Mensaje de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, durante la inauguración de la XXI Feria Internacional del Libro en el Zócalo y Homenaje a Antonio Helguera

Publicado el 08 Octubre 2021

JEFA DE GOBIERNO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO (CSP): Gracias. Muy brevemente para escucharlos a ustedes.

Primero, con un enorme cariño a Alma y a todos los compañeros, pues realmente de vida, de Toño Helguera.

Toño, no solamente tuve la oportunidad de conocerlo, tampoco nos vimos pocas veces, pero fueron suficientes para saber, yo diría, tres cosas: uno, el humanismo y el cariño porque era un hombre de una enorme humanidad, o es un hombre, porque está aquí con nosotros; dos, su compromiso social, político siempre, aunque eso no significa que perdiera la crítica a todos; y, tres, el que disfrutara de la vida siempre riendo y siempre acompañando a todos.

Así que es un gran honor estar aquí hoy, haciéndole un homenaje a Toño Helguera; y, por otro lado, un gran aplauso, aquí, a donde quiera que se encuentre.

Y, por otro lado, pues qué bueno que estamos juntos otra vez, que la pandemia va bajando y que podemos hacer la Feria del Libro de manera presencial. Esta Feria Internacional del Libro, hermanada con “Para Leer en Libertad”, es realmente... va con el Siglo, es la número XXI, solamente la XX se hizo a distancia.

Y, es muy diferente a otras ferias del libro, y esa es la gran característica: hay ferias del libro que, a lo mejor, se leen en los periódicos, en la televisión, pero que se cobra la entrada y que los libros se venden a un precio muy poco accesible; se invita, a lo mejor, a Premios Nobel, pero, en realidad, no fomenta lo que nosotros fomentamos: el Derecho a la Lectura.

Porque, en este país, lo que está cambiando es que se convierte en un País de Derechos, en una Ciudad de Derechos; dejó de haber privilegios: la Educación deja de ser un privilegio, la Salud deja de ser un privilegio, que es lo que quería el viejo régimen, el régimen neoliberal.

Y esta Feria del Libro representa eso, representa que la Lectura no es un privilegio, sino es un Derecho de todas y todos los mexicanos. Es el acceso a la Lectura lo que estamos celebrando el día de hoy, en una Ciudad de Derechos.

Así que, muchas gracias, Paloma, por esta Feria Internacional del Libro.

SECRETARIA DE CULTURA, VANNESA BOHÓRQUEZ LÓPEZ (VBL): Bueno, muchas gracias.

Bueno, primero, agradecerles profundamente el que nos acompañen el día de hoy; para nosotros, es un verdadero honor lo que significa el trabajo que ha hecho Helguera y todos los moneros, y toda la gráfica que se ha hecho en este país.

Es muy sensible para nosotros el que se nos haya adelantado Helguera; y, con Alma, a quien queremos profundamente.

También se hará otro homenaje, próximamente, importante dentro de un museo, pero lo más importante es esta oportunidad que tenemos de unirnos y que lo que nos una sean los libros, que lo que nos una sean estas experiencias de cultura.

Y esta ciudad es una ciudad de cultura y, para mí, es un profundo honor estar acompañada de los máximos representantes de, no solo de los moneros, sino de la gráfica de este país.

Muchísimas gracias.

DIRECTORA DE LA FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO EN EL ZÓCALO, PALOMA SAIZ TEJERO (PST): Muchas gracias a todos por estar aquí y a todo el público que ha venido el día de hoy a este gran Zócalo de la Ciudad de México.

Y, quiero agradecer públicamente, tanto a la Secretaría de Cultura como a la Jefa de Gobierno, en especial, a Claudia Sheinbaum, por haberme invitado a dirigir esta Feria.

Estamos hoy aquí para recordar a nuestro amigo Antonio Helguera; no es solamente un gran caricaturista, también el mejor amigo, que siempre colaboró con nosotros y, con su agudo humor, nos ponía al día de lo más importante de lo que estaba sucediendo.

Y, para hablar de él, hemos invitado a Claudia y a sus más íntimos colaboradores y amigos: Rafael Barajas “El Fisgón”, el “Monero Hernández”, Helio Flores; tenemos el gran gusto que nos acompaña la que ha sido su compañera de vida, Alma Muñoz.

Y, nos acompaña también la secretaria de Cultura de esta ciudad, Vannesa Bohórquez.

Como dijo alguna vez, ni más ni menos que el monero “Rapé”, perdón, creí que había dicho ya; mil perdones, pero ya saben que todos ellos son mis consentidos, de verdad, y a los cuales admiro desde siempre.

Como dijo alguna vez el escritor Víctor Rascón Banda al inaugurar una de estas primeras ferias:

“Esta Plaza de la Constitución es de todos los mexicanos, este magno Zócalo, tan cerca y entrañable para todos, es el corazón de la República; aquí palpita la Democracia, aquí llegan los descontentos, los que protestan, los que luchan, desde todos los rincones del país. Ahora, han llegado los libros, los editores, los escritores que los escriben. Si el lector no va al libro, el libro va al lector”.

Y, yo añadiría que, estamos en una ciudad y en un país que está caminando una verdadera Transformación, por la que hemos luchado durante muchos años y que este sueño está empezando a convertirse en realidad.

CARICATURISTA, RAFAEL PINEDA “RAPÉ” (RP-R): Ya te iba a decir “¿y yo por qué?”. No, no puede uno... bueno, no puedo evitar acordarme de Toño, precisamente, en este en este tipo de eventos porque siempre era una situación de, pues de compañerismo en estos lugares.

Y cotorreábamos y salíamos con estas puntadas, él era especialista en hacer las mejores puntadas y que no podíamos ponernos serios; era muy difícil ponernos serios porque le encantaba, incluso, contar al oído un chiste o estaba ya dibujando a alguien del público y lo mostraba, eso lo hacía mucho también con Pepe; entonces, a ver quién dibujaba... era como un juego de adivinanza, ¿no?, de “a ver a este, búscalo, te lo dibujo y, a ver, búscalo”, y era muy, muy divertido eso.

Y, bueno, pues sí conmueve un poquito. Yo les puedo contar que me tocó ser amigo de Toño pasando por la etapa que, por la que pasan muchos de los que vivimos en “El Chamuco”, como su alumno, como su discipulito, como su compañero de viajes en las ferias, precisamente de las ferias que hiciste mención, que invitan a puro Nobel; y, nosotros nos encargábamos de, pues de burlarnos, incluso, de todas esas situaciones en esos lugares.

Y, ¿qué les digo? Pues lo conocí como maestro, era un maestro muy estricto, pero muy generoso, muy honesto, brutalmente honesto; y, eso, pues todo mundo que lo ha leído, que lo ha visto, que lo ha disfrutado, que lo haya topado en el programa de “El Chamuco”, ¿no?, se pudo haber dado cuenta de su agudeza intelectual, su pulcritud intelectual, su brutalidad en sus caricaturas, pues, ¿qué les digo?

Pero también conocí a una especie como de hermano mayor, papá de repente, como que tío; entonces, siempre fue para mí una guía, una guía rudísima, una guía cariñosísima, generosísimo; con una humanidad, como bien nos cuenta Claudia, que sí, efectivamente, era un gran ser humano, un gran compañero, con quien me desternillé de risa millones de veces; con quien también chillé muchas veces, con quien una vez hasta viajamos y me tiró de la cama porque no alcanzábamos el avión.

Era, en verdad, uno de los mejores tipos con los que me he cruzado en este planeta, obviamente con mis hermanos de “El Chamuco”, mi querido Helio; son, la verdad, la mejor familia a la que pude adoptarme, adaptarme y convivir, vivir y aprender.

Y, hasta la fecha, me sigo acordando mucho de Toño, casi todos los días; a veces, pues sí se chilla, pues porque lo siento todavía y lo extraño muchísimo, como muchos, muchos lo extrañamos. Extraño sus cartones, extraño sus regaños, extraño sus carcajadas, extraño sus bromas en el set de “El Chamuco”; pero, pues me queda más que el bonito recuerdo de sentirlo así, totalmente aquí dentro de mi pecho, y hacerlo hasta que me muera.

Así que, pues yo les a invito a eso, a que vivan a Antonio Helguera con sus trabajos, con sus libros, con sus cartones, con los programas, con sus reflexiones; sus tuits, también, eran salvajes, pero eran en verdad... Antonio Helguera era la inteligencia con patas, la humanidad y el amor.

Entonces, va por Toño, ¡viva Toño!

CARICATURISTA, HELIO FLORES (HF): Muchas gracias al maestro Rafael, por sus palabras.

En primera, quisiera yo agradecer la invitación que me hicieron para participar en este muy merecido homenaje al querido caricaturista, gran caricaturista, gran persona y gran amigo: Toño Helguera; realmente, para mí, es un honor participar con todos ustedes.

Digo que muy merecido porque, realmente, Toño Helguera es y sigue siendo un gran caricaturista, un gran amigo, una gran persona; y, digo gran caricaturista porque pienso que, para ser buen caricaturista, hay que hacer buenas caricaturas.

Y, bueno, esto es algo que yo repito siempre y a todas partes donde voy, que la caricatura debe tener tres condiciones mínimas para ser buena caricatura, y Toño Helguera cumplía con todas esas condiciones, que es: el contenido, el dibujo y el humor para una buena caricatura.

Y digo y lo repito porque, en México, tenemos muchos caricaturistas, hay muchos, pero hay de todo tipo; y, últimamente, generalmente se califica a un caricaturista como bueno o malo, según si lo que está escribiendo o dibujando es de nuestro gusto o no lo es, pero ya no se fijan mucho, los lectores, en si la calidad del dibujo, en la calidad del contenido, la honestidad del contenido y el humor que debe tener la caricatura.

Y repito: Toño Helguera, creo que cumplía con esas tres condiciones; su contenido siempre firme, sin medias tintas, sin dobleces, todo transparente, pero muy firmes en su mensaje; siempre al servicio de las buenas causas; su dibujo... bueno, ¿qué puedo decir? Gran dibujo hecho con mucho cuidado y muy bien hecho, todos recordamos sus aviones, sus trasatlánticos, sus ferrocarriles, sí, los trenes, grandes dibujos, yo pienso, mejores que si fueran fotografías, sin dejar de ser dibujos; un gran dibujante.

Y, bueno, del humor, también sus caricaturas con un tipo de humor que no busca la risa fácil, que no es barato; es un humor fino, un humor que va casi implícito en el dibujo, en el mensaje; es decir, que no está buscado artificialmente o a propósito.

Creo que Toño cumplía con todas esas condiciones y, lo que me parece a mí más entrañable es que, por ejemplo, él coincidía en su manera de ser, justamente, con como eran sus caricaturas; o sea, una persona firme, sin dobleces, muy claro en su pensamiento y lo mismo, transparente, limpio, preciso.

Creo que ese es el mejor recuerdo que nos deja de su trabajo y de su persona: una gran congruencia, igualito como dibujaba, así, su manera de ser; creo que eso es… no es muy común, no solamente entre los moneros, sino en todo mundo, en todas las profesiones; pero cuando coinciden esas virtudes, creo que se está, pues ante alguien excepcional.

Para terminar, nada más me gustaría recordar unas palabras que vi escritas hoy que escribió Almita, Almita Soto, que las escribió en un tuit y que decía que “sus monos y su talento, así, plasmados en el Zócalo, que nos lo devuelvan un poquito”, decía su mensaje; y, bueno, creo que eso es todo lo que quería decirles.

JOSÉ JORGE GARCÍA HERNÁNDEZ “MONERO HERNÁNDEZ” (JJGH): Muchas gracias a “El Fisgón” por esas palabras tan amables, tan sentidas.

Pues son sentimientos encontrados estar aquí, en la Feria del Libro del Zócalo; desde que esta Feria comenzó –no tenía el dato correcto, pero ahora, Claudia comenta que va con siglo, con el milenio–, si no mal recuerdo mal, en todas estas ferias, excepto en la del año pasado, pues estuvimos aquí colegas caricaturistas, compartiendo muchísimas pláticas con el maestro “Rius”; la gran mayoría de ellas, estuvo aquí “Rius”, acompañándonos.

Y, siempre que venía “Rius”, se llenaba totalmente la carpa donde se presentaba y nosotros, pues nos colábamos ahí para saborear, también, las glorias del tal “Rius”; y, también, pues estaba siempre “El Fisgón”, estaba Helguera y yo estuve también en la mayoría de ellas.

Y estar ahora aquí, nosotros, y acompañados también por “Rius” y por Helguera, pues sí les digo, son un poco sentimientos encontrados entre un gran gusto y, obviamente, la tristeza de extrañarlos tanto.

Yo conocí a Helguera hace 27 años; cuando nos conocimos, nos caímos muy mal, lo cual auguraba una larga amistad que, afortunadamente, se dio. Lo conocí en la revista El Chahuistle, cuando salió la revista El Chahuistle y, pocos años después, empezamos a trabajar juntos haciendo una sección, junto con Patricio; el buen Patricio, Helguera y yo hacíamos una sección para la que, entonces, era la revista Milenio, era un semanario, y hacíamos una sección donde nos divertíamos mucho.

Les estoy hablando, más o menos, de 1997. Años después, fuimos invitados a esa misma sección, a hacerla, pero en otro semanario con otro nombre; ese otro semanario era la revista Proceso y, a partir del año 2005, empezamos a hacer lo que, a partir de ese momento, se llamó el Monosapiens.

Entonces, hace unos días, decía yo que habíamos estado trabajando 16 años ininterrumpidamente, todas las semanas, para hacer el Monosapiens; pero realmente son más porque fue desde 1997 que empezamos a hacer esta sección juntos. Y, a pesar de que Helguera era mucho mayor que yo, específicamente era un día mayor que yo, pero yo –como soy muy huevón– empecé en la caricatura 10 años después que él.

Y, entonces, le aprendí muchas cosas, fue realmente un privilegio y un gran honor haber trabajado con él tantos años, compartiendo no solo el oficio de la caricatura, sino el proceso creativo, el convivir, el platicar, el discutir, el hablar muchas cosas en un diario compartir, compartir lo que era una de las cosas más importantes para ambos, que era nuestro oficio como caricaturistas.

Afortunadamente, teníamos muchas coincidencias, muchísimas más coincidencias que diferencias, de hecho, las diferencias fueron pocas; recuerdo una que otra, por ejemplo, teníamos un desacuerdo en cuanto a Enrique Peña Nieto: yo decía que Peña Nieto era muy pendejo, él decía que no lo era tanto; al final, se dio cuenta que yo tenía razón, tampoco era muy difícil de darse cuenta de eso.

Pero fuera de cosas así de triviales, realmente teníamos muchas coincidencias, tanto así que había veces que, incluso, nos dábamos ideas de los cartones, todos los días nos consultábamos el cartón; y, había veces cuando a uno de los dos de plano no daba pie con bola y no se le ocurría una idea, el otro ayudaba; y, entonces, a veces yo hice cartones que eran ideas de él y, a veces, él hacía cartones que eran idea mía.

Y, afortunadamente, nadie se daba cuenta porque, además, siempre confundían los cartones, y a mí me felicitaban por los suyos y viceversa.

Con todo esto, les quiero decir que, realmente, Helguera no solo fue mi compañero de trabajo, fue y sigue siendo mi mejor amigo; y, realmente, haber enfrentado su partida fue un golpe fuerte.

Justo hoy, estaba leyendo un texto en The New Yorker porque claro, ya saben, ¿verdad?, no... realmente sí, hoy leí justamente, casualmente, un texto en The New Yorker que lo escribió un periodista norteamericano que fue amigo de Kurt Cobain, el cantante de Nirvana, acerca de la muerte de Kurt Cobain.

Y, en uno de los fragmentos de este texto, este periodista dice: “Yo sabía que iba a superar la muerte de mi amigo, lo que no sabía es si me iba a tomar días o décadas; pero después, un día, entendí que esas cosas nunca se superan”. Y yo, hace pocas semanas, entendí lo mismo, entendí que era algo que nunca iba a superar, sino que simplemente ahora esto me había convertido en otra persona.

Conocer a Antonio Helguera me cambió la vida, su partida me la ha vuelto a cambiar.

Y, yo creo que ver sus cartones en el Zócalo y ver sus cartones impresos en La Jornada, ver sus caricaturas en varios medios donde colaboró, seguirlos viendo constantemente en redes sociales, seguir acudiendo a ellos una y otra vez en muchos medios; e, insisto y repito, y verlos ahora en la plancha del Zócalo, en una medida gigante, creo que a todos los que conocemos su trabajo, de alguna manera, también nos ha cambiado la vida.

Entonces, yo quiero celebrar hoy aquí, en la Feria del Libro del Zócalo, el poder conocer y seguir disfrutando de la obra de Antonio Helguera.

Muchas gracias.

CARICATURISTA, RAFAEL BARAJAS “EL FISGÓN” (RB-EF): Yo voy a intervenir brevemente, simplemente para decir que... bueno, yo conocí a Antonio cuando Antonio todavía no era caricaturista; yo creo que soy uno de los pocos que lo conocieron sin que fuera caricaturista, porque me llegó a un taller de caricatura.

Yo daba un taller de caricatura y me llegó un chamaco bien talentoso, pero era... tenía un talento así, de esos que sorprendía; además, ahí tuve un problema porque me llegó el primer día y, después, yo esperaba que me llegaran más así y, pues no, no estaba tan fácil; gente con ese talento es muy rara, en general, de encontrar.

Y Antonio tenía ese talento. Era, como todos lo han descrito, es curioso porque todos aquí han coincidido en la descripción de Antonio: era un extraordinario dibujante, era un hombre muy inteligente, era un hombre muy enterado, era un hombre muy culto, era un hombre muy honesto, con un gran sentido del humor y se hacía querer, a pesar de que era difícil en serio, ¿eh?, porque era grosero y era mal encarado y todo eso; pero, con todo eso, lo acababas queriendo, todo el mundo lo acabó queriendo.

A mí me parece que Antonio es uno de los grandes representantes de esta tradición de caricatura mexicana que se establece a finales del Siglo XIX con Daniel Cabrera y que, después, se refina con el trabajo de Jesús Martínez Carrión y compañía; que, después, se retoma en México, en la década de los cincuentas y sesentas con “Rius”; y, después, en la década de los sesentas, con Helio Flores, con Naranjo; y, que tuvo un crecimiento interesante cuando la prensa mexicana busca deshacerse o despegarse de la tutela del Gran Estado que establecía una prensa homogénea, vertical, etcétera.

Y Antonio, pues tuvo, ahora sí que tuvo la suerte de que empezó a trabajar en ese periodo, encontró trabajo muy rápidamente; es decir, le dieron... todavía ni tenía 18 años, todavía no tenía la mayoría de edad, todavía no tenía su Cartilla, cuando ya le dieron trabajo en El Día, ¿no?, era una cosa muy impresionante; y tú ves todavía los cartones de El Día y hay unos que todavía tienen mucho chiste; era ya un artista terminado y era un artista completo.

Y, venía de una familia curiosa porque, de parte de padre, pues eran artistas, trabajaban, dibujaban, su padre era escultor, un escultor talentoso, además; su hermano también era un gran diseñador industrial, dibujaba muy bien; y, Antonio tenía el gusto por el dibujo y fue realmente era un dibujante excepcional.

Pero, además, esta familia venía de tradiciones políticas muy curiosas porque su padre venía... fíjense, su padre era ateo en Lagos de Moreno, lo cual es verdaderamente imposible, yo creo que era el único ateo que ha de haber habido en Lagos de Moreno y ser ateo en zona cristera, perdón, es la forma más extrema de disidencia que podemos encontrar en nuestro país... bueno, su papá venía de ahí y era un hombre bueno como el pan, era un hombre extraordinario.

Su mamá era más difícil, pero su mamá venía también de una tradición de lucha muy curiosa; ella era hija de refugiados españoles, ella era refugiada española, de hecho, venía huyendo del fascismo, eran de esas familias que venían huyendo del fascismo y que encontraron refugio en México.

Es una familia con un gran agradecimiento hacia nuestro país, con una gran admiración hacia Lázaro Cárdenas y con una vocación de lucha antifascista muy clara; entonces, cuando llegó esta contrarrevolución neoliberal que nos lastimó durante más de 30 años a los mexicanos, Antonio entendió inmediatamente qué es lo que se estaba enfrentando, entendió claramente que estaba ante un proceso contrarrevolucionario y, pues tomó la postura de los caricaturistas de finales del XIX, de los Daniel Cabrera, de los Jesús Martínez Carrión.

Y, agarró, heredó la tradición de “Rius”, de Helio y se puso a hacer caricatura en contra del modelo, en contra de esta forma específica de reacción.

Y yo quiero decir que era, además de todos sus atributos, hay una cosa que hay que decir de Antonio, era un extraordinario analista político, era realmente fino, hilaba fino; y, si ustedes revisan sus caricaturas, se van a dar cuenta de que muchas siguen vigentes y todavía circulan en Twitter, de repente, algunas de sus caricaturas y parece mentira porque parece que las hizo ayer, parece que las hizo ese día porque no pierden vigencia.

Y esto, si ustedes se fijan, lo que revela, pues es que es un analista profundo que revelaba verdades de fondo.

Y, bueno, yo quiero decirles que para mí fue un privilegio ser su amigo. Yo, primero, fui su maestro, después fui su alumno; pero todo el tiempo fui su amigo y fue un verdadero privilegio ser su amigo.

Sí quiero decirles que yo sí siento que el mundo era mejor con él y que es un poquito peor sin él. A mí me pasa y supongo que a todos nos pasa que el día, de repente, nos resulta un poquito más aburrido porque no podemos hablar con él, que hay cosas que no podemos aclarar porque no podemos hablar con él y que a todos nos duele no poder ver sus caricaturas de ese día para poder decir: “chin, ¿por qué no se me ocurrió a mí?”, que es lo que siempre nos pasaba.

Entonces, yo también, durante muchos años, hablaba con él por teléfono y a veces en persona, y nos intercambiábamos cartones, nos consultábamos el trabajo. Era realmente un hermano, un colega, un socio, un camarada, un compañero de lucha y era, de veras, sobre todo un hombre que tenía fe en el futuro de este país.

Fue aquí, en una Feria del Libro –ustedes lo recordarán–, cuando Antonio dijo que, cuando lo increparon de por qué no cuestionaba al actual gobierno como increpaba al gobierno del PRI; y, pues, en vez de explicar que en realidad son procesos distintos y que este, dijo: “Yo llevo años esperando y peleando por un gobierno de este tipo, sería yo muy pendejo si me lo pusiera a atacar a lo güey”.

Y, fíjense que hay una cosa, hay un proceso que es curioso en los tiempos que corren. Esta Transformación que estamos viviendo es una Transformación compleja, es una Transformación complicada; mucha gente acusó a Antonio, pues nos acusa a todos nosotros, de ser ahora títeres del poder porque no criticamos al actual Presidente como criticábamos a Salinas o a Calderón.

¿Cómo chingados les explicamos que no se parecen? Es decir, es una cosa increíble, ¿cómo les explicamos que sí son distintos?, ¿no?

La frase de Helguera fue: “Yo voy a criticar lo que sea criticable, pero no me voy a poner a criticar a lo pendejo a un gobierno que he esperado toda mi vida”. Y es curioso porque, a partir de estas lógicas, hay quien dice: “no, es un vendido al poder” y todo eso; perdón, revisen el periódico, revisen los periódicos y se van a dar cuenta de que Antonio siempre fue la voz minoritaria.

Es decir, si ahorita revisan la gran prensa, van a ver que las voces cantantes –es decir, el concierto dominante– es a favor del neoliberalismo todavía. Todos estos actores que todavía critican al neoliberalismo y que apuestan por el cambio son y somos, somos minoría, somos voces minoritarias; perdón, no sé si se dan cuenta, seguimos siendo disidentes y lo vamos a seguir siendo.

Y ser disidentes… y si tú revisas, además, el trabajo de Toño, vas a ver una enorme congruencia; él estuvo contra las privatizaciones del Sector Eléctrico en tiempos de Fox, en tiempos de Calderón, en tiempos de Peña; y, hoy, estaría también en contra de las privatizaciones del Sector Eléctrico. Ahí es donde encontramos la coherencia del personaje.

Y, bueno, es todo lo que les quiero decir. Y le quisiera dar la palabra a Almita Muñoz, que es la esposa de Antonio, a quien Antonio adoraba y aquí están, además, los hijos, Pedro y Mariana, de Antonio.

Y, pues le dejo la palabra a Alma.

PERIODISTA Y VIUDA DE ANTONIO HELGUERA, ALMA ELIZABETH MUÑOZ ROJAS (AEMR): Yo no puedo hablar fluido, así que me permito leer un texto.

En nombre de Antonio Helguera y nuestros hijos, Mariana y Pedro Antonio, quiero agradecer, en primer lugar, el apoyo y cariño que le brindaron a Toño desde que se conoció la noticia de su fallecimiento.

El primer sorprendido por las reacciones que provocó su inesperado deceso sería él y, sin duda, incluye la campaña de desprestigio en su contra y, de la cual, también hemos sido objeto; pero en lugar de afectarnos, nos levanta porque esa demostración viene de la derecha, “los derechosos”, como decía él cuando hacía referencia a quienes los criticaban por sus cartones y por simpatizar con el Gobierno de López Obrador.

A ellos les decimos: mejor homenaje no pudieron haberle hecho a Toño, muchas gracias.

Comparto que, de los ataques que recibimos tras su deceso, me enteré dos días después de su fallecimiento y solté una carcajada, como él lo habría hecho, al leer los supuestos resultados de una autopsia, su autopsia; pero la sorpresa mayúscula, para nuestra familia y sus amigos, fueron las expresiones de cariño para él y su trabajo, mismas que se mantienen; y, otra vez, les doy a ustedes las gracias.

Permítanme aprovechar la ocasión para enviar un abrazo muy amoroso a Sandra y a Maya, esposa e hija de Josetxo Zaldua, uno de nuestros grandes maestros en La Jornada –que es nuestra casa– y quien, lamentablemente, también se nos adelantó.

Josetxo se despidió de Toño, al igual que todos nosotros, el sábado 26 de junio, y su partida también ha sido un fuerte golpe para nuestra comunidad jornalera.

Hace un año, Toño estuvo aquí, en la Feria, para encabezar el homenaje a uno de los más reconocidos caricaturistas latinoamericanos, “Quino”, creador de la historieta Mafalda, a quien recordó por su trazo inteligente, humorístico educador. Y, hoy, nos toca estar aquí a nosotros para homenajearlo a él, a Helguera, sobre el que también se ha destacado su trazo inteligente, educador, pero también crítico.

En esa ocasión, Helguera subrayó que lo mejor para conocer a “Quino” es disfrutar de su obra y agradezco mucho que también nos permitan hacerlo, ahora, con la de Toño; sus cartones nos dejan grandes enseñanzas, por ejemplo, como bien lo ha dicho “Fis”, de todo lo que provocó en el país el periodo neoliberal porque, aunque no le guste a quienes aún lo atacan, dan cuenta de los saqueos de esa etapa y, asimismo, sobre la corrupción.

En casa, seguimos ordenando su obra por compartir su legado lo más posible, porque es mucha la enseñanza que nos deja a todos.

Muchas gracias.

CSP: Es difícil, después de escuchar a Almita. Solamente decirles que es un privilegio, para esta ciudad, tenerlos a ustedes y tener a Toño Helguera en el Centro, en la capital del país.

Toño, desde aquí, nuestro cariño, nuestro amor; y, siempre, siempre, nuestra gran admiración.

¡Arriba Toño Helguera!

En este momento, se va a repartir este libro “Antonio Helguera, su obra...” –desde aquí, también, que no mencionamos a La Jornada, la casa de Toño y la casa de muchos– “Antonio Helguera, su obra en La Jornada, 2010-2021”, y este cartón de “El Fisgón”, en esta obra.

Y, se va a repartir de manera gratuita, en este momento, gracias a la Feria Internacional del Libro.