Mensaje de la jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina y de la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Nashieli Ramírez Hernández, en la Presentación del Informe Anual de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México
Transcripción de las palabras de la jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina y de la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Nashieli Ramírez Hernández, en la Presentación del Informe Anual de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México.
JEFA DE GOBIERNO DE LA CIUDAD DE MÉXICO, CLARA BRUGADA MOLINA (CBM): Buenos días, buenas tardes. Quiero saludarlos a todas y todos, con mucho gusto. Es siempre muy interesante venir a los eventos que convoca Nashieli Ramírez. Quiero saludarte con mucho cariño y quiero reconocer tu trabajo, al frente de esta comisión.
Quiero reconocerte como una mujer que ha logrado poner la dignidad a las personas y a las víctimas, al frente de tu trabajo. Un fuerte aplauso para nuestra presidenta, aquí.
Quiero saludar a todas y todos los que hoy nos encontramos. Veo muchas caras históricas, mucha gente luchadora por los derechos humanos, que desde hace mucho, mucho tiempo, nos conocemos. Quiero saludarlos, saludarlas.
Quiero saludar a todas y todos los activistas, defensores de los derechos humanos en esta ciudad. Un fuerte aplauso a los movimientos, a los grupos, las colectivas, los colectivos, la población que lucha y que defiende sus derechos.
Quiero saludar con mucho cariño a los diputados y diputadas; los coordinadores de las fracciones, la presidenta de la mesa directiva, y a todos los compañeros del poder legislativo que se encuentran el día de hoy acá, también saludamos a los alcaldes y alcaldesas. Me da mucho gusto que hoy estén aquí presentes, y que acompañemos a la Comisión de Derechos Humanos.
Asimismo, a todos los invitados e invitadas; a los funcionarios del Gobierno de México, Ernestina Godoy; a los representantes de la Secretaría de Gobernación, en fin.
A los propios compañeros y compañeras del Gobierno de la Ciudad, y a todo el equipo de la Comisión de Derechos Humanos. Muchísimas felicidades el día de hoy.
Y estamos aquí con una gran tarea: la tarea de reconocer que en esta ciudad tenemos mucho que hacer en torno a la defensa de los Derechos Humanos.
Y que se ha hecho mucho. Y que hemos pasado por momentos históricos en que, desde hace 30 años que se formó la Comisión de Derechos Humanos, ha jugado un papel importante en la vida democrática de la ciudad.
Pero al frente, Nashieli Ramírez ha garantizado que la Comisión de Derechos Humanos tenga un trabajo distinto, un trabajo alternativo, un trabajo vinculado a la población.
En esta ciudad, que decimos es una ciudad de derechos y libertades, lo mejor que podemos tener es una fuerte Comisión de Derechos Humanos; un organismo autónomo que luche, que defienda, que apoye a las personas que sean víctimas de cualquier discriminación, problemas distintos, variados, discriminación o alguna situación que viole sus derechos humanos.
Así que sí, nos interesa tener una Comisión de Derechos Humanos muy fuerte, que garantice lo que mandata la Constitución de la Ciudad de México y creo que es importante dar un paso más.
Yo me acuerdo cuando se discutió este tema en la Constituyente, sobre la perspectiva de la Comisión de Derechos Humanos, y hubo un gran debate: si la Comisión de Derechos Humanos debería de tener más fuerza, decían, “más dientes”, para poder actuar, o dejarla como estaba.
Y se le dieron más atribuciones. A mí me parece que deberíamos retomar ese debate y avanzar a lo que nosotros le llamamos el segundo piso de la transformación, y tener una Comisión de Derechos Humanos con más fuerzas, con más elementos, que garanticen que no sólo prevengan, sino que cuando se violen los derechos humanos, se tenga fuerza para poder incidir y garantizar que no se vuelva a repetir.
Así que, abramos esa discusión, en este proceso que inicia ya muy pronto, en que el Congreso elija quién queda al frente de la Comisión de Derechos Humanos.
Es decir, no sólo pensemos quién va a quedar, sino que pensemos qué más podemos o de qué manera podemos fortalecer a la Comisión de Derechos Humanos, bajo esa perspectiva.
Bueno, tenemos entonces aquí en la ciudad, tres décadas de Comisión de Derechos Humanos Autónoma, y frente a los graves momentos que estamos viviendo, que vive el mundo, hablar de derechos humanos es lo más urgente que hay que hacer.
Mientras pareciera que se quiere normalizar la violencia en otras partes del mundo, aquí tendremos que defender la dignidad como acto político. Y mientras otros pretenden levantar muros, aquí tenemos que abrir las puertas. Mientras algunos quieren gobernar con guerra, aquí tenemos que apostarle a la libertad.
Hace unos días dije: "somos una ciudad pacifista." Y seguiremos siendo la ciudad de los derechos humanos y la ciudad de las libertades.
Tenemos convicción de que los derechos humanos deben ser una práctica cotidiana, y siempre dije: "construyamos a la Ciudad de México como la más defensora de los derechos humanos”. Y hay que hacerlo.
Y eso, como decía Miguel Álvarez, no sólo se construye con leyes y con órganos de gobierno, sino que se construye principalmente en la sociedad y con la sociedad.
Así que, si todos los movimientos sociales de esta capital, de esta ciudad, se convierten, se transforman, en dar un paso más, en defensores de derechos humanos; si logramos que en todas las áreas de gobierno, la prioridad sea la defensa de los derechos humanos, su protección; si logramos tener como prioridad los derechos humanos en el gobierno, creo que podríamos avanzar.
Los convoco a todas las distintas organizaciones, a los diputados y diputadas, a los alcaldes, alcaldesas; a la Comisión de Derechos Humanos, a los organismos autónomos, a todos los activistas, se pregunten: ¿qué tenemos que hacer para lograr que esta ciudad sea la más defensora de los derechos humanos?
Y van a contar conmigo como una aliada; como una aliada fuerte para avanzar en ese sentido. Esta comisión de derechos humanos, ha estado al lado de las mujeres que enfrentan la violencia; ha estado al lado de las infancias, de las personas en situación de calle, de quienes han sido discriminados por su identidad o su orientación sexual. De las personas privadas de la libertad, de los pueblos originarios, de las personas con discapacidad; de quienes han sido víctimas de abusos institucionales. Ha defendido el derecho a la dignidad, a la igualdad, a la libertad y a la justicia.
Defender los derechos humanos es una postura moral ante el mundo, y en cada caso que la Comisión de Derechos Humanos ha acompañado, en cada recomendación emitida, en cada acción de formación, en cada momento o práctica de prevención, la Comisión de Derechos Humanos, encabezada por Nasheli Ramírez, reafirma esta convicción: que toda persona tiene derecho a vivir sin miedo, a ser escuchada, a recibir justicia y habitar una ciudad que la reconozca como igual.
El día de hoy, tenemos que reconocer a la Comisión de Derechos Humanos. Hoy no va a ser el último momento, le decía a Nasheli. Tendrás que hacer un informe de los años que has pasado por esta comisión y de todo lo que han hecho, pero pareciera que todos hablamos.
Bueno, sí; sabemos que llega un momento, llega este ciclo, pero sí, es un momento de reconocer a esta Comisión de Derechos Humanos, encabezada por Nashieli Ramírez, como la más defensora de todo el país. Y hay que reconocerlo públicamente.
Y una de las tantas acciones que ha hecho esta comisión, es la de descentralizar su actuación, y eso lo valoro muchísimo. Entonces estamos empeñados en descentralizar el Gobierno de la ciudad, y lo vamos a hacer, por supuesto, pero la Comisión ha logrado territorializar su trabajo.
Y eso es lo mejor, porque nos ayuda a tener una acción rápida, eficaz; estar donde se cometen las injusticias. Se rompe la lógica del centralismo. Estar en territorio significa estar en esos lugares donde duelen las injusticias; donde están latiendo las resistencias y donde emergen las demandas. Felicito a la Comisión de Derechos Humanos, por la descentralización y la territorialización que han hecho de esta Comisión.
Es allí en las colonias, en los barrios, donde se vuelve indispensable una institución que escuche, que acompañe. Un organismo que defienda, que no se normalicen las injusticias; una comisión que se ponga siempre del lado de las víctimas. Que en las periferias, donde parece que es normal que no haya agua; donde parece que la gente se acostumbró a tener mal transporte, esté una institución autónoma de los gobiernos, que nos exija.
Así que, por todo ello, reconocemos y agradecemos; agradecemos el trabajo incansable de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México.
Sigamos construyendo una ciudad que escucha, que protege y que transforma.
Muchísimas gracias. Felicidades, querida Nashieli.
PRESIDENTA DE LA COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS, NASHIELI RAMÍREZ HERNÁNDEZ (NRH): “Nosotros los del viento, los que llevamos versos incrustados, al centro del timón de nuestra sangre.
Nosotras, las portadoras de enredaderas turbias, nacidas en lo incierto de la raza. Sí, las que llevamos el destino broquelado, más allá del color de nuestro sexo, más allá de las voces de la herencia, más allá del dolor de nuestro grito.
Sí, iremos cantando, cantando, como si germinaran las palabras y no fuera prestado nuestro aliento; como si en verdad la luz no recubriera y no tocara la muerte a nuestra puerta.
Desde el corazón al alma, nos vemos royendo nuestras propias ansias. Nosotros, los seres de la tarde aniquilada, los del perdido otoño, los del viento, los que llevamos nuestra vida más atada a los cielos que a la tierra, y que vamos cantando, siempre cantando”.
Los del viento, Isabel de los Ángeles Ruano.
Decía Carlos Monsiváis, un ex consejero de esta comisión, por cierto, la poesía enriquece la intensidad de lo que vivo. Y es por eso que siempre leo un poema.
Buenas días, todas, todos y todes. Agradezco su presencia en la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, así como en medios virtuales para este acto de rendición de cuentas.
Bienvenida, jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Saludo a quienes me acompañan en este presidium.
No había duda. Hace 2 mil 760 días, cuando cruzamos esa reja de tonalidades moradas que suena a enclave feminista, la ruta estaba inequívocamente señalada.
La ruta la marcaba la primera constitución de esta ciudad, publicada meses atrás. Los chilangos llevábamos con retraso, a la plena participación en la democracia representativa de nuestro país. Pero lo hacíamos con una constitución que materializaba con creces, la reforma constitucional del 2011, en materia de derechos humanos.
La convencionalidad, por tanto, parecía tener una clara aliada en esta ciudad, pues nuestra primera constitución partió de ese alto estándar en su narrativa, en sus directrices y en la disposición de sus mecanismos.
Aún así, se enfrentó a la mirada formalista que la impugnaron, que cuestionaron el catálogo de los llamados derechos emergentes, como el derecho al cuidado; el derecho a morir con dignidad, el enfoque que se dio a ciertas instituciones sociales, como las familias en plural y a fenómenos como la violencia obstétrica, por mencionar algunos.
La ciudad se colocaba una vez más a la vanguardia, así como aun siendo Distrito Federal, fue la primera en despenalizar el aborto.
La primera en aprobar el matrimonio igualitario, la primera en ofrecer la voluntad anticipada a su población. No había duda. Ahora, con más fuerza, la ciudad caminaría hacia el cumplimiento progresivo de los Derechos Humanos. Y aquí nos tomamos en serio esa hoja de ruta.
La Constitución ordenó a este organismo, estar presente y próximo a las personas. Mandató ser mediadores, impulsor de procesos de justicia restaurativa, conciliar.
Vertimos nuestro compromiso, en darle cumplimiento a ese mandato con lo que además coincidimos en vocación. Llegamos en el contexto de una ciudad en reconstrucción.
Hacia casi 8 semanas, que nuestro suelo nos recordaba la experiencia colectiva que motivó en 1985 la movilización ciudadana y mucha de la fuerza organizativa contemporánea en esta ciudad.
Sobre las ruinas de un sismo, cargando piedras, organizándonos para suplir los espacios vacíos, llegamos con el recuerdo de que esta ciudad se construye y reconstruye, únicamente en la lógica de las manos de todas, todos y todes.
También llegamos para constatar que, si bien el sistema no jurisdiccional de protección de derechos humanos, era aún joven, ya requería grandes transformaciones, impulsos y renovaciones, pues no podemos seguir en la lógica de ser mero contrapeso en el marco anacrónico de la teoría clásica de la división de poderes.
Debemos adaptarnos a los cambios sociales, generacionales, orgánicos, políticos, y por supuesto globales, que nos comprometen en la actualidad, sin perder nuestra razón de ser y nuestra autonomía.
Por tanto, a esta apuesta, sumamos el reconocimiento de que había que rebasar con ventaja la idea de ser principal y exclusivamente fiscalizadores del poder, para convertirnos en agentes activos de propuesta y cambio, materialización de bienestar para las personas.
El viraje comenzaba por colocar a las víctimas al centro; en constituirnos como la diferencia en postergar la justicia o acceder a ella, en restituir derechos y pronto. Para nosotras, insistir en hacer vinculantes las recomendaciones, es una solución equivocada, hay una razonabilidad que respalda que no lo sean.
Nos encontramos ante un reclamo generalizado de justicia; ante un desfalco del monopolio de la jurisdiccionalidad, como su única fuente; ante el reclamo de participación en procesos para una justicia pronta, comunitaria, individual, solidaria, restaurativa, restauradora, horizontal, transicional, inclusiva, pluralista, accesible, certera, confiable, segura, alcanzable, vital, sostenible y duradera.
Para la justicia entendida con amplitud, se requiere echar mano de más disciplinas, además de la jurídica, y de ampliar su lógica en la práctica.
También depende de regresar a la idea originaria de que la fuerza y la efectividad del trabajo de las instituciones de Ombudsperson, radica en su calidad, legitimidad y capacidad de articulación, respuesta y construcción de consenso social para el cambio y para la construcción de una justicia cotidiana y palpable, lo que hoy en día se traduce en el apego al principio y derecho a una buena administración pública, para la transformación estructural de las condiciones que generan violaciones a derechos humanos.
Estamos llamados a ser parte de la solución, para impedir abusos de poder; para construir relaciones distintas con los poderes, para perfilar nuevas formas de ejercerlo y no sólo o principalmente, a constituirnos como espacios de pasiva confrontación.
No contar con fuerza coercitiva, no tendría que traducirse en la indefensión de las personas. El sistema aún disperso no está en posibilidades de ofrecer alternativas para la justicia integral.
Ya existen recursos para la justicia administrativa, constitucional, familiar, civil, laboral. Nosotras debemos ofrecer herramientas para la justicia social, para que no se (inaudible) ni siempre, ni exclusivamente, los tribunales.
En estos años, nos hemos dedicado a edificar esa infraestructura y tenemos evidencia de su utilidad, plasmada en consultas, informes, vinculaciones, conciliaciones, mediaciones, acompañamientos e instituciones inmediatas.
Dejaremos robustecido el engranaje institucional de nuestro organismo, que se enfrenta a los retos diarios en los derechos humanos, desde una lógica urbana local. La necesidad de distribuir equitativamente el agua, el abuso policial, las complejidades de la vida en la cárcel, la protección de la niñez, la prevención de las violencias, la expresión de la protesta, la mejora de la calidad de vida.
Esta lucha es de todas las personas y es diaria. Con instituciones responsables, con claridad en su conducción, y sin aludir a nuestra responsabilidad.
Ése es el llamado, por el que el equipo de esta Comisión, conformado al día de hoy por 739 personas, ha ocupado territorios, entes olvidados: es nuestra siembra, es nuestra cosecha.
Fortalecimos y ampliamos la participación de las personas, en los procesos de defensa y promoción de los derechos humanos, mediante la puesta en marcha de metodologías adaptadas a los contextos con el ámbito escolar, en los centros penitenciarios o en los espacios públicos heterogéneos, que recaban la voz de las personas tradicionalmente omitidas.
Hicimos más accesibles los mecanismos para presentar las quejas, e incluimos desde el primer contacto, formas para recabar y clasificar información, desde el enfoque diferencial, lo que favorece un posterior análisis interseccional.
Aseguramos la proximidad territorial, no sólo por medio de las 16 oficinas en la alcaldía, sino acercar la comisión a los espacios donde se sucede la vida de esta ciudad: albergues, calles, mercados, parques, barrancas.
Perseguimos la restitución inmediata de derechos, siempre que se pueda, y apostamos a la conciliación y a la mediación.
Estas acciones dan cuenta de que estamos convencidas de eliminar formalismos innecesarios, adaptarnos a los contextos e innovar; revestir nuestra naturaleza orgánica, reafirmar nuestra posición en el sistema democrático actual, marcar (inaudible) geopolíticas y la exacerbación de los efectos de fenómenos globales que impactan los territorios y sociedades, con mucha más fuerza en lo local.
La Constitución Política en la Ciudad de México y su legislación armonizada, no sólo marcó y marca el camino para este organismo, sino que nos marca a todas las instituciones y personas servidoras públicas.
En estos casi ocho años, la comisión ha avanzado y la ciudad también. Es preciso que tengamos claridad, en que se está recorriendo la ruta de la transformación; de transformaciones estructurales, pero que persisten pendientes.
La cuenta por saldar no es menor, pero es cierto que se requiere continuar con lo irresoluto al tiempo, que se atiende en lo inmediato, pues todos los días se suma algo adicional para resolver.
Por ello, acompañar los esfuerzos para armonizar la brecha, es y será necesario. Continuar con la modificación de estructuralidad, es una labor de todos los días.
Llegar al punto de no normalizar realidades como las violencias, por ejemplo, cruza por cambios de fondo y por obligaciones claras, que la sociedad en su conjunto está llamada a cumplir.
No habrá progresividad de derechos sin transformación cultural. Esta ciudad cuenta con horizontes que colocan el objetivo, en acortar la brecha en las grandes agendas.
La nuestra no es una ciudad estática; es una ciudad vanguardia, en pos de sus horizontes, de esos estándares que se alcanzan, a base del debate, participación, discusión y construcción. Ése es el proceso que nos caracteriza.
Durante 394 semanas, esta comisión se puso como meta, constituir un liderazgo al ritmo de su dinamismo. Algunas veces acompañando a sus autoridades y a su legislativo; otras, abriendo camino, incursionando.
Nuestro llamado es a responder a ese dinamismo social, con agendas más robustas sobre empresas y derechos humanos, para la salud comunitaria, la salud mental; sobre la agenda digital y la inteligencia artificial; la accesibilidad tangible en todos los ámbitos; la participación de los beneficios del progreso científico para todas las personas, entre otras.
Ninguna de las expresiones de los derechos de las ciudades (inaudible). Una bandera de la diversidad del tamaño del Zócalo.
La dinamita rosa, las anti-monumentas; los debates por la vida y la muerte; la riqueza lingüística que se expresa en las calles; la defensa de los murales en las paredes de nuestros barrios; la lucha por la memoria; la compleja y la diversa cotidianidad.
Nada de lo que hicimos, lo hicimos solos. Hay personas aquí, con los que la comisión ha trabajado desde diferentes posiciones: servidores públicos, alcaldes y alcaldesas, legisladores o la propia jefa de Gobierno, primero desde una visión local, y luego desde su visión de la Ciudad de México.
Con la academia, en la formación por la no discriminación, la investigación diligente y la profesionalización forense. Con docentes y cuidadores primarios para la salud emocional, con niñas, niños y adolescentes para las consultas; con organismos internacionales para el fortalecimiento de los estándares. En mesas de trabajo con usuarios del espacio público para el comercio, la protesta, la movilidad, los besos y el juego.
Con representantes de los pueblos y barrios y comunidades; de la mano de las colectivas, de las víctimas, del lado de quienes desaparecen y quienes los buscan, empáticos, solidarios y fraternales, acompañando a quienes son violentadas.
A todas ustedes, gracias, gracias, gracias.
Gracias también al equipo de la Comisión; promotores, visitadores, servidores, que atienden a las personas, quienes gestionan con autoridades, a quienes cuidan las instalaciones y procuran condiciones dignas para el trabajo. Quienes administran los recursos y comparten el quehacer institucional en redes, quienes educan, apoyan y curan, quienes dan seguimiento a las agendas y a todo el equipo: gracias por este (inaudible).
Gracias a mis amigos, a mis amigas, a mis carnalitas y a mis compas. Y gracias principalmente, a quien le da sentido mi poesía: mi hija y mi familia.
__
[VIDEO]
Bajo la premisa de que los derechos humanos se deben materializar en la vida diaria de las personas, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México afianzó, durante 2024, su modelo de atención centrado en las personas en general y en víctimas de violaciones a derechos humanos en particular.
Durante el período que se informa, se consolidó una estrategia, que además de la cercanía en territorio, mantuvo el diálogo permanente con actores sociales y públicos, y la aplicación de modelos de gestión con disciplina administrativa y financiera, lo que demuestra que hoy, la Comisión es una institución madura y resiliente.
En 2024, en materia de prevención y defensa de los derechos humanos de las personas que habitan y transitan en la ciudad, se brindaron más de 52 mil servicios.
Esto es un incremento del 34 por ciento, en relación al año 2017, en que se inició la presente administración.
Con este aumento, se benefició a más de 57 mil personas agraviadas.
Es importante señalar, que 4 de cada 10 servicios se brindaron desde las delegaciones de la Comisión en alcaldías.
Los medios alternativos para la prevención y resolución de problemáticas sociales, a través de mecanismos que responden a los principios de la justicia restaurativa que se implementaron en la gestión actual, se han consolidado.
Mediante el mecanismo de restitución inmediata de derechos, se abrieron 268 nuevos expedientes para ser atendidos. En el 90 por ciento de los casos, fueron concluidos porque la autoridad restituyó los derechos de las personas, gracias a la intervención de la Comisión.
En las delegaciones de la Comisión en alcaldías, se realizaron 46 mil 259 actividades en total. En todos los rubros, defensa y protección, vinculación, difusión y capacitación, se tuvieron incrementos importantes.
Así, la Comisión garantiza la proximidad de sus servicios y promueve medios alternativos para la prevención o resolución de las diversas problemáticas sociales, a través de la mediación y la conciliación.
En el trabajo de las visitadurías, se registraron 7 mil 620 expedientes de queja. La mayoría de ellos, se atendieron en etapa de indagación preliminar, procurando por todos los medios posibles, la restitución de los derechos, o en su caso, la solución de las problemáticas planteadas por las personas peticionarias, lo que fue posible gracias al modelo de investigación, aplicado en esta gestión para agilizar el procedimiento y garantizar una atención más rápida y efectiva a las personas peticionarias o víctimas.
Esto significó la atención de más de 10 mil personas, colectivos y colectivas. 45.6 por ciento de las cuales, fueron mujeres. 50.7 por ciento hombres y 1.4 por ciento, colectivas y colectivos.
Durante 2024, se emitieron 15 recomendaciones, más del doble que en el año que inició esta gestión.
También en materia de reconocimientos de responsabilidad y disculpas públicas, se tuvo un avance considerable, pasando de una en 2017, a cuatro en el periodo que se informa.
Además, se concluyeron 112 puntos recomendatorios y 12 recomendaciones.
Otra de las aportaciones importantes del nuevo modelo de defensa, es la posibilidad de que los expedientes de queja, sean resueltos mediante acuerdos conciliatorios, con la voluntad expresada entre víctimas y autoridades.
En 2024, se suscribieron 29 acuerdos conciliatorios. El equipo de personas defensoras de la Comisión atendió 163 protestas, manifestaciones, marchas y eventos públicos.
De ellos, 112 acompañamientos fueron de manera presencial, en los que se desarrollaron procesos de supervisión, acompañamiento y monitoreo, así como la facilitación del diálogo entre personas, colectivos, colectivas y autoridades.
El 8.2 por ciento estuvo vinculado con protestas en contra de las violencias hacia las mujeres. En materia de educación en derechos humanos, durante la presente gestión se ha avanzado sustancialmente, llegando en el año que se informa, a 347 mil 640 personas, a través de las diferentes actividades, entre ellas, cursos, talleres y diplomados, en modalidades presencial, a distancia y mixta, en diversas plataformas.
Las personas alcanzadas en 2024, son una cifra récord respecto de los años anteriores, y casi 7 veces superior, al año en que se inició la gestión.
En la presente gestión, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, ha realizado cinco consultas dirigidas a las infancias y adolescencias, para hacer efectivo su derecho de participación y conocer sus percepciones, opiniones y propuestas.
En 2024 se presentó el reporte Violencia entre Pares, Opiniones de Infancias y Adolescencias de Primarias y Secundarias de la Ciudad de México, y se impartieron 23 actividades en el marco de la devolución de los resultados de dicha consulta. Además, se publicó el informe Estrategia de Prevención y Atención del Suicidio en las Infancias, producto de un trabajo importante de intervención de la comisión, en escuelas con esta problemática.
En el contexto de la crisis de personas desaparecidas que se vive en el país, se elaboró y publicó la Guía Técnica Papel de los Organismos Públicos de Derechos Humanos, en la aplicación del protocolo homologado para la búsqueda de personas desaparecidas y no localizadas.
Durante 2024, se mantuvo un diálogo permanente con 152 organizaciones civiles; 54 instancias públicas, 34 instituciones académicas, 16 organismos autónomos y 28 organismos internacionales. Y en materia de incidencia legislativa, se dio seguimiento o se hicieron aportaciones a siete instrumentos legislativos.
A través de estrategias de comunicación y promoción, se hicieron posicionamientos en torno de los derechos humanos en 135 boletines y más de 2 mil 400 publicaciones en redes sociales, mientras que la distribución de publicaciones de difusión de derechos humanos, alcanzó en 2024 820 mil 146 materiales entregados, muy superior a los 167 mil 500 que se repartieron en 2017, cuando empezó la presente gestión.
En el trabajo de colaboración para la protección de personas migrantes, es importante mencionar entre los servicios de atención y protección realizados en 2024, la colaboración con el personal del Equipo Argentino de Antropología Forense, para la toma de muestras de familiares que buscan a personas migrantes desaparecidas en la ruta migratoria hacia Estados Unidos; así como para informarles los resultados que se obtuvieron para su posible localización.
Al respecto, se acompañaron 13 diligencias, en las que se entrevistó un total de 25 familiares de las personas migrantes no localizadas.
Robusteció su coordinación con organizaciones de la sociedad civil, con autoridades del Gobierno de la Ciudad de México, y se organizó en las instalaciones de la comisión, el evento Consulta Pública Rumbo a Cartagena más 40, reflexiones en materia de protección, entre otras actividades.
Se fortalecieron acciones con organismos nacionales e internacionales; se colaboró con la Federación Mexicana de Organismos Públicos de Derechos Humanos, y a nivel regional e internacional, con la Federación Iberoamericana del Ombudsman, el Instituto Latinoamericano del Ombudsman y la Alianza Global del Ombudsperson Local.
Destaca, que la titular de este organismo, fue electa como presidenta del Instituto Internacional del Ombudsman. Es la primera vez que México preside dicho instituto y también que es encabezado, por una mujer de una instancia local y regional de América Latina.
Además, la comisión realizó 42 aportaciones a los sistemas universal y regional de derechos humanos, en temas como derechos de personas con discapacidad, atención psicosocial a víctimas, seguridad de personas periodistas, violencia hacia niños y mujeres en el deporte, entre otros.
Frente a los nuevos desafíos y realidades sociales, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, ha impulsado una transformación que da respuesta a las necesidades inmediatas y urgentes, en materia de derechos humanos.
Ha asumido un liderazgo, compromiso y vocación de servicio, dentro del sistema no jurisdiccional de la ciudad, a nivel nacional, regional e internacional, para desde la mirada local, resolver los problemas globales.
-o0o-