Mensaje del Jefe de Gobierno, Martí Batres Guadarrama; durante la Develación de la Escultura de Chavela Vargas, en Plaza Garibaldi

Publicado el 29 Septiembre 2024

JEFE DE GOBIERNO, MARTÍ BATRES GUADARRAMA (MBG): Muchas gracias por acompañarnos en esta mañana, a todas y todos, gracias por estar aquí.

Escritora Elena Poniatowska, querida, admirada, entrañable, muchas gracias; aplauso fuerte para Elenita Poniatowska, por favor. Muchas gracias por acompañarnos.

Muchas, muchas gracias a María Cortina Icaza, directora de la Casa Refugio “Citlaltépetl”, por su compañía, por sus palabras, por todo, por todo tu entusiasmo.

Y agradezco también, aquí, la presencia de cuatro funcionarios que nos han apoyado muchísimo; bueno, en el lapso que me ha tocado, no sé antes, pero a mí me han apoyado muchísimo y han lanzado muchas iniciativas que hemos abrazado, que son el maestro Inti Muñoz Santini, secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda; Juan Gerardo López, secretario de Bienestar Social; Argel Gómez Concheiro, que está al frente de la Secretaría de Cultura; y José Manuel Oropeza Morales, Autoridad del Centro Histórico; muchas gracias, gracias por su presencia.

Aproveché de una vez para reconocerles sus trabajo, porque ya nos vamos en unos días, el viernes próximo es nuestro último día en el Gobierno de la Ciudad de México, y el sábado 5 de octubre entra la nueva administración, pero estos últimos días han sido como si fueran de los primeros.

Ahora, entregamos hace ratito 15 mil becas a estudiantes que se incorporan a la Educación Básica en la Ciudad de México y el día de ayer inauguramos las obras de Tlalpan 550, un edificio muy complejo, que fue dañado por los temblores de 2017.

En días pasados inauguramos las obras de renivelación de la Línea B del Metro, y las más complicadas, de la Línea 9 del Metro; con el Presidente López Obrador y la Presidenta Electa, Claudia Sheinbaum, inauguramos la Línea 3 del Cablebús y el Museo del Muralismo Mexicano.

Y, hace unos días, aquí en la ciudad, pusimos la primera piedra para la construcción de 158 viviendas que se van a rentar a jóvenes a bajo costo, desde 2 mil 500 pesos hasta 5 mil pesos al mes.

Bueno, pues todos los días traemos una agenda llena de inauguraciones, lo dijimos pasando las elecciones, que todavía no nos íbamos y traíamos para inaugurar diario algo.

En días pasados le dimos un reconocimiento a la familia Linares por la creación de los alebrijes, que es una creación chilanga, aunque se ha extendido por el país, y presentamos el libro “Zócalo”, de Humberto Musacchio y Nelson Palomo, que recoge toda la historia del Zócalo, hasta nuestro Zócalo Peatonal, que declaramos hace unos meses, en mayo.

De igual forma, también se han hecho diversas obras artísticas, no señalo todo, pero miren: Aquí, en Reforma, develamos la escultura de la Joven de Amajac, la joven gobernante de Amajac; y aquí, en Madero, develamos una escultura especial, que es Pancho Villa develando el nombre de Madero en la calle que antiguamente se llamó “Plateros”, de un lado, y “San Francisco” del otro; y gritamos ahí, al final: “¡Viva Villa, cabrones!”, como se grita cuando se homenajea a Pacho Villa.

Aquí quiero decir que, en esta zona, se hicieron obras con el concurso del Autoridad del Centro Histórico y de otras instancias, y se renovó toda la losa de la Plaza de Garibaldi; se sustituyó un triángulo –que estaba aquí a un lado– por un quiosco, porque la comunidad –mariachis, empresarios y vecinos– nos pidieron un quiosco para los mariachis, se puso el quiosco de este lado también.

Y, aquí a un costado de nosotros, en la esquinita de Honduras 1, había un antro de mala muerte, ahora hay un centro artesanal indígena, en Honduras 1 y en Honduras 3 hicimos otro centro artesanal indígena; o sea, dos lugares que eran hoyos negros, agujeros negros, son ahora centros artesanales en Garibaldi, lo cual nos da mucho gusto compartir con ustedes.

En ese contexto, que menciono rápidamente, hoy develamos la escultura en honor a Chavela Vargas, lo cual nos da mucho gusto, porque esto fortalece nuestra cultura, nos permite recrearla, rememorarla y reafirmar el sentido festivo de nuestra gran ciudad y, la verdad, Chavela Vargas nos dio muchos momentos de goce, de dicha con su canto y lo sigue haciendo, aún a la distancia.

Esa obra –como ya se dijo, pero no quiero dejar de remarcarlo– estuvo a cargo del reconocido escultor Alfredo López Casanova, que está aquí presente también, ¡qué viva el escultor Alfredo López Casanova! Que tiene sus buenos antecedentes porque, como ya se informaba, hizo la escultura de Gilberto Bosques; Gilberto Bosques le salvó la vida a decenas, decenas y decenas de miles de españoles republicanos que llegaron a México a finales de los años 30; entonces, es una gran obra también, y me han dicho que hizo una escultura también de Rockdrigo González, entonces, nuestra gratitud con este gran artista que hoy hizo la escultura de Chavela Vargas.

Esta escultura tiene a sus pies esta frase de Chavela: "Les dejo de herencia mi libertad", y está aquí, junto con otras figuras de la música mexicana, como Lola Beltrán y Juan Gabriel y el propio José Alfredo Jiménez.

Chavela Vargas, María Isabel Anita Carmen de Jesús Vargas Lizano que, como se ha dicho, fue dada a luz en Costa Rica, se declaró siempre mexicana; bueno, ya aquí se dijo que ella decía: “Es que los mexicanos nacemos dónde se nos da nuestra regalada gana”, en realidad dijo: “Se nos da nuestra rechingada gana”, lo cual le da un tono más mexicano a la frase.

Se asumió como mexicana y difundió, recreó la cultura mexicana, la música mexicana, enamorada de la música mexicana; quería estar en México y quería ser mexicana para cantar como cantan los mexicanos, decía desde muy joven.

Y aquí pasó en El Tenampa, pasó muchos días ¿no? Bueno, dicen, cuenta la leyenda que, a veces, estaba tres días seguidos en El Tenampa con Álvaro Carrillo y José Alfredo Jiménez, imagínense de qué madera estaba hecha para pasarla ahí; y vivió hasta después de los 90 años, muy fuerte ella y gran cantante.

Hoy estamos de fiesta aquí, locatarios, mariachis, estudiantes de la Escuela del Mariachi, vecinas, vecinos, servidores públicos y admiradores de la música mexicana que venimos a rendir un homenaje a Chavela Vargas.

El secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda, Inti Muñoz, y Argel Gómez Concheiro, que está al frente de la Secretaría de Cultura, me estuvieron diciendo: “Ya está lista la escultura, no se nos vaya a ir el tiempo”; y por supuesto que no se nos iba a ir el tiempo, teníamos que develar la escultura antes de irnos.

Hoy estamos aquí, muy contentos, para reconocer a Chavela Vargas como una mujer que, a pesar de todas las adversidades mayores, mucho mayores en su tiempo, enfrentó, enfrentando a un mundo machista en el que se desarrolló, consiguió defender su identidad y contagiar su espíritu de libertad a los jóvenes de entonces y a todas las generaciones de ahora.

¡Que viva Chavela Vargas! Muchas gracias.

ENCARGADO DE DESPACHO DE LA SECRETARÍA DE CULTURA, ARGEL GÓMEZ CONCHEIRO (AGC): Muy buenos días a todos y a todas, bienvenidos a Garibaldi. Jefe de Gobierno, compañeros del Gabinete, querida Elena Poniatowska, María Cortina.

Quiero, brevemente, comentar que aquí en Garibaldi había una injusticia, y a María Cortina le indignaba, así que perseveró y perseveró para tener a Chavela Vargas con nosotros, aquí en Garibaldi, lo cual es realmente un orgullo para celebrar.

Como sabemos, Chavela Vargas es un símbolo nacional, es una cantante imprescindible, es una mujer que llega muy joven a la Ciudad de México, que canta y canta, pero canta como nadie y, además, con una imagen que rompe todos los estereotipos y que es muy querida, muy reconocida en una época en la que predominó el estereotipo machista y de la mujer frágil y decorada y hermosa, ella –como insurgente– transgrede, rechaza; a principios de los 40 se pone pantalón, no se pone aretes, pero con su voz transmite un sentimiento que pocos intérpretes hemos tenido.

Y además tiene una historia fascinante, porque en ciertos años pasó al olvido y hay un redescubrimiento de Chavela, ya mayor; esta escultura justamente representa la última época de Chavela Vargas, en que es redescubierta por una nueva generación y, afortunadamente, eso nos dio oportunidad de reconocerla en vida, en muy distintos momentos, con grandes recitales en México, en España, en toda América Latina.

Y, durante esos años tuvo una gran amiga que la acompañó, que fue justamente también, María Cortina, así que también es un reconocimiento a ese trabajo, a ese cariño que le prodigó María a la gran Chavela Vargas.

Y por último, quiero comentar que el género ranchero, curiosamente no viene de las rancherías, es un género chilango que refleja un sentimiento de nostalgia del campo, de mucha gente que vino migrante a la ciudad y que le canta a esa nostalgia del campo y a esa construcción de ciudad, de migrantes que somos; y Chavela Vargas participa de ese canto, pero poniendo el énfasis –como dice Eugenia León sobre Chavela Vargas– cantándole al final trágico del amor.

Así que, ¿quién no ha tenido un corazón roto o un gran amor no logrado? Pues, finalmente llevamos a Chavela Vargas en el corazón.

Muchas gracias.

SECRETARIO DE DESARROLLO URBANO Y VIVIENDA, INTI MUÑOZ SANTINI (IMS): Muy buenos días, queridas amigas y amigos; estimado Jefe de Gobierno; compañeras, compañeros; queridísima Elenita, siempre nos da mucho gusto verte, no sabes cuánto; María Cortina, que es quien conspiró, trabajó, impulsó que estemos el día de hoy aquí reunidos.

Simplemente les quiero comentar, el Comité de Obras y Monumentos Artísticos en el Espacio Público aprobó a principios de este año que en este lugar fuera colocada una estatua en honor a Chavela Vargas; las razones son de obvia resolución, son de conocimiento público, las razones son patrimonio cultural de las y los habitantes de nuestra ciudad.

Chavela Vargas tenía que estar aquí en este paseo de las grandes personalidades de la música ranchera, frente a Javier Solís, si no me equivoco, allá cerca de Esperón, con Lola Beltrán, por ahí anda Juan Gabriel; seguramente, aquí Chavela Vargas estará contenta e integrada a quiénes visitan esta plaza.

En esta plaza, una multitud despidió a Chavela Vargas en el año 2012, cuando murió, una multitud que se convocó espontáneamente, miles y miles de personas vinieron aquí a despedir a la gran, la gran Chavela.

La escultura, promovida –insisto- por María Cortina, al frente de los deudos, de las y los deudos de Chavela Vargas, fue elaborada –quiero decirlo y también hacerle un reconocimiento– por el gran maestro Alfredo López Casanova, uno de los escultores más importantes de esta ciudad que, debo decir, pareciera que han sido solo las grandes personalidades, las más entrañables de la memoria contemporánea mexicana quienes lo buscan a él, porque… y él también anda buscando, es también promotor de esa puesta al día de nuestra memoria histórica.

Yo conocí a Alfredo cuando los amigos de Rockdrigo González lo buscaron Rockdrigo González –porque el también conoció a Rockdrigo González– para hacer una estatua en el Metro Balderas, y ahí está Rockdrigo González en el Metro Balderas, obra de Alfredo.

Y después, cuando se decidió que era importante recordar a un gran héroe mexicano, poco conocido, Gilberto Bosques, héroe en una batalla humanitaria, crucial que da cuenta del papel de México, que fue traer a México a los exiliados españoles y judíos, Gilberto Bosques, también los deudos, los hijos, la familia, fueron buscando quién podía entender lo que significaba Gilberto Bosques y fue Alfredo López Casanova.

Y por supuesto entonces, estamos muy contentos de que haya sido él quien elaboró la estatua de Chavela Vargas, supervisada por María Cortina, por quienes la conocieron en sus gestos, en sus características. Es una escultura que se hizo con fondos públicos y que completa, de manera memorable, este paseo escultórico de Garibaldi.

Felicidades a todas y todos los habitantes de esta Ciudad de México, porque Chavela Vargas está, ahora, más presente que nunca; ya lo ha dicho Argel, Chavela Vargas está en el corazón de todos nosotros, de todas y todos nosotros, ¿quién no ha celebrado el amor o quién no ha acompañado una pena de amor escuchando a Chavela Vargas? Pues evidentemente ahí está, entonces, en nuestro corazón.

Gracias, María, por el impulso; querida Elena, nos da –de nuevo te lo digo– siempre un enorme gusto abrazarte y verte.

Bienvenidos y enhorabuena.

¡Viva Chavela Vargas!

DIRECTORA DE CASA REFUGIO “CITLALTÉPETL”, MARÍA CORTINA ICAZA (MCI): Muy buenos días a todos, a todas, a todes.

La verdad estoy muy emocionada, es un logro no mío, sino también de toda la gente que apoya a Chavela, que quiere a Chavela, que se expresa a través de su página y cuando puede su amor por ella.

Gracias al público de Chavela, porque por ustedes, ella está aquí. También quiero, por supuesto, agradecer al Jefe de Gobierno, a Inti Muñoz, secretario de SEDUVI; Inti siempre creyó en este proyecto, te agradezco, Inti, que siempre, desde el principio me dijiste: "Vas a ver que va a llegar un día, María". Y sí, llegó.

Gracias a Elena Poniatowska por estar aquí hoy, en este día, que la verdad, Elena, este día –por razones obvias– es importante para mí, es importante para Garibaldi, es importante para el Tenampa, así que para mí es un honor que hayas aceptado estar hoy aquí, Elena.

Gracias Argel, gracias a todo el presídium, gracias a la Autoridad del Centro Histórico, también; y bueno, traigo unas breves palabras, ojalá pudiera decirlas sin leer, que es más bonito, pero bueno, yo soy de leer.

"Les dejo de herencia mi libertad”, ese fue el grito que en el año 2000 –en abril, creo, del año 2000–, en un histórico concierto en el Zócalo de la Ciudad de México, dijo Chavela Vargas.

Para los que tuvimos, en ese momento, la oportunidad de estar ahí les digo: Las piedras del Templo Mayor temblaron, las sentimos, y no solo por la magia del canto de Chavela, y no solo porque dejó su herencia de libertad ese día, sino porque se sintió esa unión entre nuestros mexicanos de antes y de hoy con Chavela Vargas.

Así que es muy emocionante ese grito de Chavela, está hoy en la placa de la escultura de Alfredo López Casanova; muchas gracias, Alfredo, porque no solo también creíste en ese proyecto, sino que le pusiste todo tu amor, y yo lo vi, yo lo vi trabajar con amor, fui a su taller, vi a Chavela en cera; me dijo "¿Te gusta?" Siempre me gustaba, pero a veces le decía: “Es que a Chavela se le veía su mazorca”.

Chavela tenía una gran mazorca, unos dientes maravillosos, y al principio, en las primeras pruebas, estaba Chavela con la boca cerrada, y así fuimos –entre los dos– modificando un poquito hasta lograr, como dice él: “Yo quiero lograr una escultura que, cuando la veas, creas que de pronto se va a bajar”. Y sí, de pronto la vemos una noche por aquí cantando, así es de buena esta escultura.

Bueno, esta escultura hoy está en la Plaza Garibaldi, una plaza que fue también muy importante para Chavela, donde vivió grandes, grandes, grandes momentos ¿con quién? Con su gran cuatacho, José Alfredo Jiménez: ¡Que viva José Alfredo! José Alfredo mismo dijo: “La mejor intérprete de mis canciones es Chavela Vargas”.

Y bueno, aquí, junto con Álvaro Carrillo y otros parranderos se venían al rincón de una cantina, El Tenampa, por supuesto, a pasar noches y días conspirando, cantando, inventando, creando; y, claro, también tomando tequila.

Esta plaza, que es el corazón de la canción ranchera, de una ciudad que Chavela amó, de una ciudad que Chavela que hizo suya; eso… yo no quería nada más que estuviera Chavela en Garibaldi, por ser Garibaldi, sino también por la ciudad, porque esta ciudad fue la ciudad de Chavela, fue la ciudad que más amó, fue la ciudad que siempre dijo, que al final de sus años no pudo vivirla por problemas de altura, pero que cuando la visitaba, era como si hubiese venido por primera vez.

Hablaba con los vendedores ambulantes, con la gente que le vendía periódicos, con la gente de la calle, porque esa, esa era Chavela, y esos eran los personajes de su ciudad, que ella amaba.

Pero ¿qué libertad nos heredó Chavela? La libertad de ser uno mismo, sin tapujos, sin rodeos; la libertad de decidir, como ella lo hizo, aunque haya tenido que pagar el costo de la soledad, no le importó, aprendió a convivir con la soledad, acabaron dándose la mano, acabaron dándose un abrazo; la libertad de creer que somos capaces de salir de los infiernos, como ella lo hizo, después de 15 años de ausencia en los escenarios, volvió, se plantó frente a su público y lo conquistó.

Chavela fue libre también para, en la segunda mitad del siglo pasado, rodearse de personalidades que iban desde presidentes, secretarios de Estado, grandes empresarios, y otros personajes con mucho poder; pero ella nunca se rindió ante ellos, siempre mantuvo su libertad, su valentía, se negó a aparecer en los escenarios con tacones y vestidos escotados.

En el mundo, aquel de los 50´s y de los 40´s, mayoritariamente homofóbico, ella se presentaba de pantalón de manta y se sentaba sobre el suelo con su guitarra y, desde entonces, hacía llorar con su canto a quienes la escuchaban.

¿Por qué la gente llora cuando te escucha, Chavela? Le pregunté un día. –Porque les recuerdo que todavía son capaces de sentir, respondió sin titubeos. –Pues sí, Chavela, es cierto. Fue así como fue creando poco a poco su estilo único, diferente, auténtico.

Carlos Monsiváis decía que debería de haber un término no rancheras, no boleros, un término que tuviera que ver con el canto de Chavela, como el “chaveleano” o “chavelezco”, porque era único, no se le podía comparar con nada.

Y también con razón, Carlos Monsiváis, que fue –desde los primeros años en que llegó a México Chavela– su gran amigo; él, durante el homenaje que, por cierto, esta ciudad también le hizo un gran homenaje cuando Chavela cumplió 90 años y la acompañó entonces Carlos Monsiváis, y estos fue lo que dijo: “Oírte es un deleite, un compromiso con el pasado y con el presente; oírte es saber una vez más que nuestras emociones ya no estarán enteras, pero nuestra capacidad de revivirlas, sí”.

Nunca, o casi nunca hablaba Chavela de su identidad sexual, no le hacía falta, la defendía a golpe de libertad, como lo hacen ahora todos, todas y todes, los que hemos aprendido de ella, las mujeres que luchamos, los grupos que quieren un México mejor; a mí, me sorprendió un día que me mandaron –no me acuerdo de cuál país latinoamericano, creo que de Argentina o Chile– en una marcha de mujeres, todas cantando “La llorona” como si fuera un lema, la hicieron suya, “‘La Llorona’ somos todas”, decían.

Chavela Vargas se enamoró de México sin conocerlo, cuando hablaba de su llegada a este país, parecía cantar con la mirada; es México la palabra divina, la palabra mágica, sabia, dulce: México. Es su sonido y el aroma que se siente cuando la decimos: México.

Dijo una y otra vez: "México me abrió los brazos", y ella sintió que la ciudad la amaba y comprobó que México le permitiría comenzar una nueva vida, su vida.

Pero México también le dolía en los días en que la violencia comenzó a convertirse en un hecho cotidiano, a ella le dolió México. “¿Qué diablos le está sucediendo al mundo? ¿Qué le está pasando a México!”, se preguntó hace cerca de 20 años, y ella misma respondiéndose: "Pienso en los jóvenes, a quienes encarcelan solo por creer que un mundo mejor es posible. Amo a México, por eso me duelen las injusticias, me duele su tristeza", aunque siempre aclaraba: "Yo no soy política, lo mío es cantar, interpretar, contagiar, decir cantando mi verdad".

Chavela Vargas, con “v” para diferenciarse de todas las otras Chabelas del mundo; Chavela Vargas, el amor de Frida, la chiquilla admirada por Diego Rivera; Chavela, la del jorongo, a quien Joaquín Sabina le compuso una canción; Chavela, a quien le gritaban marimacha por las calles, la única mujer que se iba de parranda con puros hombres, la única mujer que con su autenticidad andaba por las calles de esta ciudad, sin importarle más que la búsqueda de la libertad, la insultaban por ser ella, por ejercer esa libertad, por atreverse.

Esa Chavela está hoy aquí: ¡Viva Chavela! Pero la verdad, hoy está su escultura, pero de aquí nunca ha salido, por eso no quisimos poner en la invitación o cuando invitábamos a la gente a venir: “Vuelve Chavela a Garibaldi”.

Chavela no se ha ido de Garibaldi; Chavela está entre nosotros, cuando venimos a Garibaldi; está entre nosotros cuando pensamos en ella, cuando estamos tristes, cuando necesitamos libertad; está aquí, está siempre entre nosotros y, sobre todo, está en México, donde nació, aunque su madre haya dado a luz en Costa Rica, ella nació en México porque, como se cansó de decirlo: "Los mexicanos nacemos donde nos dan la regalada gana".

¡Gracias, Chavela!