Mensaje del Jefe de Gobierno, Martí Batres Guadarrama, durante Conferencia de prensa. 050224
JEFE DE GOBIERNO, MARTÍ BATRES GUADARRAMA (MBG): Muchas gracias. Hoy celebramos la Promulgación de la Constitución de 1917, quiero referirme a ello porque es un acontecimiento muy importante.
Esta celebración es todo un festejo porque se trata de una constitución fuera de serie: rompió todos los esquemas de la época y abrió una nueva era, la era de las constituciones sociales.
Hasta antes de ese momento, las doctrinas jurídicas rechazaban tajantemente la incorporación de derechos sociales a las constituciones. Para los juristas, una constitución solo podía tener dos partes: la parte orgánica, para establecer las instituciones del Estado; y la parte dogmática, para señalar los derechos de los individuos.
La incorporación de derechos sociales o colectivos en la Constitución de 1917 es por ello un hito mundial: es la primera en todo el planeta en reconocer este tipo de derechos.
Es un grupo de revolucionarios compuesto por oficiales de ejércitos campesinos, intelectuales, periodistas, obreros y luchadores sociales el que realiza la más grande innovación jurídica que se ha vivido en la historia del derecho constitucional. Los revolucionarios mexicanos se convirtieron en pioneros del derecho social constitucional, en transformadores del derecho; esa constitución no fue obra de juristas doctos ni legisladores profesionales, sino de representantes de un pueblo en plena efervescencia revolucionaria.
El reconocimiento de nuevos derechos constitucionales, los derechos sociales, no es una decisión de élites políticas o económicas, es una conquista que viene de abajo, por la lucha de los de abajo. Además, los nuevos preceptos no son simples enunciados generales, son casi verdaderas leyes reglamentarias enteras metidas en el texto constitucional, que señalan detalladamente el cómo e incluso desglosan numerosos derechos sociales específicos en cada gran rubro.
Es el debate del Artículo Tercero del nuevo ordenamiento, sobre la educación, el que permite sacar a flote la nueva visión social en el Constituyente del ‘17. Del derecho inicial a la libertad de educación, se da un giro para pasar al derecho a la educación básica, pública, laica, obligatoria y gratuita. Una vez ganada la votación del derecho a la educación, vienen otros dos debates sociales fundamentales, uno es sobre el derecho a la propiedad social de la tierra, otra gran discusión es la del Artículo 123 acerca de un conjunto muy amplio de derechos de los trabajadores.
La nueva Constitución se acompaña además de preceptos económicos que dan un sentido social y anticolonialista al desarrollo económico, como la propiedad originaria de la nación sobre tierras y aguas, y el dominio directo de la nación sobre los recursos naturales del subsuelo, lo cual será parte de la base material que permitirá la concreción de los nuevos derechos sociales.
La enseñanza es libre, dice el nuevo Artículo Tercero, pero será laica la que se dé en los establecimientos oficiales de educación, lo mismo que la enseñanza primaria elemental y superior que se imparta en los establecimientos particulares; en los establecimientos oficiales, se impartirá gratuitamente la enseñanza primaria.
El Artículo 27, por su parte, señala: “La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponde originariamente a la Nación”. Asimismo, dice en otro apartado: “Los pueblos, rancherías y comunidades que carezcan de tierras y aguas, o no las tengan en cantidades suficientes para las necesidades de su población, tendrán derecho a que se les dote de ellas”.
Y también, el Artículo 27 dice: “Corresponde a la Nación el dominio directo de todos los minerales o sustancias que en vetas, mantos, masas o yacimientos, constituyan depósitos cuya naturaleza sea distinta de los componentes de los terrenos, tales como los minerales de los que se extraigan metales y metaloides utilizados en la industria; los yacimientos de piedras preciosas, de sal de gema y las salinas formadas directamente por las aguas marinas. Los productos derivados de la descomposición de las rocas, cuando su explotación necesite trabajos subterráneos; los fosfatos susceptibles de ser utilizados como fertilizantes; los combustibles minerales sólidos; el petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos”.
El Artículo 123, por su parte, incorporó principios impensables para la época: la jornada de ocho horas, la prohibición del trabajo infantil, los periodos de lactancia, el descanso obligatorio, el derecho a la asociación, el derecho de huelga, el pago de horas extras, el salario mínimo, el pago en efectivo, las indemnizaciones por accidentes de trabajo, las indemnizaciones por despido injustificado, la prohibición de condiciones inhumanas de trabajo, el patrimonio familiar inembargable, las instancias jurisdiccionales para dirimir los conflictos, las cajas de ahorro como organismos de utilidad social, y otros derechos.
¿Cómo fue posible todo esto? El constituyente Juan de Dios Bojórquez, relata que el Congreso Constituyente se dividió en dos bloques. Fue el gran momento de la discusión del Artículo Tercero, cuando salieron a flote los argumentos de la izquierda del Congreso, entre ellos, de constituyentes como Francisco J. Múgica, Cándido Aguilar, Luis G. Monzón, Heriberto Jara, Luis Espinosa, Antonio Madrazo, Froilán Manjarrez y el propio Juan de Dios Bojórquez.
Para el historiador Medina, se dieron dos grandes bloques: el que postulaba un liberalismo clásico y el que postulaba un liberalismo progresista de izquierda. La grandeza de la Constitución de 1917, consagrada como la primera constitución social del mundo, se debe a la pujanza de esos jóvenes liberales de izquierda que representaron las exigencias sociales de campesinos, obreros y clases populares, cuyas demandas y reclamos llegaron a la Constitución.
Hoy en día estamos en una etapa de transformación, la etapa de la Cuarta Transformación; es una etapa propicia para profundizar en el constitucionalismo social, popular, nacionalista que iniciaron los constituyentes de 1917. Por eso estaremos muy atentos al mensaje del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que dé con motivo de la conmemoración de la Constitución de 1917.
Estamos a sus órdenes para cualquier pregunta.