismas personas, es fundamental que trabajemos juntas, juntos, juntes, fundamental, porque somos poquitos, poquitas aquí adentro, somos unos cuantos.

Entonces, si trabajamos agarraditos de la mano, pues avanzamos mucho mejor, porque el enemigo está en otro lado; el enemigo está en ese pensamiento retrógrada que está en todos lados y que dice: “¿por qué cogió? Que lo castiguen, que la castiguen, que le castiguen”.

Celebro mucho esto, le agradezco siempre a Temístocles por haberme invitado, incluido en esta batalla; y, sin duda, reconozco y de forma muy importante, el empuje que le dio el Jefe de Gobierno para que esto avanzara, costó mucho trabajo, pero aquí estamos.

Muchas gracias.

PRESIDENTE DE ASUNTOS POLÍTICO-ELECTORALES EN EL CONGRESO DE LA CIUDAD DE MÉXICO, MARCO ANTONIO TEMÍSTOCLES VILLANUEVA RAMOS (MAVR): Muchas gracias, muy buenos días a todas, todos, todes. Comienzo aclarando que ya no soy presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso, soy presidente de la Comisión de Asuntos Político-Electorales.

Pero saludo, sobre todo, a las personas activistas que nos acompañan el día de hoy, a las organizaciones, a las personas funcionarias públicas presentes. Y continuo agradeciendo, especialmente, al Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, al maestro Martí Batres Guadarrama, por la invitación a esta conferencia de prensa, pero también reconociendo su firme compromiso político mostrado desde el día uno al frente del Gobierno capitalino con la causa de la descriminalización de las personas con VIH.

Yo tuve la oportunidad de platicar con Martí, a la semana de que llegó como Jefe de Gobierno, y en mi agenda de prioridades este fue el primer tema que le planteé, y no dudó en convertirse en un aliado de esta batalla.

Durante cuatro décadas, como humanidad hemos enfrentado la pandemia global del VIH, una emergencia sanitaria que inició con lo que hoy conocemos como la crisis del SIDA en la década de 1980. A lo largo de estos más de 40 años como sociedades y comunidades, hemos sido testigos y protagonistas de un cambio en el abordaje a una crisis de salud pública que puso en duda los cimientos mismos de la democracia y la igualdad que debe sostenerla y darle rumbo.

De los años de silencio asesino e indiferencia, con la inacción indolente de los gobiernos de esa época, a la respuesta comunitaria de las familias consanguíneas y elegidas que se dedicaron a garantizar los cuidados de las primeras víctimas. De la poca, pero inevitable apertura internacional, a la suma de esfuerzos locales para la construcción de los primeros programas y clínicas especializadas para la atención del VIH y el combate al SIDA, tales como la Clínica Especializada “Condesa” en nuestra ciudad.

Hoy nuestro país y nuestra capital han avanzado decididamente en la atención frontal a la pandemia, alineándose a los objetivos internacionales en materia de VIH-SIDA, determinados por el programa conjunto de las Naciones Unidas. Sin embargo, existen aún retos clave que no podemos dar por sentado.

De acuerdo con la Secretaría de Salud federal, de las 370 mil personas que se estiman que viven con VIH en México, solo 67 por ciento conocen su diagnóstico y 61 por ciento tienen acceso a un tratamiento anti retroviral. Esto está lejos del 90 por ciento planteado por ONUSIDA, además de que la falta de conocimiento sobre el estatus serológico representa una de las barreras más importantes para frenar el aumento de casos.

Este déficit en el diagnóstico tiene que ver también con la otra pandemia que ha acompañado a la del VIH, que es la del prejuicio, el estigma y la discriminación, que en su expresión más grave se traduce en la criminalización de quienes viven con VIH, y este fue el avance que logramos de manera directa esta semana.

Durante muchos años la criminalización del VIH se ha perpetuado en nuestro sistema jurídico bajo el tipo penal de peligro de contagio, heredado de la administración de Ronald Reagan en Estados Unidos, y que permitía la sanción penal de una persona por el simple hecho de poder haber transmitido este u otro virus, incluso sin ser consciente de ello.

Dicho delito, además de resultar discriminatorio, carecía del principio de taxatividad, es decir, una descripción clara, precisa y comprobable de la norma de la conducta punible, esto así lo determinó la Suprema Corte de Justicia de la Nación, mediante su acción de inconstitucionalidad 139/2015, sobre el artículo que contenía el delito de peligro de contagio en la norma penal del estado de Veracruz.

Con la derogación del Artículo 159 del Código Penal local, aprobada con mayoría de 42 votos a favor y dos en contra, en el Congreso de la Ciudad de México, el lunes de esta semana, hemos dado un paso firme para poner fin a esta criminalización y transitar de la fallida perspectiva punista a la única perspectiva concebible en una ciudad como la nuestra: la garantista de derechos.

Nos colocamos, además, a la vanguardia regional en la materia y nos alineamos con los más altos estándares internacionales fijados por la Asamblea General, el Consejo Económico y Social y el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Espero, además, que así como la derogación de este tipo penal en el estado de Nayarit, en marzo del año pasado, el paso que damos hoy inspire a otras entidades de la República a poner fin a la criminalización del VIH.

No puedo dejar de reconocer a todos los activismos y organizaciones que han impulsado y no han cedido ni un centímetro de esta lucha que representa un escalón más en la construcción de la ciudad de derechos, igualdad y libertades que todas, todos y todes merecemos. Gracias por resistir, por no ceder, en memoria de las personas que perdimos, pero también en defensa de la esperanza en las generaciones por venir.

A las titulares del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México, Geraldina González de La Vega y de las Clínicas Especializadas “Condesa”, la doctora Andrea González y, por supuesto, a Jaime Morales, director general de Derechos Humanos y Diversidad Sexual.

Reconozco también la altura de miras de mis compañeras y compañeros diputados del grupo parlamentario de MORENA, que hicieron posible la aprobación del dictamen; a mi compañera de lucha y convicciones, la diputada Ana Francis López Bayghen, por no soltar el tema. Reconozco también a las y los diputados de oposición que demostraron vocación democrática, votando a favor de esta causa que nos compete a todas y todos.

No puedo más que decirles, con todo el peso que este tema tiene para mí como una persona que vive con VIH, que lo hemos logrado, seguiremos trabajando de forma incansable en la construcción de esta ciudad de iguales, en la que la vía de los derechos humanos y el progresismo sean las únicas posibles.

Esta es una lucha en la que no tenemos el privilegio de ceder, sigamos ocupando todos los espacios, contando todas las historias y visibilizando todas las experiencias, demostrando que somos una ciudad diversa y que la pluralidad es nuestra grandeza.

Sigamos defendiendo el derecho a la salud en su más amplio espectro en la atención al VIH y la erradicación del SIDA, combatiendo el estigma y la desinformación con ciencia y verdad, garantizando el acceso universal a medidas preventivas como profilaxis pre y post exposición, a pruebas y autopruebas de testeo para conocer nuestro estatus, y a tratamientos prontos, oportunos y adecuados, para garantizar la indetectabilidad de todas las personas con VIH, toda vez que indetectable es igual a intransmisible.

Este es un tema que nos compete a todas, todos y todes, y que no podemos seguir dejando atrás; no nos soltemos, sigamos adelante. Muchas gracias.

DIRECTORA EJECUTIVA DE LA CLÍNICA ESPECIALIZADA “CONDESA” DE LA CIUDAD DE MÉXICO, ANDREA GONZÁLEZ RODRÍGUEZ (AGR): Muy buenos días, muchas gracias. Saludo a nuestro Jefe de Gobierno, al doctor Martí Batres.

Los expertos y órganos internacionales de derechos humanos, la Organización Mundial de la Salud, la Comisión Global sobre el VIH y el Derecho, la Secretaría General de la Organización de las Naciones Unidas y ONUSIDA han sostenido que la penalización del VIH viola los derechos humanos, incluidos los derechos a la salud, la intimidad, la igualdad y la no discriminación y obstaculiza el tratamiento y la prevención del VIH.

La evidencia científica respalda los hallazgos del Informe de la Comisión Global sobre el VIH y el Derecho que señalan que la penalización no alienta un comportamiento más seguro e incluso puede generar mayores riesgos.

El delito de peligro de contagio, tipificado en el Artículo 159 del Código Penal de la Ciudad de México, criminalizaba el diagnóstico de VIH, fomentaba los prejuicios, la discriminación y el estigma. Las acusaciones con las que se utilizaba omitían la evidencia científica que, desde hace muchos años, establece que el uso correcto del condón y la carga viral indetectable en una persona con VIH, evitan la transmisión del virus.

Negaban que la mayoría de las infecciones por VIH se producen cuando la carga viral es más alta y en esta etapa la mayoría de las pruebas no detectan la infección; se juzgaba el diagnóstico y la sexualidad de las personas independientemente de la transmisión; se promovía el miedo, la culpa y la vergüenza.

La decisión del Congreso de la Ciudad de México permite un cambio estructural del sistema y de la sociedad para mejorar la respuesta al VIH. El diagnóstico de VIH no es un delito, es la base de la respuesta a la epidemia para el acceso al tratamiento y a las intervenciones de prevención; la protección de la salud es un derecho y la enfermedad nunca es un crimen.

La Ciudad de México Innovadora y de Derechos decide enfrentar la epidemia de VIH con las mejores prácticas y con base en evidencia. El proceso que llevaron a cabo legisladores –felicidades, Temístocles–, comunidades, personas con VIH y el gobierno –gracias a Jaime Morales– demuestran que las transformaciones como el combate a las epidemias requieren de la participación de todos.

Hoy esta ciudad cuenta con los recursos médicos y con la decidida participación de la sociedad civil y las comunidades para frenar la epidemia de VIH, pero de poco sirven los medicamentos y los servicios, sino recuperamos la dignidad de todas las personas.

DIRECTOR GENERAL DE DIVERSIDAD SEXUAL Y DERECHOS HUMANOS EN LA SIBISO, JAIME RUBÉN MORALES BELTRÁN (JRMB): Buenos días a todos, a todas y a todes. Mil disculpas por haberles hecho esperar, pero es un verdadero orgullo estar con ustedes en este día.

Saludo con cariño a las personas del presídium y con el permiso de nuestro Jefe de Gobierno, el doctor Martí Batres Guadarrama, les saludo amigos, amigas, amigues todos.

Hoy nos encontramos aquí para celebrar un hito histórico en la lucha contra el VIH y la discriminación. Hace dos días se derogó el Artículo 159 del Código Penal de la Ciudad de México, que criminalizaba a las personas que viven con VIH y que representaba un obstáculo para las acciones de prevención, diagnóstico y atención de este virus, pues el punitivismo nunca ha sido una estrategia en materia de derecho a la salud; lo logrado en nuestra ciudad, en nuestra Ciudad de Derechos, es un paso significativo hacia la erradicación de la serofobia en nuestra sociedad.

Desde que se detectó el primer caso de SIDA en México, en 1983, las organizaciones y activistas han estado al frente de la respuesta al VIH. Han trabajado incansablemente para educar, apoyar y luchar por los derechos de las personas que adquirieron el virus, acompañando a las primeras víctimas mortales, exigiendo al Estado atención y dignidad, pero también haciendo frente a la serofobia de grupos conservadores y antiderechos. Su labor ha sido fundamental para llegar a donde estamos hoy.

La derogación de este artículo es un testimonio de la importancia de no criminalizar a las personas que viven con VIH, pues la criminalización solo fomenta el estigma; la discriminación y la desinformación además de violar los derechos fundamentales de la ciudadanía como son los derechos a la salud, la intimidad, la igualdad y la no discriminación, lo cual tiene un impacto en la detección, el tratamiento y la prevención del VIH.

La despenalización es vital para poner fin a la epidemia del SIDA, hoy estamos frente a un avance hacia los objetivos del desarrollo sostenible del 2030.

Esta derogación es un paso crucial para una cultura de prevención, diagnóstico y atención del VIH; nos permite centrarnos en la educación y el apoyo en lugar del castigo, nos permite tratar al VIH como lo que es: una condición médica, no un delito. La derogación implica descriminalizar la sexualidad, el placer, pero, sobre todo implica colocar al centro en un enfoque de derechos.

Hoy celebramos este logro, pero también recordamos que la lucha contra el VIH y la discriminación está lejos de terminar. Debemos seguir trabajando para erradicar la serofobia y garantizar que todas las personas tengan acceso a la prevención, el diagnóstico y la atención del VIH.

Ese es el compromiso del Gobierno de la Ciudad de México, encabezado por el doctor Martí Batres Guadarrama quien, en su quehacer legislativo, se ha destacado por promover reformas para disminuir brechas de desigualdad, para la eliminación de la discriminación y el fortalecimiento de los derechos humanos. El Jefe de Gobierno tiene la convicción clara de que el respeto a los derechos humanos de todas, todos y todes es el camino correcto para consolidar sociedades más justas, libres e igualitarias.

Gracias a todos los que han trabajado para hacer posible este día. Gracias, diputada Ana Francis López Bayghen, Ana Francis Mor, por sumarte, porque eres un claro ejemplo de que no se necesita ser la causa para defender a esta.

Gracias diputado Temístocles Villanueva Ramos que, frente a todas las adversidades, ante todas las críticas infundadas te mantuviste firme, de una sola pieza, hasta que se logró la derogación.

Gracias a nuestra querida amiga, la maestra Olivia Rubio, quien nos asesoró para llevar a buen puerto este proyecto legislativo.

Gracias, Ricardo; gracias, Alejandro Gil, por todos los esfuerzos por haber aceptado tantas llamadas, tantas recriminaciones.

Pero gracias a ustedes logramos que la intensión de los panistas anti derechos como América Rangel y Ana Villagrán tuvieran buen fin. Gracias a todos ustedes, a estas organizaciones, a su voz, a su esfuerzo, a su lucha, a sus movilizaciones pudimos frenar a un PAN que solo quiere ir contra los derechos de la ciudadanía, un PAN que lleno de estulticia pretende seguir con el cártel inmobiliario en esta Ciudad de México.

Y a ustedes, nuestro reconocimiento, gratitud y admiración, así como las organizaciones activistas e influencers especializados en la materia, su dedicación y esfuerzo son una inspiración para todas nosotras.

A la memoria de las víctimas de la pandemia del SIDA desde los primeros años hasta ahora, elevamos nuestra voz para decirles hoy que su muerte no ha sido en vano, sino que les tenemos presentes en nuestros corazones y en nuestros pasos, como ejemplos de dignidad que nos motivan a seguir en pie de lucha.

A las personas con VIH, que son hermanos, parejas, hijos, madres, padres, amigas y amigos, a ustedes que viven y resisten, que aman, ríen, gozan y que contribuyen al bienestar de nuestra ciudad y nuestro país, sepan que sus vidas importan, que no están solas, tenemos el compromiso firme de garantizar su derecho a la salud, a la dignidad y a una vida libre de discriminación.

Juntas estamos construyendo una ciudad más inclusiva, más comprensiva y más humana porque cada vida cuenta, cada historia importa y cada voz merece ser escuchada.

Desde este recinto histórico, les decimos: estamos aquí para ustedes hoy y siempre, juntas seguiremos luchando por un mundo sin VIH y sin discriminación. Solo unidas, solo juntas, solo de la mano, lograremos las metas de dignidad, justicia y felicidad que nos merecemos todas.

Muchas gracias.