Mensaje de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, durante el Foro “Medio Ambiente: Sembrando Bienestar” como parte del Conversatorio “La Ciudad y la Transformación”
JEFA DE GOBIERNO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO (CSP): Muchas gracias. Gracias, Julia; gracias, Víctor; otro Víctor, por estar el día de hoy aquí en este Foro en el FARO.
Este FARO es una Fábrica de Artes y Oficios, dedicada principalmente a oficios de la cinematografía o de todo lo que tiene que ver con la industria audiovisual. Y, decidimos en este lugar, que era el antiguo Cine Cosmos que, por cierto, viene el 10 de junio y es importante recordarlo, aquí fue donde se escondieron muchos estudiantes de la represión que se ejerció con el llamado “Halconazo”, el 10 de junio de 1971; aquí hay una parte que tiene que ver con la memoria histórica de ese momento, para que nunca se nos vaya a olvidar los gobiernos autoritarios.
Hablando de medio ambiente, toda actividad humana tiene impactos ambientales, toda; en esta sociedad del Siglo XXI nacer genera un impacto ambiental, porque implica que en algún momento la persona o el bebé que nace va a tener que alimentarse, va a tener que moverse, va a tener que generar distintas actividades que van a generar impactos ambientales.
En la sociedad industrial en la que vivimos, que además hay que alimentar a 8 mil millones de personas en el mundo, estas actividades que tienen impactos ambientales han llegado a generar un impacto ambiental mayor, que es el llamado cambio climático, muchas otras también, porque no todo está relacionado con el cambio climático.
Y ese cambio climático tiene que ver con que está aumentando la temperatura del planeta. ¿A qué se debe el cambio climático? A la quema histórica de combustibles fósiles: petróleo, carbón, gas natural; y también a prácticas agrícolas, prácticas ganaderas, rellenos sanitarios y muchas otras actividades que generamos en este momento histórico que vive nuestro planeta.
Y la pregunta es ¿qué hacer? ¿Es factible resolverlo? ¿No es factible resolverlo? ¿O sencillamente vamos a la catástrofe y mejor nos olvidamos de que existe el cambio climático y otros impactos ambientales?
Y sí hay mucho que hacer, ¿y qué hay que hacer? Tiene varias opciones. Una, el neoliberalismo planteó que solamente había que ponerle precio a todos los impactos ambientales, que les llaman externalidades, y con eso se van a solucionar todos los problemas. Y nosotros lo que decimos es que hay muchas opciones para reducir esos impactos o por lo menos para revertir o por lo menos para reducirlos.
¿Cuáles son estos? Uno, tecnológicos, distintos tipos de tecnología que también tienen sus características; y los otros tienen que ver con prácticas distintas; y las otras, incluso, tienen que ver con cuestionar la manera en que consumimos, la manera en que producimos. Y eso es lo que hoy está en debate.
Y con gusto en la siguiente les platicamos qué hemos hecho en la ciudad. Gracias.
Bueno, ahora que el lunes es 5 de junio, que es Día Internacional del Medio Ambiente, el 4 va a pasar algo muy importante, previamente, que nos va a ir muy bien, no sé si debería decir eso, pero bueno, ya lo dije.
Nosotros en 2019, el 5 de junio, presentamos el “Programa Ambiental y de Cambio Climático de la Ciudad de México”, que tiene siete ejes. El primer eje se llama “Revegetación de la Ciudad”, que es, si lo vemos con palabras que se usaban antes, es reforestación, ¿por qué le llamamos revegetación? Porque no solo son árboles en ciertas zonas, sino que realmente estamos sembrando distintos tipos de vegetaciones que han permitido no solamente capturar carbono, sino también permitir que especies, aves migratorias, que inclusive ya no llegaban a la ciudad, estén llegando, porque estamos haciendo jardines polinizadores y, en fin.
Son más de 35 millones de árboles y plantas que hemos sembrado en estos cuatro años y medio. El otro día lo comenté ahí en la red social, la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural, tiene en San Luis Tlaxialtemalco, en Xochimilco, un vivero tecnificado en donde se colectan semillas de todo el suelo de conservación y ahí se permite el crecimiento de especies principalmente arbóreas.
Cuando llegamos en 2018, se producían 600 mil árboles en un año, hoy estamos produciendo 10 millones y eso nos permite reforestar el suelo de conservación, pero también la parte urbana de la ciudad.
El segundo tema es la restauración de cuerpos de agua en la ciudad, todavía quedan ríos vivos en la Ciudad de México que es muy importante conservar. Uno de los más importantes donde hemos intervenido es el Río San Buenaventura, que viene de la parte alta de Tlalpan hasta Coyoacán, lo que vemos ahí en los viveros es una parte del río… ah no, ahí es el Río Magdalena, San Buenaventura más bien va hacia Xochimilco, por el Periférico hacia Cuemanco. Ahí hemos restaurado desde la parte alta hasta la parte baja. Igual el Río Magdalena y el Río de los Remedios, que en realidad es un canal de desagüe, hoy estamos recuperando una buena parte con tecnología nueva que se llama humedales.
De igual forma, una de las acciones de las que nos sentimos muy orgullosos es el manejo que hemos hecho de los residuos sólidos y ahí participamos todos. Cuando fui secretaria de Medio Ambiente de la Ciudad –que, Víctor Hugo trabajaba también ahí, trabajamos desde entonces en la calidad del aire– hicimos la separación de la basura en orgánica e inorgánica. Y la ciudadanía realmente sigue separando la basura de esta manera, siempre hay un porcentaje que no lo hace, pero el 90 por ciento de los habitantes de la ciudad lo hacen.
Y eso es muy importante porque la basura no orgánica ahora la llevamos en un porcentaje muy importante a una planta de reciclamiento, que es la planta más moderna de América Latina, que la impulsamos nosotros, está en Vallejo. Estamos haciendo la segunda, va a permitir el reciclamiento de alrededor de 2 mil toneladas al día.
Y la parte orgánica la llevamos a una planta de composta, que ahora también estamos haciendo algunos otros desarrollos tecnológicos, de innovación, que nos permiten producir cuadritos de carbón vegetal, que después pueden ser utilizados inclusive en carboeléctricas.
Hay algunas otras que puedo platicar, no voy a tomar más tiempo para no aburrirlos. Pero son ejemplos de cómo, sin grandes recursos económicos, a través de cambios en la conducta: separar la basura en orgánica e inorgánica y, al mismo tiempo, nuevos desarrollos tecnológicos, nos permiten reducir emisiones de gas de efecto invernadero; generan bienestar, porque generan empleos; y permiten construir una economía distinta a la economía industrial en la que hemos vivido durante tantos años, que desechaba absolutamente todo.
Muchas gracias.
SECRETARIO DE AGRICULTURA Y DESARROLLO RURAL DEL GOBIERNO DE MÉXICO, VÍCTOR MANUEL VILLALOBOS ARÁMBULA (VMVA): Muchas gracias, gracias por la oportunidad de estar aquí con todos ustedes y la oportunidad de intercambiar algunas reflexiones respecto a este importante tema.
En primer lugar, quiero felicitar a la doctora Claudia Sheinbaum, estamos en el tema del cual ella es toda una autoridad y entonces es un privilegio poder compartir este panel con ella y con los demás colegas, Víctor, Julia, un gusto estar con ustedes.
Quisiera brevemente señalar que lo que se venía anticipando como una serie de factores que van a incidir en toda la vida humana, no solamente de México, sino del mundo, ya lo tenemos encima; todo lo que hoy día estamos padeciendo, es el resultado de muchos años de venir alterando las condiciones climatológicas y, en consecuencia, no solamente algunas partes de nuestro accionar como sociedad están siendo impactadas de una u otra forma, sino también, pone en riesgo el futuro del equilibrio de la humanidad si estas condiciones siguen manteniéndose.
Yo quisiera aquí, el día de hoy, plantear que no todo es realmente irreversible o es una tragedia, sino que hay alternativas de solución; y quiero sostener la tesis de que parte de la solución es la propia agricultura. Y, en ese sentido, quiero hacer la mención de que México ha venido avanzando en algunas actividades y acciones que han permitido, efectivamente, sostener que la agricultura tiene un papel muy importante que jugar como una actividad que va a permitir el secuestro del carbono, que va a permitir y que es la única, hoy por hoy, alternativa real para secuestrar el carbono que, de otra forma, se va la atmósfera.
Cuando vemos que más del 75 por ciento de las emisiones surgen de toda nuestra actividad social, que tiene mucho que ver con las emisiones producto de la combustión de los energéticos fósiles, la agricultura puede y debe ser el mecanismo que permita secuestrar aquello que se está emitiendo; y, en ese contexto, hay –insisto– acciones que está tomando México, que están tomando también en otros países y que definitivamente un adecuado manejo, con buenas prácticas agrícolas, el resumidero del CO2 que de otra forma se emite y que genera el calentamiento global, puede definitivamente ser retenido en el suelo con las prácticas agrícolas que hemos venido implementando.
De modo que la agricultura no es parte del problema, la agricultura es parte de la solución y hay muchos, muchos argumentos que hacer y que manejar en favor de esta tesis, de esta tesis que quiero, como secretario de Agricultura, sostener y mantener como una medida que va a permitir secuestrar, llegar a un mecanismo a través del cual llegamos a actividades agrícolas de cero emisiones; pero también, a hacer todavía un trabajo adicional para favorecer la retención del carbono y evitar que este siga generando el incremento.
COLABORADORA DEL CENTRO DE INVESTIGACIONES Y ESTUDIOS DE GÉNERO (CIEG) DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO (UNAM), JULIA ÁLVAREZ ICAZA RAMÍREZ (JAIR): Es un honor para mí estar en esta mesa; doctor, secretario, Jefa de Gobierno, muchas gracias por la invitación a dialogar y compartir algunos puntos de vista sobre este tema tan relevante.
Primero, antes de entrar en materia, quisiera contar un anécdota, que no sé si la Jefa de Gobierno se acuerde, pero cuando todavía era jefa delegacional en Tlalpan, un grupo de compañeros productores agroecológicos la fuimos a ver en sus audiencias a las 6:00 de la mañana, que me parece una de las mejores políticas públicas para estar en contacto con la gente, y le dijimos –entonces delegada– que queríamos un espacio para la comercialización directa, sin intermediarios; y fue ella quien asignó un espacio y, desde entonces, ya hace 10 años que este proyecto sigue creciendo, ya son más de 100 compañeros productores que producen de manera agroecológica en la ciudad, que gracias a ese primer impulso siguen hasta la fecha hoy subsistiendo.
Y, por otro lado también, cuando era jefa delegacional en Tlalpan, impulsó un proyecto muy bonito, muy poderoso, muy potente que se llama “Escuela Campesina”; y nosotros que nos quedamos ahí –ella cumplió otros encargos– seguimos con ese legado y hasta el año pasado todavía seguimos impulsando las buenas prácticas productivas entre compañeros, no solo en la alcaldía, sino de otras también.
Y solo como un botón de muestra de dónde viene Claudia y además de toda la trayectoria que la respalda; pero cómo esas acciones desde el gobierno cambian definitivamente la vida de compañeros y compañeras.
Y ahora sí, entrando en materia del tema que nos convoca. Yo primero quería visualizar –digamos– dos grandes paradigmas, dos grandes visiones, dos grandes concepciones, perspectivas del medio ambiente. En primer lugar, está esta visión más conservadora que estima que, así como decía el secretario, que no hay que vislumbrar la agricultura como un estorbo para el desarrollo sustentable, sino que hay que incluirla, asimismo hay una visión del medio ambiente que desvincula el sector social, la justicia social del medio ambiente y que, incluso, lo contempla a veces como un estorbo.
Y hay otra gran visión, otro grande paradigma que establece que la conservación de los recursos naturales, de la riqueza, de la naturaleza, de la flora, de la fauna, de los ecosistemas tiene que estar sí o sí vinculado con la gente y es indivisible, es indisoluble la riqueza, la conservación de nuestros recursos naturales; y, por otro lado, la justicia social, la justicia ambiental y la justicia social no se pueden disociar.
Entonces, estos son como los dos grandes paradigmas que, incluso a veces están contrapuestos, pero que incluso se disputan políticamente, con políticas públicas, etcétera. Y es ahí, en el segundo paradigma, donde incluso cambiamos conceptualmente, ya no hablamos tanto de medio ambiente, sino hablamos de problemáticas socioambientales porque son indisolubles y, en ese sentido, incluso conceptualmente cambiamos la idea.
Entonces, hablamos de una integralidad, de un bienestar natural, de un bienestar integral de la gente. Y creo que –para cerrar– esa una de las aportaciones que ha hecho la Cuarta Transformación en materia de medio ambiente: cambiar el paradigma de cómo lo visualizamos.
Muchas gracias.
COORDINADOR EJECUTIVO DE LA COMISIÓN AMBIENTAL DE LA MEGALÓPOLIS (CAMe), VÍCTOR HUGO PÁRAMO FIGUEROA (VHPF): Muy buenas tardes a todas y todos. Agradezco mucho la invitación a la doctora Sheinbaum, haberme invitado a este foro que ya se está haciendo algo muy conocido y muy acudido por las personas.
“Sembrando Bienestar” es el tema de hoy. Y yo quisiera decir que al decir “bienestar”, estamos hablando de muchas cosas, pero tiene que ver fundamentalmente, entre otros, con la calidad de vida que podamos tener, que puedan tener las personas, en particular, de nuestro país.
Esta calidad de vida también es función de varios elementos y, entre otros, es el tema que a mí me ha estado tocando trabajar estos últimos años, se refiere a la calidad del aire de las ciudades de la Megalópolis.
Ustedes saben que, en la Megalópolis, dentro de ella está esta gran Zona Metropolitana del Valle de México, pero están también la ciudad de Puebla, muy conurbada con la ciudad de Tlaxcala, está la ciudad de Pachuca, está la ciudad de Querétaro, está la ciudad de Toluca, está la ciudad de Cuernavaca; entonces, todas ellas cada vez tienen una mayor integración en esta parte de nuestro país.
Este tema de calidad del aire en esta Comisión Ambiental, se está orientando para hacer una –digamos– gestión regional del tema de la calidad del aire; y dentro de esa gestión regional, evidentemente cuando hablamos de contaminación del aire, de contaminación atmosférica, inmediatamente tenemos una liga con el cambio climático y sencillamente porque la mayoría de los contaminantes que nos ocasionan problemas en nuestras ciudades, también provienen de fuentes que están, al mismo tiempo, emitiendo gases y compuestos, partículas negras que ocasionan a su vez el cambio climático.
Entonces, me parece que el planteamiento de una Comisión Ambiental con este enfoque regional, con este enfoque de armonizar las políticas en estas entidades que la conforman, es una respuesta –yo diría– hasta cierto punto original, que tiene retos, pero que va en el sentido hacia donde tenemos que ir.
En el futuro tenemos que pensar unificadamente calidad del aire, cambio climático, calidad de vida; y como sabemos, también esto tiene que ver con todos los temas de la actividad en nuestro país, incluso, tiene que ver en la manera como somos, con las costumbres que tenemos y seguramente, también tendremos que hacer adaptaciones a ellas.
Muchas gracias.
VMVA: Claudia, qué bueno que haces la mención de que tenemos la responsabilidad de alimentar a una población que está en constante crecimiento; se mencionaban algunas cifras, pero se va a rebasar los 8 mil millones de habitantes antes del 2050.
La gran pregunta es: ¿estamos lo suficientemente capaces o preparados para seguir proveyendo alimentos para toda esta cantidad de población que se suma día con día? La respuesta podría ser que, si las condiciones que prevalecieron hace tres o cuatro décadas fueran las mismas, posiblemente hoy podríamos arriesgarnos a decir: “definitivamente estamos en la capacidad de poder alimentar a esta población y más”. La realidad es que no; y como yo decía, ya las condiciones actuales, lo que se predecía que iba a ocurrir, ya está ocurriendo.
Entonces, si no mejoramos o si no cambiamos –como bien decía la doctora Claudia–, si no mejoramos las formas a través de las cuales vamos a garantizar esa alimentación, definitivamente no vamos a poder cumplir con esa demanda de la propia humanidad.
Entonces afortunadamente, y sí, hay estas opciones, la combinación de las cuales nos debería de llevar, primero, a hacer una concientización de que esto es una realidad, el cambio está afectando y lo vemos permanentemente en temperaturas extremas, lo vemos en sequías prolongadas, lo vemos en el advenimiento de nuevas plagas y enfermedades. No pensábamos que de repente pudiéramos tener estos impactos en salud humana o en salud animal o plagas en la agricultura. De modo que estas son, claramente, indicaciones de que necesitamos adaptar nuestra agricultura, nuestra capacidad productiva a estas nuevas condiciones y, efectivamente vamos encaminándonos hacia eso.
Hace tres semanas tuvimos una reunión en Washington, 40 ministros de Agricultura, y la convocatoria fue en un sentido de urgencia, porque lo que se está anticipando es que vamos a llegar a un incremento de la temperatura de tres grados al final del siglo y esto, definitivamente, es absolutamente catastrófico. Entonces, la gran pregunta es ¿cómo podemos mantener esa aspiración de sostenernos en el 1.5 grados de este incremento de temperatura?
Al final analizamos: la agricultura es la única, la única actividad que puede efectivamente secuestrar el CO2 y también el gas metano que, de otra forma, se emite a la atmósfera. El manejo adecuado de los suelos, las buenas prácticas agrícolas finalmente hacen, insisto, de los suelos un resumidero y eso hace, a su vez, la posibilidad y la garantía de que sigamos proveyendo de alimentos, no necesariamente a expensas de la frontera agrícola, sino haciendo –y aquí la tecnología juega un papel importante– más eficiente nuestra capacidad productiva por unidad de superficie.
JAIR: Además de lo que ya se ha dicho intentando responder las preguntas que se proponen, yo pondría también otro elemento sobre la mesa para considerar, porque nos encontramos en un país con un contexto muy particular. México es un país de aquellos, entre los 12 de todo el mundo, que se considera como un país megadiverso; eso quiere decir que México es el hogar del 10 al 12 por ciento de la biodiversidad mundial, de ese nivel nuestra responsabilidad con el mundo, con nosotros mismos y con el mundo.
También, por ejemplo, por decir solo algunos datos, es el quinto país en el ranking –digamos– en variedad de plantas y anfibios, es el tercero en mamíferos, es el segundo en reptiles de todo el planeta; y, además, tenemos una peculiaridad también, que aquí hubo una revolución agrícola afortunadamente, y el 80 por ciento del territorio está en manos de propiedad social, pueden ser ejidos, comunidades, incluso algunas veces también ya en pequeños propietarios. Es decir, las selvas, los bosques, las playas, los desiertos están en manos de propiedad social.
En ese sentido, es donde cobra aún más relevancia hablar de bienestar social y medio ambiente, porque como decía, por ejemplo, Elinor Ostrom, una de las Premio Nobel de Economía, que habló de la naturaleza como un bien común, como un bien colectivo. Y es por eso que, en un contexto como el de México, con este nivel de responsabilidad en temas de biodiversidad, sumado a que un alto porcentaje de la biodiversidad está en manos de comunidades y ejidos, entender la naturaleza como un bien común y contrario a lo que estos 40 años de neoliberalismo, como ya decía la doctora, quisieron instaurar una idea de que la naturaleza y los recursos naturales se podían explotar, despojar a diestra y siniestra. Además, con una caracterización muy particular también, porque en el neoliberalismo extractivista aprovecha los recursos, maximiza las ganancias y luego socializa los impactos.
En ese sentido, hablar de bienestar social, de medio ambiente y saliendo de un periodo neoliberal bastante oscuro, donde nos va a costar trabajo también y unos años acabar de salir, como dice el Presidente Andrés Manuel López Obrador, que yo creo que peca de modesto, pero él siempre habla de establecer los cimientos de la Transformación.
Pero bueno, digamos que es en ese contexto donde yo creo que estamos haciéndolo, pero estamos todavía con la posibilidad de profundizar en el cambio de paradigma y entender, como decía Elinor Ostrom y como sostienen varios teóricos, la naturaleza como un bien común y los mejores guardianes y guardianas de nuestros recursos naturales, de nuestros ecosistemas están justamente en las personas que los habitan.
Muchas gracias.
VHPF: Bueno, si vamos a algún día lograr abatir estos problemas, yo creo que sí, tenemos que, es parte de esta meta que tenemos que tener como humanidad, no podemos permitirnos decir que no, o sea, es hacia donde tenemos que ir.
En el caso de las ciudades es un problema multifactorial que nos ocasiona los problemas ambientales, en particular el tema de la calidad del aire. Como bien mencionaba la doctora, cualquier cosa que hagamos se refleja ahí, por el hecho de haber nacido, empezamos a consumir.
Un caso que es muy conocido, incluso internacionalmente, es el caso de la Zona Metropolitana del Valle de México. Aquí, los problemas de calidad del aire se agudizaron muchísimo a finales de los años 80´s; en aquella época había pajaritos que se caían muertos, teníamos una refinería en la ciudad, teníamos industrias muy contaminantes y se tomaron decisiones.
En aquel entonces se formó una comisión que se llamó la Comisión Ambiental Metropolitana, que fue muy exitosa, porque echó a andar realmente programas que solucionaron problemas de fondo. Y a lo largo de los años ha seguido esa actividad de tener estos programas, tener estas actividades.
El otro día me preguntaban que cuáles son las medidas nuevas que podemos pensar para seguir mejorando la calidad del aire –ya vamos en el quinto PROAIRE– si uno suma todas las medidas que hemos planteado, es difícil incluso a veces encontrar nuevas, es un tema que hemos avanzado mucho, pero todavía hay cosas que hacer.
Sin embargo, me puse a revisar cuáles son las medidas, en aquel entonces, cerrar las refinerías, reubicar las industrias, se empezaron a mejorar los combustibles, con el mejoramiento de los combustibles se pudieron mejorar las emisiones de los autos y así; en la actualidad, esas medidas ya las hicimos, prácticamente.
En la actualidad, los retos que tenemos son, ahora sí, cómo dejamos de emitir las emisiones. Y para eso, creo que en el futuro tenemos que ver mucho, mucho, mucho el tema de la electromovilidad, los vehículos eléctricos son necesarios, es algo que tenemos que hacer.