Mensaje del Jefe de Gobierno, Martí Batres Guadarrama, durante la publicación de reformas al Código Civil y a la Ley de Vivienda de la Ciudad de México para frenar el aumento excesivo de las rentas

Publicado el 28 Agosto 2024

JEFE DE GOBIERNO, MARTÍ BATRES GUADARRAMA (MBG): Muchas gracias, amigas, amigos, muchas gracias por su presencia en esta mañana.

Hoy se publica la reforma en materia de límites a los aumentos en el costo de la renta de vivienda en la Ciudad de México, es decir, para poner freno a los incrementos excesivos en los arrendamientos de departamentos y casas de la capital del país.

Nada más en el sexenio de Miguel Ángel Mancera, las rentas se incrementaron ocho veces más que la inflación, por estas razones, es una de las reformas más relevantes que hemos logrado y tiene una repercusión social muy positiva, directa e inmediata.

Esta reforma protege a las familias, aplica el principio de “por el bien de todos primero los pobres” al tema de la vivienda, es un acto de justicia social, pone un alto a los abusos institucionalizados en materia de arrendamiento y permite comenzar a revertir la tendencia de aportar un porcentaje cada vez mayor de los ingresos para pagar la renta, otorga los instrumentos necesarios para empezar a cerrar la brecha entre el ritmo de la inflación y el ritmo en los aumentos de las rentas.

Además, pone orden en los contratos de arrendamiento al establecer un registro digital en el que deben de estar todos los contratos de renta de vivienda y así dar certidumbre a ambas partes: a los arrendatarios, por supuesto, pero también a los arrendadores, de tal manera que en cualquier tipo de controversia tenemos certidumbre y la verdad objetiva respecto a las condiciones de los contratos.

Se pone un freno más –no es el único– a los procesos de gentrificación, de expulsión de los más pobres de sus barrios tradicionales e incluso de expulsión de la ciudad, que alargan, por cierto, de forma permanente la distancia entre el centro de trabajo y el lugar de vivienda que va cambiando.

Y, además, sienta las bases para el impulso de una nueva línea de política de vivienda, adicional a las demás, adicional a la construcción de vivienda en conjunto, de mejoramiento de vivienda, de vivienda en riesgo, que es la construcción masiva de vivienda pública para renta a bajo costo, que no se ha ensayado en la ciudad.

Se pondera, en esta política de vivienda social en renta a bajo costo, a jóvenes, madres solteras, trabajadores, personas de bajos recursos y grupos de atención prioritaria.

La aplicación, el cumplimiento de esta reforma implica necesariamente una tarea fundamental para la próxima administración, que es la construcción masiva de vivienda para las familias de clases populares.

Aquí es importante señalar el entrelazamiento en esta transición, pues las políticas que hoy se anuncian se seguirán llevando a cabo en la próxima administración, están en el programa del próximo gobierno y además nos va a ayudar que funcionarios que actualmente tienen responsabilidades en materia de vivienda, en el próximo gobierno van a estar muy presentes.

Los particulares que construyen vivienda actualmente y que lo han hecho de forma intensa en las últimas décadas, no construyen masivamente vivienda a bajos costos, esto es raro que suceda, hay una sobreoferta de vivienda de interés medio alto y no hay oferta, desde el sector privado, para los trabajadores y las clases populares, que son finalmente los que sufren el mayor déficit de vivienda.

Cuando se dice que se construye mucha vivienda por el sector inmobiliario para satisfacer el déficit de vivienda en la ciudad, en realidad no se dice algo cierto, porque esas viviendas que construyen las inmobiliarias privadas no satisfacen a quien requiere vivienda porque no pueden acceder a los costos de las mismas.

El Gobierno de la Ciudad es el que tiene que construir vivienda de forma masiva en este caso, entre otras líneas, para rentarla a bajo costo, como sucede en otras ciudades del mundo, como sucede, por ejemplo, nada más y nada menos que en París, una de las ciudades más centrales del mundo occidental.

Con eso se va a influir también en el mercado de arrendamiento, pues si hay vivienda masiva a bajo costo, naturalmente eso va a ayudar a inclinar la balanza en los costos del arrendamiento de otras viviendas no construidas por el Gobierno de la Ciudad de México.

Con esta reforma, entonces, contribuimos de manera decisiva a cumplir con un derecho fundamental para la dignidad humana: el derecho a la vivienda que es, por lo tanto, uno de los pilares fundamentales del Estado de bienestar.

Por estas razones, hoy me da mucha, mucha, mucha felicidad mostrarles la Gaceta Oficial del Gobierno de la Ciudad de México en la que aparecen publicadas las reformas al Código Civil y a la Ley de Vivienda en Materia de Renta de Vivienda en la Ciudad de México. Esto es conquista social, lucha por la igualdad y esto es la Cuarta Transformación.

La Reforma que se publica el día de hoy dice varias cosas, pero voy a leerles lo más puntual y representativo. En el Código Civil se incorpora una frase que dice: “El incremento de la renta nunca será mayor a la inflación reportada por el Banco de México en el año anterior”, hay un índice claro para las negociaciones de arrendamiento.

Segundo. Dice también ahora el Código Civil: “Se establecerá un registro digital de contratos de arrendamiento, de autorización inmediata, a cargo del Gobierno de la Ciudad de México y para tales efectos el arrendador deberá registrar sus contratos en un plazo no mayor a 30 días de celebrado el contrato”.

Dice, en la Ley de Vivienda de la Ciudad de México, lo siguiente, solo les leo dos artículos, el Artículo 60 señala: “El Gobierno de la Ciudad de México, a través del Instituto, promoverá la producción pública de vivienda en arrendamiento asequible para las personas de menores ingresos, además de proponer a la Secretaría de Finanzas facilidades administrativas y/o fiscales para apoyar la construcción de este tipo de vivienda, conforme al Programa Institucional”.

El Artículo 73 señala: “Las medidas que adopte y promueva el Gobierno de la Ciudad de México deberán orientarse a la ejecución de los Programas contemplados en esta Ley y tendrán como principio generar una redistribución del ingreso para garantizar prioritariamente la realización de este derecho de los sectores de más bajos ingresos, trabajadores, madres solteras, personas jóvenes entre los 18 y 35 años y grupos de atención prioritaria”.

No me queda, sino decirle a la gente, al pueblo de la Ciudad de México, especialmente a las familias de bajos ingresos: felicidades por esta reforma.

Muchas gracias, amigas y amigos, muchas, muchas gracias. Felicidades.

SECRETARIO DE DESARROLLO URBANO Y VIVIENDA, INTI MUÑOZ SANTINI (IMS): Muy buenos días, amigas, amigos, estimado Jefe de Gobierno, compañeros del Gabinete Legal y Ampliado.

También saludo con especial afecto a los representantes de la ciudadanía, del movimiento social que están aquí presentes y que han hecho posible que la construcción cotidiana del derecho a la vivienda sea una de las grandes señas de identidad de la ciudad democrática.

También saludo a nuestro estimado Alejandro Kuri, de la Asociación de Profesionales Inmobiliarios, del instituto dedicado a la tarea de administrar los edificios.

Saludo a mis compañeras y compañeros, funcionarios del Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva, Federico Taboada; Alan Aizpuru, director de SERVIMET; Tania, del INVI; estimada Jabnely, de la Comisión para la Reconstrucción: los organismos, todos, que trabajamos en las tareas involucradas en garantizar que en esta ciudad la producción social del hábitat, del derecho a la vivienda, el derecho a la ciudad sean una tarea cotidiana.

El día de hoy es un día, por supuesto, histórico, muy importante en la lucha por el garantizar el derecho a la vivienda adecuada y asequible en nuestra ciudad. Estamos dando un primer paso, un paso al que deberán seguir, sin duda, muchos más, y que tiene que ver con trabajar, generar una acción pública del Gobierno de la Ciudad para contener, para regular, para estabilizar lo que en este momento es un tema fundamental de atenderse en la ciudad, que es el aumento desmedido en los precios del arrendamiento de la vivienda.

Saludo a la procuradora social, Claudia Galaviz, no te había visto por el cubrebocas.

Y este paso que estamos dando se da en el entendido de que garantizar el derecho a la vivienda es tarea de todos: es tarea de quienes, desde el activismo, desde el trabajo organizado, desde el ámbito privado, administrativo y desde el ámbito inmobiliario están involucrados en la tarea.

Las rentas en la Ciudad de México, producto de un conjunto de factores que avanzaron sin control o sin la ejecución de una política pública que significara un equilibrio, un contrapeso, avanzaron sin control en un periodo en que la ciudad perdió su rumbo progresista, su rumbo claro en términos de caminar hacia la izquierda y en favor de la gente, esto ocurrió entre 2012 y 2018 de manera muy marcada.

Hubo un repliegue en la política de vivienda social, se desataron fenómenos de corrupción inmobiliaria y otros factores económicos incluso globales también incidieron; luego vino la pandemia y luego hubo que trabajar en desmontar las estructuras de corrupción que se habían generado en torno a la construcción y al ámbito inmobiliario.

Y el resultado al final fue que, aun cuando este gobierno ha hecho un esfuerzo histórico en fortalecer la política de vivienda, el gobierno de la doctora Claudia Sheinbaum y del doctor Martí Batres, al final ha emprendido lo que es un esfuerzo histórico, que es lo que había que hacer.

Se refleja en, por ejemplo, el presupuesto que tiene hoy el INVI, que es el más alto en términos numéricos de la historia, el aumento que hubo este año es el más alto también que se ha registrado en la era de la ciudad democrática; se refleja en esfuerzos tan importantes como la tarea titánica, exitosa de la Comisión para la Reconstrucción, donde al final ha resultado un esfuerzo renovado, fortalecido de impulso a la vivienda social, asequible para la gente.

Sin embargo, ha permanecido ahí este fenómeno desatado cuando se perdió el ritmo, se perdió el impulso, se perdió el tiempo y avanzó una lógica, que es la de la idea que el neoliberalismo buscó imponer en todo el mundo de la ciudad entendida como una mercancía, la ciudad entendida no como un lugar digno para vivir, trabajar, crecer democráticamente como sociedad, y la vivienda entendida solamente como un negocio y no como la tarea colectiva de garantizar que se cumpliera un derecho humano.

Esa etapa arrojó fenómenos como el encarecimiento del suelo y consecuentemente arrojó también fenómenos como el encarecimiento de la renta para la vivienda, al grado de que ya ni siquiera lo que estaba en el Código Civil establecido, que el aumento anual podría ser del 10 por ciento como máximo, se cumpliera.

Hay algunas zonas de la ciudad donde el aumento fue mucho mayor, el doble, el triple, generando procesos de exclusión de habitantes, fenómenos en los que mucha gente que trabaja en la Ciudad de México, sobre todo en la ciudad central, ya no podía vivir en su ciudad. Esto ha afectado especialmente a los jóvenes, a las y los jóvenes, a las madres solteras, a los adultos mayores.

También, todo eso que estamos comentando, abonó en la idea de que era inevitable que fenómenos como la gentrificación tuvieran efectos en la ciudad.

Se nos llegó a decir o se llegó a plantear, desde una visión del urbanismo y del derecho a la ciudad, que la gentrificación, eso que significa que los barrios tradicionales, populares, históricos, deteriorados, solamente pueden cambiar cuando se expulsa a sus habitantes originales, sean de las clases populares o de clase media, y que la única solución para la regeneración urbana es que lleguen personas de más recursos, capital inmobiliario que haga que los precios suban y que se mejore –entre comillas– el espacio público, el entorno urbano, que eso era inevitable, incluso, que era necesario.

Y hay que decirlo con claridad, lo que estamos anunciando el día de hoy es también afirmar con absoluta certeza que en esta ciudad la gentrificación no es entendida, uno, como algo inevitable, es algo a lo que hay que hacer frente; dos, la gentrificación es algo que debemos evitar a partir de la política pública; tres, la gentrificación no es buena en ningún caso para la ciudad; y cuatro, la debemos evitar, la debemos combatir a partir de una apuesta clara por la ciudad plural, la ciudad económicamente sostenible, la ciudad democrática, la ciudad inclusiva.

La ciudad que, por cierto, en este contexto, tiene un mercado inmobiliario de la vivienda sano, sostenible, equilibrado, diverso, accesible para las personas. Ahí ha sido muy importante las ideas que nos aportó el gremio de los profesionales inmobiliarios, los que trabajan en la tarea de cobrar la renta.

Lo que pasa ahí donde las rentas suben 100 por ciento y ya no viven las familias ni de las clases trabajadoras y populares, ni de clase media que pagaban una renta asequible, con un mercado amplio y haciendo de la renta una forma importante de habitar la ciudad, cuando eso desaparece y lo que tenemos son problemas de vacío, de despoblamiento o, por ejemplo, que solamente puedan pagar el precio de las rentas personas que no viven aquí, es algo que no es bueno para una ciudad equilibrada, dinámica, competitiva.

El anuncio que se hace hoy de reformas al Código Civil para dar, insisto, un primer paso, estableciendo como monto máximo, como porcentaje máximo del aumento anual en las rentas el de la inflación registrada el año inmediato anterior por el Banco de México, es un primer paso, deben seguir mucho más.

También, el otro paso muy significativo para abonar en esta apuesta porque el arrendamiento sea accesible, democrático, amplio, sostenible, es reformar la Ley de Vivienda para garantizar que la Ciudad de México construirá, producirá vivienda pública para arrendamiento de manera permanente, algo que también diversificará y equilibrará la oferta, la aumentará, la oferta de vivienda en renta.

Quiero aquí hacer un reconocimiento muy especial, para terminar, a las y los jóvenes activistas del movimiento social que trabajan en los temas de vivienda, que han puesto en la mesa, han trabajado, han luchado porque se construyan estos derechos; a los jóvenes del Movimiento Urbano Popular que llegaron con propuestas, con planteamientos, que han trabajado en el diseño de la política. Compañeras y compañeros, todo nuestro reconocimiento por este esfuerzo.

A los distintos equipos del INVI, del Instituto, de SERVIMET, que han hecho posible que, por ejemplo, hoy tengamos un proyecto piloto en curso para producir vivienda en renta para jóvenes.

Esto es muestra de que, caminando colectivamente, organizadamente, a partir del diálogo, de la construcción de acuerdo, podemos construir las sinergias que lleven a que esta ciudad sea siempre una ciudad habitable, habitable para todas y para todos.

También un reconocimiento muy importante al esfuerzo del INVI, aquí veo a compañeras y compañeros trabajadores y de organizaciones que han trabajado en la producción social de vivienda, serán parte del esfuerzo. El INVI se fortalecerá, permanecerá como ese órgano producto de la ciudad democrática, que durante todos estos años ha hecho un enorme esfuerzo en vivienda en materia social, eso hay que tenerlo por seguro.

Y, además, Jefe de Gobierno, reconocer la determinación, la conducción clara en la construcción de estas primeras medidas que, aprobadas por Congreso y promulgadas el día de hoy, se convierten en parte de la legalidad, de la legislación, el cuerpo normativo de la Ciudad.

Además, también comentar, Jefe de Gobierno, que ha sido muy importante que eso se vea desde la perspectiva de un proyecto de ciudad compartido entre el gobierno saliente y el gobierno entrante, lo cual nos permite mirar hacia el mediano y largo plazo también.

Enhorabuena. Felicidades a todos, a todas que han trabajado por este esfuerzo, todo nuestro reconocimiento, Jefe de Gobierno, y hay que seguir trabajando para que la vivienda en la Ciudad de México sea siempre, desde todas las perspectivas, un derecho humano que debemos garantizar.

Muchas gracias.